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El renacer del río más contaminado de Barcelona lo llena de vida salvaje

La renaturalización del Besòs, víctima histórica de los vertidos durante décadas, atrae a ciudadanos y especies como flamencos

El refugio para la biodiversidad en el margen derecho del rio.Foto: GIANLUCA BATTISTA
Rodrigo Marinas

El croar de varios anfibios buscando a su pareja marca el inicio de la primavera en el Besòs. “Es una rana verde: objetivo conseguido, Joan”, comenta emocionado el biólogo Tomàs Carrión a su ayudante mientras deambulan por la orilla del río. Al rato graban con su móvil un grupo de cinco abejas que encuentran en una flor como si fuera oro. Hace una semana incluso el biólogo Pat Gallart avistó un flamenco emigrando. Estos hallazgos son los brotes verdes de la renaturalización de un río que fue de los más contaminados de Europa, la gran alcantarilla de Barcelona. La primera fase de la rehabilitación culminó hace un par de semanas después de un año de obras, cuatro de planificación y un millón de euros.

Barcelona y Santa Coloma de Gramanet, las principales poblaciones que rodean el Besòs, pasaron de vivir a espaldas de una cloaca a cielo abierto en los años ochenta a abrazar su parque fluvial: ahora transcurren cada año dos millones de personas paseando, haciendo deporte o cualquier actividad a lo largo de este pulmón verde de 115 hectáreas. Incluso la Agencia Catalana del Agua planea reutilizar y potabilizar las aguas de su tramo final. El Ayuntamiento de Santa Coloma planea que este espacio público de ocio también se convierta al final de la década en un paraíso de la biodiversidad para la educación y la investigación.

Tres lagunas para albergar a más de 200 especies y combatir el cambio climático

Para Carrión, la renaturalización es “una segunda etapa” en la vida del río que se ha materializado entre el Puente Viejo de Santa Coloma y el parque de Can Zam. Consiste en que este espacio natural afectado por la intervención humana durante décadas se autorregule a través de tres lagunas artificiales. Se han diseñado para combatir el cambio climático y albergar a más de 200 especies autóctonas, la mayoría aves, seguidas de mariposas, peces y mamíferos.

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Imagen del parque fluvial del río Besós, en el 2000 y en la actualidad. Joan Guerrero / Gianluca Battista
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Las especies exóticas invasoras son una de las principales razones detrás de la pérdida de biodiversidad en Cataluña, que ha perdido el 25% de su fauna salvaje en los últimos 20 años. La avispa asiática y el mosquito tigre, dos de las más propagadas, “son un manjar” para autóctonos como el halcón abejero, los vencejos o los murciélagos. Carrión y su equipo han creado “hoteles” para estas aves aprovechando la estructura del Puente Viejo, así como refugios para polinizadores como la abeja común, vitales para la supervivencia de las plantas.

La restauración de la vegetación mediterránea del Besòs también juega un papel fundamental en atraer a pájaros como el Martín Pescador, “uno de los símbolos más bellos y reconocibles” del paisaje catalán para Carrión. Para cazar adecuadamente en el agua necesitan apoyarse en las ramas de un chopo, un álamo o una caña. Esta última también frena las inundaciones en los ríos, un fenómeno más frecuente por el cambio climático. El borde de las lagunas tiene unos pequeños tramos llenados con arcilla para que las golondrinas puedan crear sus nido: otra muestra de la sofisticación del proyecto.

Las lagunas también persiguen que se instalen especies que no bajan del río como la anguila europea, “en peligro crítico de extinción”, lamenta el biólogo. La nutria europea, otra de las más codiciadas, es una depredadora de invasores como el cangrejo americano. La base de esta infraestructura es el agua que fluye continuamente para mantener tanto la humedad la vegetación como la “fauna que no se ve”: aquellos invertebrados que sirven de alimento a mamíferos, aves y reptiles.

El camino de tierra con forma curvada es el otro pilar para generar microhábitats: “Es como la casa Batlló: la naturaleza no tiene líneas rectas”. El sistema lagunar se suministra de agua regenerada de Moncada para no exponerse a la contaminación de vertidos industriales que han exterminado a los peces. El último, provocado por un incendio en Montornès (Barcelona) hace un año, eliminó entre un 30 y 50% según el último informe. Un equipo de la UAB volverá a actualizar esta cifra en mayo.

El mural de 400 metros con especies del río creado por Swen Schmitz.
El mural de 400 metros con especies del río creado por Swen Schmitz. Gianluca Battista

Un escaparate a la biodiversidad junto a un museo de arte urbano

En la laguna didáctica, Carrión y su compañero identifican con un breve vistazo y al más leve sonido todo el crisol de animales concentradas en el tramo fluvial: patos azulones, garzas reales, cernícalos, gaviotas reidoras, saucegatillos… Ya hay lista de espera para las visitas guiadas de los domingos por la mañana. Este itinerario se complementa con un mural de 400 metros con especies del río creado por Swen Schmitz. El inicio lo encabeza encabeza un Martín Pescador de cinco metros plasmado en la base de la última torre de alta tensión que se retiró del Besòs hace 20 años.

Este mural se ha generado otra lista de espera de grafiteros que quieren pintar en los muros del cauce del río. El círculo artístico de Barcelona quiere que a finales del año cerca de 30 artistas construyan el museo de arte urbano al aire libre más extenso del mundo. Frederic Hernanz, el director de producción del Besart, indica que abarcará 8 kilómetros contando, unas dimensiones más ambiciosas que los 1.300 metros del East Side Gallery del Muro de Berlín.

Objetivo: llegar a 2030 con dos fases más del corredor ecológico

Durante el confinamiento, los técnicos de medioambiente de Santa Coloma registraron un número inusual de especies que descendieron al río desde la sierra de Marina y de Collserola. Extender la renaturalización hasta el municipio de Montcada permitirá crear un corredor ecológico entre ambas zonas. Esta rehabilitación del Besòs aspira a concluir en 2027 con una inversión total de casi 7 millones de euros apoyada por los fondos Next Generation y el Área Metropolitana de Barcelona.

El rio Besós a la altura de Vallbona.
El rio Besós a la altura de Vallbona.Gianluca Battista

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