Mario Gas regresa una vez más a Sondheim con un homenaje en Temporada Alta al gran renovador del musical

Stephen Sondheim (1931-2021) fue el gran renovador, incluso revolucionario, del género musical, entendido este como el realizado en Estados Unidos, y su mítico y neoyorkino Broadway, a lo largo del siglo XX. A los muchos montajes y homenajes que se le están haciendo este año por numerosos países a este gran compositor y letrista, hay que sumar algunos de los realizados en España, como Company (en cartel en el Teatro Albéniz de Madrid protagonizado por Antonio Banderas). El último se estrena este viernes en el Teatre Municipal de Girona, dentro del festival Temporada Alta, cuyo director Salvador Sunyer fue quien propuso que pusiera en pie algo en torno al creador americano al director Mario Gas, profundo conocedor de Sondheim y la persona que más veces le ha llevado a escena en España.

Serán dos únicas funciones, bajo el nombre de Sondheim x Sondheim en las que habrá un recorrido por títulos míticos como Golfus de Roma (en cartel en el barcelonés Teatro Condal en una producción de Focus), A Little Night Music, Sweeney Todd, Sunday in the park with George o Follies. “Es una suerte de homenaje que en el fondo nos hemos regalado todos los que participamos”, señala el director quien no oculta que la producción se ha visto mermada tras la retirada del proyecto de TV3 quien iba a colaborar en un principio, “pero todos los que participamos hemos querido llevar a cabo el proyecto que nos gustaría mover por otros escenarios y quien esté interesado que de un paso adelante”

Lo cierto es que para lo talentoso que es, poco se ha podido ver en España a Sondheim y a poco bien que esté hecho nunca defrauda. Su música es hipnótica y con el poder de llegar a las entrañas y hacer reflexionar mucho más de lo que se suele esperar de un musical. Mario Gas, uno de los más renombrados directores escénicos de nuestro país lo sabe muy bien y hace mucho tiempo. A fin de cuentas su formación desde la infancia ha sido fundamentalmente musical. Sus padres trabajaban en el género de la zarzuela, y su hermano, Manuel Gas, muerto prematuramente y con el que habitualmente trabajaba, fue uno de los grandes músicos de jazz, de estudio y de musicales de nuestro país. El caso es que su periplo por el territorio sondheim empezó en 1993 con Golfus de Roma y tras cuatro montajes más, ahora lo redondea con una propuesta singular en la que bajo el título de Sondheim x Sondheim. Que pasen los payasos, recorre temas de diferentes musicales, acompañado por un equipo de técnicos, el productor Rafael Moll, 11 músicos y una veintena de actores-cantantes que han colaborado con el a lo largo de sus incursiones sondheimianas, de ahí que las canciones se oigan indistintamente en inglés, español y catalán. Entre los intérpretes, Vicky Peña (su actriz fetiche), Muntsa Rius, Teresa Vallicrosa, Jordi Boixaderas y Pep Molina. Tampoco faltarán proyecciones, tanto de Sondheim como de artistas que trabajaron con él, pero ya no están, como Constantino Romero, Asunción Balaguer, Montserrat Carulla y Manuel Gas.

“La grandeza de Sondheim y sus musicales no sólo radica en las partituras”, señala Gas, “sus historias nunca son triviales y su manera de contarlas puede convertirlas en algo profundo; lo hace a través de la farsa, la sátira, el gran guiñol, el drama, el realismo urbano o un lirismo lleno de sensualidad. Eso sí, siempre profundiza en el ser humano, en sus contradicciones como individuo y como engranaje de una sociedad implacable”. A ello añade la firme voluntad de que la frase Que pasen los payasos no se quede sólo en el título de una bellísima canción: “Estamos en una época en la que si no es por los payasos que entran y nos alegran la vida sin aspirar al poder, sin pretender dominar a los otros, sería terrible. Es muy necesario que entren, y además todos los que hacemos esta propuesta escénica somos unos payasos”.

La adoración por Sondheim de todos los conocedores del mundo del musical quedaba patente a menudo en el mítico programa Calle 42 de RNE, dirigido por José María Pou y Concha Barral, quienes que cada vez que mencionaban al compositor empezaban diciendo: “Todos de rodillas que vamos a hablar de Sondheim”

Quizá la razón principal por la que se monta poco en España a Sondheim, teniendo en cuenta su excelencia y la moda de los musicales que hay en nuestro país, sea la dificultad que entraña poner en pie una pieza de él. Se requiere un sólida producción, junto a cantantes de primer orden, músicos brillantes y todo un equipo que busque decididamente la excelencia.

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