Málaga reitera su interés por acoger el Hermitage que Barcelona descarta
La capital de la Costa del Sol se ve con posibilidades por su consolidada apuesta museística y Granada se suma a la lista de candidatas tras ofrecer distintos espacios cercanos a la Alhambra
Málaga ha vuelto a postularse para acoger la sucursal del museo Hermitage que rechaza Barcelona, donde los promotores se han dado ya por vencidos. La capital de la Costa del Sol ha sido la primera en reaccionar, levantando la mano y recordando lo que ya comunicó a los promotores del espacio cultural a principios del pasado otoño. “Estamos abiertos a seguir hablando sobre este proyecto en los términos en los que se planteó, es decir, sin coste para la ciudad”, aseguran fuentes del Ayuntamiento de Málaga. Su alcalde, Francisco de la Torre (PP), mantiene abierta la puerta seguro de tener posibilidades. Ya lo hizo con Centre Pompidou Málaga y el Museo Ruso, ambos inaugurados en 2015, que se sumaron al Museo Picasso Málaga, el Thyssen y, finalmente, el Museo de Málaga. De la Torre cree que el Hermitage sería el remate al proyecto museístico, pero tiene competidoras. A la carrera se ha unido Granada, que ha ofrecido espacios en el entorno de la Alhambra para una futura sede. Antes ya habían mostrado interés otras ciudades como Valencia, Sevilla, Madrid o incluso Lisboa.
Los planes para el aterrizaje del Hermitage en Barcelona arrancaron hace algo más de una década. Planteaba una inversión de 52 millones de euros que incluía levantar el que se postulaba como un nuevo edificio icónico para la ciudad. Era un diseño del arquitecto japonés Toyo Ito que incluía seis salas para exposiciones con fondos del Museo Hermitage de San Petersburgo. La iniciativa, con previsiones para rozar el millón de visitantes el primer año, está impulsada por Varia, fondo de inversión suizo-luxemburgués, y la sociedad Cultural Development. La Autoridad Portuaria de Barcelona dio en mayo de 2021 la autorización inicial al proyecto con una condición: la firma de un convenio con el ayuntamiento, liderado por Ada Colau, pero el consistorio aprobó no tramitar el documento. El caso pasó a los tribunales y la ciudad quedó descartada. Ayer, Rosa Carretero, responsable de relaciones institucionales de Hermitage barcelonés, aseguraba: “A no ser que, en breve, haya cambios radicales, el proyecto no se llegará a realizar en Barcelona”. Las capitales que aspiraban a convertirse en alternativa han levantado las orejas nada más saberlo.
La primera, Málaga. Fueron los propios promotores los que, según fuentes municipales, en los primeros días de octubre del año pasado, solicitaron una reunión con su alcalde. El ayuntamiento había negado hasta esos días cualquier movimiento para atraer el proyecto a la capital malagueña y, finalmente, el paso lo dieron los propios inversores. En aquella cita trasladaron la posibilidad de aterrizar en Málaga y mostraron el interés en hacerlo. Se llegaron incluso a barajar posibles localizaciones, entre la que se encontraba la futura marina de San Andrés, un puerto deportivo que se planea construir a corto plazo en la zona oeste de la ciudad -el proyecto está en fase de adjudicación- que además de atraques y club náutico, incluye una amplia zona de restauración y comercios. “Nos han preguntado si estamos interesados y hemos dicho que sí”, dijo Francisco De la Torre cuando la conversación se hizo pública. El regidor aclaró varias veces que el proyecto tendría “coste cero” para la ciudad a pesar de que se levantaría sobre suelo público.
El dato es valioso en una ciudad como Málaga, que ya reserva unos 10 millones de euros anuales para sus principales museos. El canon que se paga cada año al Pompidou parisino supera los dos millones de euros -el acuerdo es hasta 2025- y al Museo Estatal de San Petersburgo -hay convenio hasta 2035- roza el medio millón de euros. A ello hay que añadir otros muchos gastos de mantenimiento o transporte de las obras, así como los que suponen la Casa Natal Pablo Ruiz Picasso, el Museo Carmen Thyssen o el Centro de Arte Contemporáneo (el Picasso es competencia autonómica). Hay financiación privada, pero el principal músculo es público, de ahí que la oposición planteara el año pasado un informe para ver hasta qué punto era necesario el Hermitage. Las dudas también fueron planteadas por la concejala de Cultura, Noelia Losada, de Ciudadanos -grupo que sostiene a los populares en el Gobierno municipal-. La edil afirmó que “quizás” no es el momento para este museo, subrayando además que había analizado el proyecto y cómo esté, en su opinión, daba más importancia a la oferta de ocio que a la cultural. “Le podemos llamar museo, pero parece otra cosa”, aseguraba en un pleno a finales de octubre. Hoy mantiene aquella postura mientras la ciudad sigue a la expectativa para dar más pasos en firme.
Granada se suma a la carrera
La que también los dio a finales de octubre es Granada, que ante las dudas de Barcelona envió una carta al embajador ruso en España, Yuri Korchagin, ofreciéndose para optar a ser sede del Hermitage. El consistorio granadino planteó la posibilidad de que se instale en distintos espacios dentro del centro histórico de la ciudad, en lugares conectados con el epicentro de su zona más patrimonial, es decir, el entorno del barrio del Albaicín y la Alhambra. “Son espacios singulares y creemos que hay una oportunidad. Ahora, claro, entraremos en alguna puja o negociación junto al resto de ciudades interesadas para ver quién se lleva el gato al agua”, aseguran fuentes municipales. Madrid, apoyada por la comunidad madrileña, ya hizo sus gestiones a principios de 2020, aunque quedaron paralizadas por la pandemia. Ocurrió lo mismo con Sevilla, que en 2020 también mantuvo las primeras conversaciones planteando incluso la Real Fábrica de Artillería como posible sede.
Fuentes del Hermitage Barcelona aseguran que, de momento, “no hay nada cerrado con nadie”. Subrayan que la primera opción fue siempre Barcelona, “pero ahora definitivamente se ha descartado”. Los promotores insisten en que tienen el mandato de llevar el proyecto “al sur de Europa”. Es un territorio muy amplio que ha hecho albergar esperanzas a un buen abanico de ciudades, aunque Málaga, por su proyecto museístico, se ve bien posicionada y con posibilidades. También lo cree Madrid e incluso Lisboa. La opinión de los responsables de la matriz en San Petersburgo será importante, pero también que la futura sede sea un lugar de atractivo turístico no solo para atraer visitantes, también que permitan rentabilizar la inversión prevista. “Veremos”, concluyen desde el Hermitage.
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