ERC señala la división interna de Junts como la causa del bloqueo de la investidura de Aragonès
Los republicanos quieren cerrar el pacto entre el día de Sant Jordi y el Primero de Mayo y Artadi avisa de que solo se dejarán presionar “por un buen acuerdo”
Semanas de negociación, 10 documentos, propuestas, contrapropuestas, investir a Laura Borràs como presidenta del Parlament... La cúpula de Esquerra Republicana cree que ya lo ha hecho todo para poner en marcha un nuevo Ejecutivo independentista en Cataluña. Los miembros de la comisión negociadora han apuntado este lunes al desencuentro interno en las filas de la formación que lidera Carles Puigdemont como la causa última del retraso en investir a Pere Aragonès. “No puede ser que los problemas dentro de Junts per Catalunya sean los problemas del país. Hay prisa y no podemos esperar”, ha defendido la portavoz republicana, Marta Vilalta. ERC ha instado a Junts a llegar a un acuerdo entre el 23 de abril y el 1 de mayo si bien no ha explicado qué pasaría si no se cumple ese plazo.
Es la primera vez que los republicanos plantean un límite temporal. “Si las discrepancias internas no le permiten a Junts a llegar a un acuerdo, que lo digan. Pero no podemos esperar más ni tener al país en stand by”, ha dicho en tres ocasiones Vilalta. Junts ha replicado advirtiendo que si las fechas son una estrategia de presión no funcionará porque solo les mueve llegar a un buen acuerdo. “No sé si alguien debería ser más prudente a la hora de apuntar a otros”, ha afirmado visiblemente molesta Elsa Artadi, portavoz de Junts, que ha recordado que los acuerdos que ha tomado hasta ahora su partido siempre han sido por unanimidad. La diputada ha precisado que les quedan por cerrar flecos del dibujo global del Govern o del acuerdo programático. “Emplazo a hacer más trabajo y menos declaraciones”, ha zanjado.
Las declaraciones cruzadas entre los dos socios reflejan la mala relación, los reproches y el estancamiento de las negociaciones. Los republicanos han optado por primera vez por dar públicamente detalles sobre el contenido de los documentos que ha entregado a Junts en estos días. Desde el pasado viernes, en las filas republicanas reinaba el desconcierto al sostener que abren carpetas y no las cierran. Sergi Sabrià, diputado de ERC, ha abierto la veda para criticar a sus socios. “La gente no puede esperar por los desacuerdos internos de partido. No hay excusa que valga”, ha dicho. Y ha advertido de la posible especulación sobre una repetición electoral: “[Quien la fuerce] lo tendrá que explicar y muy bien”. Artadi, cuya formación no quiere bajo ningún concepto una repetición electoral, asegura que están muy lejos de la situación entre el PSOE y Podemos cuando forzaron unas nuevas elecciones en 2019.
Vilalta ha querido recordar que ERC siempre ha sido “generosa” cuando “las responsabilidades han estado cambiadas”, es decir, cuando Junts era el hermano mayor. La portavoz de ERC también ha insistido en que ya se votó a Laura Borràs como presidenta del Parlament y “siempre se ha votado a los presidenciables” propuestos por el espacio que antes ocupaba Convergència. En las filas de Junts, sin embargo, no olvidan que el exlíder de la Cámara, Roger Torrent, abortó la investidura telemática de Puigdemont en enero de 2018 para no desobedecer a la justicia.
En el seno de Junts sí existen diferentes sensibilidades respecto al acuerdo con ERC. No tanto en el fondo sino en la manera como se ha tensado la cuerda. La idea de que hay que mantener la influencia de Puigdemont es compartida, así como que se tiene que trabajar por “el mejor acuerdo” pero la concreción sobre qué quiere decir eso es más difícil y cambia según a quién se le pregunte. El secretario general Jordi Sànchez ha llevado la batuta de las negociaciones y ha logrado imponer una política de no filtraciones del avance de las conversaciones. Los políticos presos, por su parte, han expresado su malestar por sentirse apartados de todos los acontecimientos.
La propuesta de ERC a Junts se organiza en cinco ejes: la estrategia independentista, la soberanía parlamentaria, las prioridades del Govern, un esbozo de arquitectura del Ejecutivo y los mecanismos de coordinación para asegurar la lealtad de los socios en todo el mandato. “El país no se merece un Govern que se mira de reojo”, ha explicado Vilalta para justificar el último punto, que incluye hasta tres comisiones de seguimiento distintas y que, en el pasado, no han logrado encauzar la desconfianza crónica. Artadi sí que ha ironizado con la creación de las comisiones al afirmar que a veces se crean para dar la sensación de que se está trabajando y que lo que cuenta es la voluntad política. No ha querido dar detalles sobre las negociaciones, pero si ha dejado esta pincelada: la propuesta global que hace ERC tiene nueve páginas y la de Junts, 57. “Queremos más detalle en la política territorial o vivienda. Y buscamos un punto de encuentro”, ha alegado.
En la estrategia independentista, los republicanos proponen un órgano de dirección colegiado entre los tres partidos secesionistas con representación en la Cámara y las dos entidades soberanistas, ANC y Òmnium. Allí tendría una silla Puigdemont y se haría una reingeniería del Consell de la República para “garantizar la neutralidad, la gobernanza, concretar la misión y la rendición de cuentas y transparencia”, ha explicado Vilalta. ERC cree que también se tiene que compatibilizar la negociación con el Estado “con el nuevo embate” en el caso de un fracaso de la mesa de diálogo. Una de las quejas de Junts es que no hay suficiente concreción en este punto.
Para la portavoz de los republicanos y miembro de la comisión negociadora, el punto de la soberanía del Parlament ya está en marcha con la articulación de la Mesa del Parlament y el pacto para limitar el trabajo legislativo de Vox. Las prioridades del Govern ―ERC cree que el plan de Gobierno, de manera formal, se pacta después de la investidura― tiene tres puntos: reforzar el Estado del bienestar, defender la economía de la vida y la cohesión territorial, el buen gobierno y la cohesión democrática. Vilalta ha asegurado que no le consta ninguna objeción específica de Junts al acuerdo alcanzado con la CUP por los republicanos y les ha invitado a bajar a la concreción de cara a poder corregirlo.
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