La desconexión con Asia lastra la recuperación del aeropuerto de Barcelona
La oferta de plazas para el verano supone el 90% de la que había en 2019 pero se alargan las restricciones en los vuelos a Oriente
El lunes 14 de marzo dos mega aviones Airbus A380 aterrizaron en el aeropuerto de Barcelona-El Prat procedentes de Los Angeles. Los pasajeros formaban parte de una expedición promovida de manera casi secreta por la compañía de videojuegos Riot Games. Otros dos aparatos Airbus, en este caso de la serie A-350, descargaron más remesas de viajeros procedentes de California. En total, casi 1.500 personas llegaron a Barcelona para participar en un evento organizado por la empresa creadora del archipopular League of Legends. La cita se debía celebrar inicialmente en Singapur, pero a última hora, y con total discreción, se decidió cambiar el punto de encuentro debido a las restricciones que aún hay en el continente asiático por culpa de la Covid-19.
En Oriente el virus sigue siendo un quebradero de cabeza, mientras en los aeropuertos europeos el escenario se torna más flexible. El Barcelona-El Prat trata de remontar el vuelo tras acumular meses con cifras a la baja. Pese a los nubarrones de incertidumbre, las aerolíneas apuestan por una campaña de verano lo más parecida posible a la época precovid y ofrecerán más de 36,2 millones de plazas para volar. El dato supone un 90% de recuperación de la oferta, con respecto al año 2019. Oxígeno para el Josep Tarradellas, que se vio penalizado por una caída severa de actividad.
Según los datos recogidos por Aena en toda su red nacional, la pérdida media de viajeros el año pasado fue del 56,4%, en comparación con 2019. En el Barcelona-El Prat el desplome fue del 64,2%. Entre los veinte principales aeropuertos de la red de Aena en España, ninguno perdió tanto tráfico como el aeródromo de la capital catalana. Con el turismo al ralentí, quedó al descubierto lo que supone concentrar el trajín de visitantes en la campaña de verano y en picos vacacionales.
La recuperación de la oferta pasa, principalmente, por los vuelos domésticos y de ámbito europeo. Al largo radio le cuesta más volver a despegar. “Funciona bien Estados Unidos y Sudamérica, pero el principal problema lo tenemos en las conexiones con Asia”, certifican fuentes aeroportuarias. Las prohibiciones covid bloquean, de momento, los vuelos a Shangai, Pekín o Hong Kong. Singapore Airlines tampoco ha comunicado si piensa recuperar el vuelo directo Barcelona-Singapur. Caso parecido sucede con la ruta a Hong Kong que operaba Cathay. Esta aerolínea si prevé poner en marcha el vuelo de pasajeros más largo del mundo, con el desvío de su Nueva York-Hong Kong que, en vez de sobrevolar el Ártico, cruzará el Atlántico, Europa y Asia central para evitar Rusia y su espacio aéreo. La nueva trayectoria será “justo por debajo de las 9.000 millas náuticas” (16.668 kilómetros) recorridas en unas 17 horas, precisó la compañía hongkonesa en un comunicado.
El presidente de Aena, Maurici Lucena, vaticina el arranque de una etapa de “optimismo contenido”. La compañía Norwegian ha anunciado que a partir de este lunes levanta el requisito temporal de usar mascarillas faciales a bordo de todos sus vuelos. “Se debe a la evolución de la pandemia y a la relajación de las restricciones en toda Europa”, manifiesta la aerolínea. Pero, la prudencia sigue presente a la hora de hacer pronósticos. A los efectos remanentes del virus se le añade el impacto de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Se calcula que 2,3 millones de rusos y ucranios dejarán de volar a España este año.
La ampliación sigue generando controversia
Maurici Lucena fija para 2025 la recuperación de la actividad que se registraba en 2019, año anterior a la pandemia. Sin embargo, matiza que habrá diferencias en la velocidad de la vuelta a la normalidad en función del tipo de tráfico. Mientras, en Aena se sigue a la expectativa de un posible gesto político por parte de la Generalitat para desbloquear la ampliación del Barcelona-El Prat. “Quien la detuvo en su momento es quien debe retomarla”, indican fuentes de la compañía. Tras el súbito portazo que dio Pere Aragonès al acuerdo que habían alcanzado los emisarios de la Generalitat con el ministerio, el president ha movido ficha para recabar nuevos datos sobre el asunto. Aragonès encargó a Miquel Puig, concejal de Esquerra en el Ayuntamiento de Barcelona, un informe para evaluar qué posibilidades hay en relación con el desarrollo del aeropuerto.
La laguna de La Ricarda y los espacios naturales protegidos que rodean el aeródromo atenazan su crecimiento. Puig es un economista de reconocido prestigio y ejerció como director general de Abertis Airports, la división aeroportuaria de la compañía Abertis. Consultado por EL PAIS sobre el contenido del informe, Puig rechaza hacer declaraciones. Mientras, los opositores al proyecto de ampliación mantienen la guardia en alto. “Se da por sentado que volverán a la carga”, manifiesta Joan Herrera, director de Acción Ambiental, Energía y Servicios Urbanos en el Ayuntamiento de El Prat. “Tenemos informes para acudir al Ministerio para la Transición Ecológica y a la Comisión Europea y defender que la ampliación no es posible”, insiste. “Lo tenemos bien trabajado”, indica, y recuerda que existe una carta de emplazamiento de la Unión Europea que alerta sobre la desprotección que amenaza el delta del Llobregat.
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