_
_
_
_

El PSC se desmarca del plan de Colau que limita los bares en el Eixample de Barcelona

Los socialistas, socios en el gobierno con los comunes, pactan un texto con Junts que pide reducir el alcance del proyecto

Clara Blanchar
Eixample de Barcelona
Un ciclista sube por el carril bici de la calle Girona, del Eixample de Barcelona, que ya tiene un plan de usos específico.Carles Ribas

Las desavenencias entre los socios del gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona (los comunes de Ada Colau y el PSC) han alcanzado este martes su máximo exponente durante la comisión de Urbanismo. Los socialistas se han desmarcado del plan de usos de los comunes que limita los bares y negocios orientados al turismo en el distrito del Eixample, con el objetivo de proteger el tejido comercial de proximidad y evitar la gentrificación.

De hecho, cuando el plan se aprobó en comisión de Gobierno el pasado 3 de marzo, los socialistas se abstuvieron. Pero en una vuelta de tuerca, han pactado con Junts una proposición que ha salido adelante y que insta al ejecutivo a limitar al plan las calles que se convertirán en pacificadas (los ejes verdes del proyecto Superilla Eixample). Ciutadans, Valents y el PP han votado a favor del texto. Solo los comunes y ERC lo han rechazado. Las proposiciones no son vinculantes y es previsible que el plan original sufra modificaciones (la incógnita es su alcance) durante el trámite, porque los comunes necesitarán ceder si quieren aprobarlo.

Durante el debate, el PSC ha evitado hacer sangre y la concejal Laia Bonet se ha expresado en tono conciliador. Su principal argumento: que no ven claro que los criterios del plan de usos sean los mismos para todo el distrito, que tiene diferencias entre barrios. “Pedimos más tiempo, consenso y acuerdo”, ha defendido aludiendo a la falta de memoria económica del plan o a que “se ha hecho de espaldas al comercio”. “La diversidad del Eixample debe verse reflejada, estamos a favor de los planes de usos como herramienta”, ha dicho y ha citado los de la calle de Girona, Sant Antoni o Gran de Sant Andreu: “Pero este es demasiado amplio, lo que es bueno para un ámbito restringido no tiene por qué serlo para un distrito entero”, ha manifestado.

En la réplica, la teniente de alcalde de Urbanismo y responsable política del plan, Janet Sanz (Barcelona en comú) ha señalado “las contradicciones” de la oposición: “Dicen que los ejes verdes hacen calles de primera y segunda; y luego no quieren un plan de usos común para todo el distrito”. “Lo importante es abordar la gentrificación y la expulsión de comercio tradicional”, ha defendido y se ha mostrado abierta al diálogo: “Hemos presentado propuesta inicial, solo estamos iniciando el debate, sensato, que pone topes a determinadas actividades. El objetivo es evitar un Enric Granados [la calle donde la concentración de bares ha resultado problema para los vecinos]”.

Por parte de Junts, su portavoz, Jordi Martí Galbis, ha admitido que su proposición inicial pedía la paralización de todo el plan, pero han accedido a “llegar a un acuerdo para limitar su actuación en el ámbito de los ejes verdes”. “El plan de usos del Eixample es una anomalía política que no es irrelevante que se aprobara con la abstención de uno de los grupos del gobierno”, ha alertado. ERC ha sido el único grupo que ha defendido el plan y la necesidad de regular las actividades económicas. Aunque no ha perdido al ocasión de señalar también la división en el gobierno.

Polémica a propósito de la restricción a vehículos con etiqueta amarilla

La discrepancia sobre el plan de usos del distrito no ha sido la única que se ha visualizado entre los socios de gobierno. El líder de los socialistas en el Ayuntamiento, Jaume Collboni, rechazó en las redes la idea de "ampliar la Zona de Bajas Emisiones a los vehículos con etiqueta amarilla [el distintivo de la Dirección General de Tráfico]". "No es el momento", dijo: "Tras la pandemia, la crisis y la gran subida del precio de los carburantes no dejaremos atrás al 40% de personas que tienen vehículos con etiqueta amarilla y no pueden cambiarlo". Collboni obvió que el concejal de los comunes Eloi Badia apuntó el lunes que la idea de vetar coches con etiqueta amarilla no tiene ni calendario. Badia respondió así a Collboni: "Una forma curiosa de reforzar lo mismo que dijimos ayer", escribió junto a un vídeo de sus declaraciones del lunes.

 

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_