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Un año perdido para proteger el delta del Llobregat

El ayuntamiento de El Prat denuncia que pese a la advertencia de la UE y al revuelo por la ampliación del aeropuerto no se ha agilizado la preservación natural

Un grupo de flamencos retoza, ayer, en el último tramo del rio Llobregat antes de su desembocadura.
Un grupo de flamencos retoza, ayer, en el último tramo del rio Llobregat antes de su desembocadura.Albert Garcia
Marc Rovira

Sin prisa y con muchas pausas. El delta del Llobregat sigue igual de expuesto a daños medioambientales, un año después del toque de atención dado por la Comisión Europea sobre la necesidad de desplegar una normativa que lo proteja. El espacio está integrado en la Red Natura 2000, una red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad. El alcalde de El Prat de Llobregat, Lluís Mijoler, denunció este miércoles que, pese a la “severa advertencia” que las autoridades comunitarias notificaron el 18 de febrero del año pasado, no se ha remediado “la desprotección de los espacios naturales del delta”. Acusa a la Generalitat y al Gobierno central de inacción a la hora de garantizar la conservación de una franja de humedales que está permanentemente amenazada por la presión del puerto y el aeropuerto. “De entre los distintos espacios naturales de Cataluña, el delta del Llobregat es el que sufre una mayor presión urbana, industrial y de infraestructuras, pero, en cambio, es el único que no tiene aprobado un plan de protección y de gestión específico”, censuró Mijoler.

El debate que generó el pasado verano el proyecto de ampliación de la tercera pista del aeropuerto Josep Tarradellas puso el foco en la fragilidad del ecosistema del delta del Llobregat, y en especial en la laguna de La Ricarda. El revuelo terminó propiciando la súbita renuncia del Govern de la Generalitat al proyecto y a la inversión de 1.700 millones de euros que llevaba aparejada, ante la estupefacción del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que daba por firme el acuerdo alcanzado con el vicepresidente autonómico Jordi Puigneró. Aquella renuncia suponía un paso al frente para la protección del espacio natural que rodea al aeropuerto, argumentó el president Pere Aragonès. Pero, la apuesta no se ha concretado. “La Generalitat sigue sin aprobar el plan de protección del medio natural y del paisaje de los espacios protegidos del delta del Llobregat, y ese es un instrumento fundamental para el diseño y desarrollo de las acciones necesarias para la preservación de la zona”, reprocha Mijoler. Desde el consistorio se pone de relieve que la falta de una estrategia para blindar el delta choca con la postura demostrada por Aena, que no desiste de su plan por ampliar el aeropuerto. “La propuesta de Aena es todo lo contrario a lo dicho por la Comisión Europea”, se critica desde El Prat. El argumento municipal expone que alargar la tercera pista supondría “una destrucción todavía más grande de los espacios naturales del delta y del parque agrario”.

En febrero del año pasado, la Comisión Europea remitió una carta de emplazamiento al Gobierno. El comunicado formaba parte de un procedimiento de infracción contra España por dejadez en la tutela del delta del Llobregat, un pulmón verde que está integrado en la Red Natura 2000 y que cuenta con zonas de especial protección de las aves (ZEPA). La reprimenda europea salpicaba directamente a la Generalitat, competente en materia de medio natural, y al Estado, por su participación en el impulso de grandes obras públicas en torno a la desembocadura del río Llobregat. La Comisión reprobó la negligencia de las autoridades en el cuidado del delta del Llobregat, alertando que la desatención de este ecosistema atenta contra la directiva europea de conservación de los hábitats naturales.

La denuncia fue llevada a Europa por la entidad naturalista Depana. Se argumentaba un sistemático incumplimiento de las medidas de compensación pactadas en la declaración de impacto ambiental de cada gran obra que ha afectado al delta. El ayuntamiento de El Prat apunta que son necesarias medidas urgentes para revertir la erosión de los humedales y la pérdida de recursos hídricos por culpa de “las alteraciones en la zona” que ha supuesto el crecimiento de las infraestructuras. Un informe del consistorio indica que solo se ha creado una hectárea de zonas húmedas, frente a las 40 hectáreas que se eliminaron hace una década, a raíz de la última ampliación del aeropuerto.

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