Xavier Trias y el fin a su temblor de manos: “Ahora me entiendo la letra”

Xavier Trias (Barcelona, 75 años), exalcalde de Barcelona, es capaz de escribir y entender su propia letra desde hace dos años. Su mano derecha ya no tiembla. Recibió un tratamiento de ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU, por sus siglas en inglés) en el cerebro en una clínica privada de Navarra y pasó de expresarse a través de una grabadora para escribir -”no me entendía la letra”- a poder coger papel y bolígrafo. “Ese tratamiento me cambió la vida”, reflexiona Trias, diestro. La mano izquierda, que aguarda en el bolsillo de su pantalón, sigue a la espera de tratamiento, con unos temblores aún evidentes y visibles. “Ya dije que hasta que no se incluyera en el servicio público, no le pondría remedio a la izquierda”, explica. Ahora ya puede pedir turno: el hospital Germans Trias i Pujol de Badalona presentó este jueves un programa pionero en Cataluña para tratar de forma no invasiva pacientes con enfermedades como el temblor esencial (una patología que provoca el tembleque esencialmente de las extremidades superiores) o el Parkinson. En España, Galicia y Madrid también ofrecen este servicio.

El centro barcelonés ya ha atendido a cinco personas tras iniciar en febrero los primeros tratamientos. Los responsables entienden que en este primer año podrán atender a unas 100 personas. A partir del segundo, se doblarán las plazas para corregir las patologías “inhabilitantes”. El departamento de Salud calcula que unas 8.000 personas pueden beneficiarse del nuevo equipamiento. “Tras una sesión, el paciente ya presenta una mejora en los temblores y puede recibir el alta horas después del procedimiento”, ilustra Ramiro Álvarez, jefe de la sección de trastornos del movimiento del Trias i Pujol.

El exalcalde Trias, que actualmente es presidente del consejo de administración del Instituto Catalán de la Salud, participó en el acto de presentación, “como paciente”. Sabe de lo que habla. Empezó a sufrir temblores a los 17 años “básicamente en las manos”, y convive con el temblor esencial desde entonces. “No me afectan”, dice, “siempre han sido parte de mi personalidad, como la manera de pronunciar la letra erre”. Los temblores no le limitaron para jugar a futbol -”en el medio del campo, donde era muy entregado”- ni en su carrera como médico. “Supe que no sería cirujano eso sí”, recuerda. A la hora de vacunar, sus compañeros le iban a a ver para comprobar si era capaz de hacerlo bien. “Tenía mis truquitos: necesitaba un punto de apoyo para el brazo, y tiraba adelante”.

Con los años los temblores aumentaron, y no ahora no tarda en señalar los rumores que le vincularon con el Parkinson durante su carrera para conseguir la alcaldía de Barcelona, cargo que ocupó de 2011 a 2015. “Algún rival político lo utilizó para desprestigiarme, pero ya está olvidado”. En aquel periodo convivió con la enfermedad en sus apariciones públicas -”si quiere que le estropee un libro de honor, se lo firmo yo mismo”- y la amargura -”puede ser incómodo que te vean en el pleno con unos papeles en la mano que van arriba y abajo solos”-, y por ello celebra el avance de la ciencia para dejar atrás a esta engorrosa compañera de viaje. Hace seis años conoció un tratamiento que se aplicaba en los Estados Unidos que requería una operación invasiva. Los especialistas le recomendaron esperar hasta que hace tres años le animaron a tratarse con la técnica que actualmente entra en el servicio púbico catalán. “Ahora puedo escribir y comer sin tirarme el café encima. Y esto no es magia, sino innovación”.

El Departamento de Salud ha invertido cinco millones de euros en el nuevo equipamiento. “Es un equipamiento de país, y quien la requiera tendrá acceso a ella”, defendió el consejero de Salud, Josep Maria Argimon. El hospital registra unos resultados “muy favorables” en los primeros tratamientos, con una mejora significativa de entre un 70 y un 90% del temblor incapacitante que presentaban previamente al procedimiento. Trias ya pide cita para tratarse la mano izquierda. “Si el orden de elección es por un cuadro inhabilitante, habrá gente por delante mío; pero si es por orden de llegada, yo soy el primero”, ironiza.