El nivel C2 de catalán será un requisito para los nuevos profesores a partir de 2025
Educación asegura que la fecha de obligatoriedad para los actuales docentes se concretará en un decreto que se está elaborando
Tener el título que acredita el nivel C2 de catalán será un requisito obligatorio para los nuevos docentes a partir del curso 2025-26, según ha confirmado el Departamento de Educación a este diario. Actualmente, el C2 sirve como un mérito que da puntos a los docentes que actualmente se están presentando a oposiciones, pero de aquí dos años se exigirá a aquellos interinos que quieran acceder a la bolsa, pero también en el concurso de oposiciones y en la adquisición de nuevas especialidades.
Para hacer frente al retroceso del catalán en la escuela, detectados a través de diferentes estudios y encuestas, la Generalitat ha puesto en marcha un plan de incentivación e impulso del catalán en diferentes ámbitos, entre ellos el educativo. El Departamento considera que una forma de mejorar el catalán entre el alumnado es mejorar también el catalán que hablan los profesores. Por ese motivo, el año pasado anunció que entre 2022 y 2024 se incentivaría al profesorado para que obtuviera el C2, ya que ello daría puntos adicionales en los concursos de traslados, para ascender en los estadios docentes, así como en los concursos de méritos y oposiciones. Y a partir de 2024, y de forma progresiva, se convertiría en un requisito para el nuevo profesorado, pero también para los que ya están en activo.
Sindicatos y direcciones aseguran que el Departamento les ha admitido en reuniones que han tenido que “relajar” el calendario de aplicación, especialmente en lo referente a la obligación para el nuevo y viejo profesorado. Educación lo niega y asegura que lo que hace es “concretar” y lo que hasta ahora se programaba para “a partir de 2024″, ahora se detalla en el curso 2025-26.
Con todo, la verdad es que la medida está encontrando diferentes obstáculos en su camino. Uno de ellos es que el requisito puede convertirse en una barrera para los interinos que quieran entrar en la bolsa y empezar su carrera docente. Y ello en un momento de falta de profesorado, donde cuesta cubrir las sustituciones y encontrar profesores en algunas especialidades de secundaria y FP. Tampoco ayuda la falta de plazas para obtener el título, a pesar de que se están incrementando notablemente, no son suficientes para el grueso de la plantilla actual: 85.500 profesores en los centros públicos (115.000 con los concertados) de régimen general (de infantil a FP).
Así, hasta de aquí a dos cursos, tener el C2 de catalán no será un requisito para acceder a la bolsa de interinos ni en las oposiciones. Y en lo que afecta al actual profesorado, el Departamento no concreta fecha y asegura que el calendario lo concretará “un nuevo decreto de usos lingüísticos que se está elaborando”.
Gran aumento de plazas
El anuncio de la obligatoriedad del C2 disparó la demanda de plazas en las diferentes convocatorias para obtener el título. Por un lado, Educación organiza cursos y exámenes a través de las escuelas de idiomas, el Institut Obert de Catalunya o la plataforma online a la que tienen acceso los docentes. Entre todas ellas acostumbraban a ofrecer unas 400 plazas anuales, pero este año se han disparado hasta las 4.410, y se espera que el próximo lleguen a las 5.000. Las universidades también convocan exámenes para obtener esta acreditación, y Educación asegura que están trabajando para que los estudiantes de Magisterio o del máster para ejercer de profesor de secundaria acaben sus estudios ya con el nivel de C2 de catalán.
Pero el grueso de plazas para lograr el C2 lo convoca el Departamento de Cultura a través de la Secretaría de Política Lingüística. Justo el 22 de abril se llevaron a cabo las pruebas anuales, en las que se ofertaban 7.000 plazas, una cifra que se ha triplicado en los últimos dos años (en 2021 eran 2.300 plazas), a raíz del anuncio de Educación. Los exámenes se realizaron simultáneamente en 14 ciudades y muchos de los aspirantes eran profesores.
Una de ellos era Gemma Gallart, que lleva 15 años como interina en un instituto público de Martorell (Barcelona), pero que acaba de obtener una plaza de funcionaria tras superar el concurso de méritos celebrado hace unos meses. “Había rumores de que iban a cambiar la normativa. Pensé, antes de que me lo exijan, lo apruebo”, explica la docente al salir de la prueba en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona. Gallart alerta de un bajo nivel de catalán entre los alumnos. “Hoy en día ves que acaban el bachillerato con un nivel de catalán peor que hace años. No es un C1 [acreditación que reciben en finalizar estos estudios], cometen todo tipo de faltas: confunden la b con la v, no ponen la h… Les tendrían que hacer algún tipo de examen”. Laia Lechado, maestra de infantil en un centro concertado, también asegura que se ha presentado en perspectiva de que pronto será un requisito indispensable.
Ana García, psicopedagoga interina en un instituto público de Barcelona, aplaude la exigencia del C2. “Pero teniendo oposiciones en junio es una paliza”, apostilla. “Muchos hemos venido sin poder prepararnos bien: estamos trabajando y estudiando las oposiciones. Dos amigas se han gastado 300 euros en el curso para preparar el C2, pero yo no puedo porque ya pago al preparador de las oposiciones”, añade. Pero otros docentes no ven necesario que se les deba exigir este nivel de catalán. “La gente que sabe catalán suficiente, con un C1, no necesita tanto nivel para explicar. Veo a mucha gente en clase que no tiene el C2 y tiene un catalán perfecto para dar clase”, replica Joan Ramón Pájaro, profesor en un instituto de Hospitalet de Llobregat.
Por su parte, el sindicato Ustec, el mayoritario en el sector educativo, no ven mal el requisito, pero exigen más plazas en las pruebas y que estas sean gratuitas. “No puede ser que te impongan un requisito, que tengas que pagar y perder horas de tu tiempo”, declara la portavoz Iolanda Segura. El sindicato asegura que tiene constancia de docentes que no han podido presentarse a las pruebas por falta de plazas. De hecho, resulta difícil saber cuántas personas se quedan sin plaza, ya que las vacantes se ocupan por orden de inscripción, así que a la administración no le consta la demanda real.
El sindicato de profesores de secundaria Aspepc, se muestra más crítico con la medida, que tacha de “puro escaparate”. “Educación ha detectado una falta de nivel de catalán en los alumnos, no en los profesores. Si el problema son los alumnos, puede que sea el sistema educativo lo que falla”, lanza su portavoz, Xavier Massó.
Con información de Rodrigo Marinas.
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.