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Teatros y cines celebran la vuelta al aforo completo

Salas teatrales ofrecen descuentos para llenar el 100% de sus localidades, pero no todas llenan en la primera noche

15/10/2021 La grada del Teatre Lliure de Grˆcia p‡racticamente llena en el primer d’a en que el aforo puede ser del 100%. Foto: Joan S‡nchez
15/10/2021 La grada del Teatre Lliure de Grˆcia p‡racticamente llena en el primer d’a en que el aforo puede ser del 100%. Foto: Joan S‡nchezJoan Sanchez (EL PAÍS)
Toni Polo Bettonica

La comunicación oficial, el pasado martes, de que a partir de este viernes los espacios de espectáculos culturales podrían ofrecer el 100% de sus aforos era una noticia esperada. Ante la favorable evolución de la pandemia, teatros, cines, auditorios, archivos, bibliotecas, museos, librerías, galerías y otros equipamientos culturales pasan de poder ofrecer un máximo del 70% de sus localidades a la ocupación total. Siguen vigentes las medidas de prevención, como el uso de la mascarilla y de gel hidroalcohólico, la desinfección de los espacios y las entradas y salidas del público ordenadas.

Sin embargo, muchos espacios no llenaron en el primer día de apertura total. La mayoría de las entradas para estos días se habían vendido anticipadamente contando con un 70% del aforo. Eso implica que el 30% de entradas que salen ahora a la venta corresponden a butacas separadas, las que no se vendían para mantener la distancia de seguridad entre grupos de espectadores. “¿Quién quiere ir a ver un musical y sentarse solo?”, reconocen responsables de Cantando bajo la lluvia, que ha agotado de sobras las entradas en todas sus funciones al 70% pero que este viernes mostraba una platea con asientos vacíos.

El mismo problema tienen las salas públicas de teatro y música de Barcelona, que han lanzado la campaña Celebrem que estem al 100%: desde este viernes y hasta el 31 de octubre, se pueden adquirir entradas de ese 30%, las llamadas “butacas sanitarias”, a 10 euros en el Auditori, en el Mercat de le Flors, en el Palau de la Música, en el TNC y en el Teatre Lliure. El Liceu pone sus localidades a 30 euros.

Algunas salas pequeñas, como la Fènix, en Barcelona, que no llega a las 50 butacas, mantienen el 70% de ocupación este fin de semana porque lo ideal habría sido cambiar de localidad a los que ya tenían la entrada comprada “y eso era incomodar al espectador”, según explica el director de este espacio del Raval, Felipe Cabezas.

La Perla 29, que gestiona el teatro de la Biblioteca de Catalunya, también hace equilibrios para vender esas entradas de más, y el problema ya se ha trasladado a futuros espectáculos. “El 28 de octubre tendremos a La calòrica (con Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I) y en noviembre La Ruta 40 (con El llarg dinar de Nadal) y las entradas que ya tenemos vendidas están distribuidas para un 70%...”, comentan desde la compañía.

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El festival de artes escénicas de Girona y comarcas Temporada Alta activó el plan que tenía previsto para el momento en que se habilitara el aforo completo. “En cada uno de los 26 espectáculos en que ya se habían agotado las entradas habíamos abierto una lista de espera”, explica Salvador Sunyer, director del festival. A cada uno de la lista, el miércoles a las cuatro de la tarde se le comunicó la posibilidad de comprar su entrada. “La respuesta en esas primeras horas fue buenísima”, dice Sunyer, que pone como ejemplo que Sonoma, un espectáculo de La Veronal de danza contemporánea, vendió 80 entradas en apenas dos horas. El Temporada Alta gana casi 10.000 butacas más con la apertura y solo en las primeras horas se vendieron cerca de 1.000. “Si una pareja quiere ir a ver Sonoma, pues lo harán separados, claro”, reflexiona el director de festival. “Pero al no haber restricciones, pueden pedir cambiar los asientos con otros espectadores. Esto será como en el AVE”, sostiene, en tono de humor, Sunyer.

Más sesiones

El caso de las salas de cine es distinto. “Si no tenemos un estreno a lo Stars Wars, la venta anticipada no es corriente”, explica Pilar Sierra, directora del Gremio de Cines de Cataluña. “Lo que también nos alivia es el horario, porque tener que cerrar a la una de la madrugada implicaba que en algunos casos, por ejemplo con películas muy largas, no se podía ofrecer una cuarta sesión diaria”, comenta Sierra.

Toni Espinosa, responsable de los cines Girona, reconoce que difícilmente se llega al 100% de ocupación pero celebra la medida: “Sobre todo nos ayuda en los eventos, actos y presentaciones”, comenta, recordando el Festival de Cine Asiático (del 27 de octubre al 7 de noviembre) y el de Medio ambiente (del 3 al 11 de noviembre): “Contar con el 100% del aforo es clave”.

A las salas más pequeñas, la reapertura total les salva la vida. “Hemos estado al 50%, lo que equivale a 36 butacas, porque era la mejor manera de ubicar al público”, cuenta Albert Treviño, del cine Zumzeig, una única sala de 70 butacas y con una programación de culto. “La semana que viene estrenamos la película de Jonás Trueba, Quién lo impide, que seguro que funciona”, aventura. “Contar con todo el aforo nos da tranquilidad, también, con vistas a los festivales (en noviembre tenemos L’Alternativa). Ya tenemos el 100% del aforo, ahora hay que volver a la rutina del 100%”.

La normalidad también vuelve a los horarios

Además de ampliar la capacidad del 70% al 100%, se elimina el número máximo de espectadores, que hasta ahora estaba fijado en 1.000 personas en espacios cerrados (o hasta un máximo de 3.000 con condiciones de ventilación reforzadas) y de 4.000 personas al aire libre. Los conciertos y festivales en espacios cerrados con el público de pie o posibilidad de baile se asimilan al ocio nocturno y tendrán que cumplir las condiciones de esta actividad: permitirán una capacidad máxima del 70% y requerirán pasaporte covid. 
Al aire libre, la ocupación permitida será del 100% con distancia, y si no se puede mantener, será necesario el uso de la mascarilla. En actospopulares, también se eliminan todas las limitaciones. No hay límite en el número de participantes en castells, cobles, grupos teatrales o de danza, etc., siempre que no sean situaciones análogas al ocio nocturno. Por lo que se refiere a los horarios, se eliminan las restricciones que había y las diferentes actividades se vuelven a regir por la normativa sectorial preexistente antes de la pandemia.


Sobre la firma

Toni Polo Bettonica
Es periodista de Cultura en la redacción de Cataluña y ha formado parte del equipo de Elpais.cat. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la sección de Cultura de Público en Barcelona, entre otros medios. Es fundador de la web de contenido teatral Recomana.cat. Es licenciado en Historia Contemporánea y Máster de Periodismo El País.

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