Regresa el festival de jazz de Terrassa totalmente normalizado

.Como sucedía cada año en épocas prepandémicas, cuando el invierno parecía tocar a su fin (en realidad nunca era cierto) aparecía en el horizonte un caluroso vendaval de buenas vibraciones en forma de festival musical: el ya mítico, y no es hablar por hablar, Festival Jazz Terrassa. Superada la pandemia y tras unos años superponiéndose a las circunstancias, desde las trincheras del Club de Jazz de Terrassa han vuelto a conseguirlo: ahí está la nueva edición del certamen, y ya van 42 (que, en realidad, serían 43 si contáramos un preámbulo que se realizó sin numeración). A pesar de los pesares, el milagro se repite una vez más.

El certamen egarense se inaugura hoy 8 de marzo y extenderá sus actividades hasta el 26 de este mismo mes. Una mirada superficial a la programación ya deja claro que es totalmente cierto lo que sus responsables han ido repitiendo estos últimos días: estamos ante un festival 100% normalizado que ha dejado ya atrás crisis y, sobre todo, pandemias y regresa con las baterías bien cargadas y el mismo ímpetu de antaño. Solo por el regreso de su popular Picnic Jazz, que la Covid había convertido en un nostálgico recuerdo, ya se justificaría esa recuperación que, más allá de la abolición de distanciamientos y mascarillas, se centra en reencontrase con un espíritu que apuesta descaradamente por “la contemporaneidad y los nuevos talentos, tanto locales como de fuera”, así se expresa, sin esconder su entusiasmo, Susana Carmona, coordinadora del certamen. “Queremos huir de la rutina y de los caminos ya trillados porque el jazz es una música en constante cambio. Y son los músicos que provocan ese cambio, reinterpretando el legado anterior, los que conforman la dinámica de programación de nuestro festival. Y no es el trabajo de esta edición, sino que desde siempre se ha hecho así: nos mantenemos todo el año atentos, como radares, para que, dentro de nuestras posibilidades, el público pueda descubrir cosas interesantes del panorama actual”. Y lo cierto es que, año tras año, la música se ha impuesto a los nombres de campanillas.

Esa filosofía impregna el cartel de este año entremezclándose con el otro punto histórico del certamen egarense: acercar esta música a todo el mundo posible con abundantes conciertos gratuitos en plazas, charlas en bibliotecas o conservatorios, proyecciones cinematográficas, sesiones infantiles, clases de baile Lindy Hop, poesía y el ya mencionado y gratuito Picnic que se celebrará como siempre en el parque de Vallparadís a lo largo del domingo 19 con un cartel atractivo que evita el populismo musical que suele marcar estos acontecimientos e incluye a Carles Benavent con Raynald Colom y Tomasito, la Barcelona Jazz Orquestra, Luna Cohen y A Contra Blues.

Los conciertos se celebrarán como ya es costumbre en la Nova Jazz Cava que con su aforo de 250 personas ofrece una vivencia también muy diferente a la de otros festivales con grandes escenarios. El presupuesto de esta edición es de unos 250.000 €.

Hoy será la cantante de las Islas Vírgenes, Wilma Ann, la que dará el disparo de salida desde la Nova Jazz Cava. Ese mismo escenario recibirá posteriormente propuestas tan destacables como Paolo Fresu con Omar Sosa, Gerard Clayton, Chano Domínguez, la cantante Robin McKelle, Monty Alexander y la blueswoman E.C. Scott, junto a un despliegue de talento local: Namina, Lluís Coloma, Roger Mas, Lluc Casares y el regreso tras bastantes años de silencio del organista Benjamín León.

Como todos los años el certamen entregará su premio Jazzterrassaman que en esta edición recaerá en el histórico saxofonista egarense Joan Albert.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal