El director de la Agencia Catalana del Agua: “Puede haber cortes de agua en Barcelona a finales de 2023”
Samuel Reyes advierte a los catalanes que empezarán a notar restricciones más severas en las próximas semanas y explica que el consumo no se está reduciendo pese a vivir la peor sequía del siglo
Cataluña se enfrenta a la peor sequía desde que existen datos (1905) y la situación tiene visos de empeorar en las próximas semanas. Los peores cálculos de la Generalitat se están cumpliendo y los embalses del sistema Ter-Llobregat, que abastecen a más de 5 millones de personas, incluidas Girona, Barcelona y toda su área metropolitana, se encuentra al 28% de su capacidad, al borde de declarar la situación de “excepcionalidad”, lo que implica un aumento de las restricciones agrícolas, industriales y domésticas. Las últimas lluvias han sido bienvenidas, pero son aún insuficientes. Y los cortes de agua empiezan a divisarse como una posibilidad a finales de año. “Hasta el verano podemos garantizar el abastecimiento. Ahora bien, es mucho más complicado hacerlo para el resto del 2023″, advierte el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Samuel Reyes (42 años, Barcelona), desde su despacho. El responsable del máximo órgano en gestión del agua de la Generalitat quiere dejar claro que la situación es grave y pide a los catalanes que hagan un mejor uso del agua. “No se ha notado un descenso del consumo en el último año pese a la sequía”, alerta. A pocas semanas de iniciarse la temporada de riego, que consume la mayoría de recursos hídricos, se atisba muy complicada si antes no cae una tromba de agua que llene las cuencas internas. “Como muy tarde se declará la fase de excepcionalidad en el sistema Ter-Llobregat en abril”, anuncia Reyes. Esta declaración implicará aumentar la limitación para el riego agrícola del 25% al 40%. Entre las medidas más inmediatas, el ACA estudia vaciar el pantano de Sau y trasvasarlo al de Susqueda con el fin de aprovechar al máximo el agua de ese pantano ante la severa sequía.
Pregunta. ¿Cuándo tiene previsto Cataluña entrar en la siguiente fase de la sequía, la fase de excepcionalidad, y aumentar las restricciones de agua?
Respuesta. Los indicadores ya marcan una situación de excepcionalidad en el acuífero Fluvià Muga (abastece a 22 municipios del Alt Empordà). A parte, estamos analizando más datos por si cabe declarar la situación en otros lugares los próximos días.
P. ¿También en el sistema Ter-Llobregat?
R. Lo estamos analizando. No podemos confirmarlo a día de hoy. Hay muchas variables a tener en cuenta. No solo el nivel de los embalses (la barrera del 25% marca la entrada en la fase de excepcionalidad), sino también cómo los municipios están captando agua, los datos de potabilización del río, la desalinización…. Todo esto puede hace variar la situación. Aunque, tarde o temprano, sabemos que se declarará. Las reservas de lluvias nos indican que como muy tarde será en abril, aunque puede avanzarse.
P. ¿Qué restricciones implicará?
R. La más significativa será la reducción de uso de agua doméstica, pasaremos del límite de 250 a 230 por habitante al día. También en el riego de jardines públicos y privados: hasta ahora se podían regar los jardines dos días a la semana, con esta nueva fase de sequía no se podrá regar ningún día. Solo podrá hacerse para garantizar la supervivencia de los árboles. Entre otras medidas.
P. La consejera de Acción Climática, Teresa Jordà, dijo en julio que teníamos agua para un año aún. ¿Cuánta queda ahora?
R. Es difícil contestar a la pregunta de hasta cuando tendremos agua. Todo depende de las limitaciones que se apliquen. Si por ejemplo ahora aplicáramos las limitaciones más extraordinarias, entonces el agua aguantaría más. Pero lo que se busca es un equilibrio para no afectar mucho a las actividades económicas al mismo tiempo que se garantizara el suministro. Y también garantizar los caudales ambientales de los ríos. No se puede dar una respuesta clara. Ahora empiezan las campañas de riego, aquí se decidirá cuánta agua se puede desembalsar para utilizar en los campos. Cuanto más limites el agua de riego, más agua doméstica habrá. Pero claro, detrás del riego hay familias que viven del agua. También las que dependen de sectores como la ganadería, metalurgia, papelería…
P. Queda claro que se llegará a la fase de excepcionalidad generalizada próximamente. ¿Pero y la fase de emergencia? ¿Llegarán en algún momento los cortes de agua en los grifos de Barcelona y toda su área metropolitana?
R. Hasta el verano podemos garantizar el abastecimiento. Ahora bien, según como avance la estación, es mucho más complicado garantizarlo para el resto del 2023. En los últimos cinco meses, a final de año, puede haber cortes de agua en las casas de Barcelona y toda su área metropolitana, sí. La situación es preocupante y hay que trasladarlo a la ciudadanía. Habrá limitaciones para todos los usos y los ciudadanos lo van a notar.
P. La situación que describe parece grave.
R. Es que es grave. Hemos roto todas las estadísticas pluviométricas. Ya llevamos 29 meses sin lluvias, cuando en la gran sequia de 2008 fueron 23. La peor estadística desde 1905, desde que existen registros. Las últimas grandes lluvias que hubo fueron las del temporal Gloria (2020), y todavía aguantamos con agua de entonces. Con todo, en cuestión de reservas estamos mucho mejor que en 2008 gracias a nuestra capacidad para regenerar aguas y desalinizar, entre otros.
P. ¿Se plantea rescatar alternativas como el trasvase del río Ródano, impulsado por el Govern de Jordi Pujol en 2002?
R. Claramente no. La directiva europea del agua fomenta una política hidráulica de proximidad. Y es lo que se ha hecho en Cataluña desde la sequía de 2008. Las políticas para solucionar el déficit hídrico no pasan por trasvases de agua, sino con una suma de regeneración de aguas, desalinización y recuperación de pozos. Bajo este modelo, en los últimos años la ACA ha dotado con 100 millones a los municipios y seguirá ampliando su capacidad de desalinización y regeneración.
P. ¿Ha bajado el consumo en el último año?
R. No estamos observando una reducción, aun estando en sequía. Además, hay municipios que están incumpliendo y no nos están notificando los consumos de sus localidades. Tampoco se están poniendo en marcha los pozos de sequía construidos en 2008 y que pedimos que se utilizaran ya desde la prealerta.
P. El problema histórico con la contaminación de los acuíferos en Cataluña se mantiene: siete de cada 10 siguen contaminados. Apenas se ha mejorado su calidad en los últimos 20 años. Para 2027, la Comisión Europea exigió través de una directiva el objetivo de la descontaminación. ¿Llegaremos al objetivo de Bruselas?
R. Los acuíferos están tardando mucho en recuperarse. Es un proceso muy lento y la sequía no está ayudando. La Comisión Europea se ha percatado de que llegar al objetivo de llegar a un buen estado de las aguas para 2027 es muy difícil. No solo en Cataluña, sino también para el resto de España y en general para países con una fuerte industria agroganadera. Por eso ya se plantea otro horizonte, para el 2033, en el que vamos a cumplir los objetivos.
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