Barcelona repiensa la ciudad del futuro en un festival de arquitectura(s)
Instalaciones artísticas, rutas, debates, talleres y una cocina en la plaza de Cataluña toman la ciudad hasta el 15 de mayo
Barcelona echa el resto durante diez días para repensar e imaginar la ciudad poscovid y los entornos urbanos del futuro. La cita es Model, el Festival de Arquitecturas --sí, en plural--, que arranca este jueves y se alargará hasta el día 15. Un presupuesto de 800.000 euros y despliegue de debates, rutas, instalaciones artísticas de gran formato, de realidad aumentada, talleres, visitas guiadas, podcast para escuchar paseando, intervenciones en los distritos, una cocina en la el centro de la plaza de Cataluña en manos de colectivos vinculados a comedores populares.... y todo gratis.
Organizado por el Ayuntamiento y el Colegio de Arquitectos (COAC) con la vista puesta en la Capitalidad Mundial de la Arquitectura que ostentará la ciudad en 2026, el programa de debates es de alto nivel y con ponentes a escala local y global y de disciplinas. Carolyn Steel (autora de Ciudades Hambrientas), Jill Stoner (con discurso sobre las relaciones entre política, arquitectura y ciudad), Carme Pinós (Premio Nacional de Arquitectura), la crítica Teresa Muñoz o la recién premiada cooperativa La Col, entre otros.
Debatirán sobre espacio público, cultura pública, arquitectura menor y arquitectura singular, arquitectura en tiempos de crisis social y económica, movilidad, proyectos de vivienda cooperativos, el reto del cambio climático, las ciudades en guerra, el ruido, o la relación entre urbanismo y arquitectura. El festival también homenajeará a Oriol Bohigas, uno de los grandes arquitectos de la ciudad, fallecido hace unos meses. Copenhague, que será la capital Mundial de la Arquitectura en 2023, será la ciudad invitada.
Para tal avalancha de actividades (que llega a estresar por inabarcable, a no ser que uno tenga todo el tiempo del mundo), tres directores del festival: Eva Franch (que ha dirigido proyectos y centros de arquitectura en Londres y Nueva York), Beth Galí (arquitecta y paisajista), y el investigador cultural José Luis de Vicente. El festival celebrará también una jornada entera de debates de la que saldrá un “Protocolo Barcelona”, con ideas (ya se verá en qué grado de concreción) para el futuro de la ciudad.
“Barcelona se repiensa constantemente y también es una ciudad de festivales”, celebraba este jueves de Vicente. “Es un espacio de reflexión que quiere poner sobre la mesa conflictos que a partir de la arquitectura se pueden reenfocar”, destacaba Franch, una profesional que defiende que todo es arquitectura: “El aire, comer, lo social, lo cultural, lo emocional”. Galí consideró que “al final resultará que hacer las cosas de prisa es una ventaja”, en referencia al plazo meteórico con el que se ha organizado el festival. “Hemos ido al grano, a los temas que preocupan en las ciudades y a quien los puede tratar”, relató.
Desde el Ayuntamiento, la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, consideró que el festival “es un acto de justicia en una ciudad donde la arquitectura es una de las pasiones” y aludió al reto de las ciudades del siglo XXI de repensarse ante los retos de esta época “para ser lugares donde poder y querer vivir”. La decana del COAC, Assumpció Puig, confió que el festival “nos interpele y muestre dónde ir”.
Los debates tendrán lugar el Ateneu Barcelonès, el museo DHUB o la escuela Massana. Y hará exposiciones también en el museo del Diseño, la fundación Enric Miralles o el pabellón Mies van der Rohe. También se suma al festival el BARQ, el Festival Internacional de Arquitectura de Barcelona, en los cines Girona.
Las instalaciones físicas se reparten por el perímetro de la tupida trama de Ciutat Vella. La citada cocina urbana, de plaza de Catalunya, propuesta por el estudio Maio, que ha invitado a la Plataforma Aprofitem els Aliments o a los comedores populares de Lima. La losa de Sant Antoni, con una Arca de la Convivencia que es como un jardín móvil. El pedestal de la defenestrada estatua de Antonio López (hoy plaza de Idrissa Diallo), donde Ojo Estudio ha instalado un mirador. O el antiguo solar de los juzgados en Lluís Companys, donde el estudio Flexo reflexiona con las arquitecturas del pasado. En la plaza Reial habrá un espacio central donde debatir.
Las instalaciones de realidad aumentada están ubicadas en la plaza de la Universitat, Paral.lel, Urquinaona o la estatua de Colón, rodeada virtualmente por un inmenso árbol que juega con la idea de “recolonizar” la ciudad con espacios verdes. Es obra del estudio On-A.
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