Mònica Roca: “Existe la posibilidad de que los sindicatos entren en las cámaras”
La primera mujer presidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona reconoce: “¿Mi discurso es más suave que el de Canadell? Quizás sí”
Mònica Roca se convirtió el lunes a los 51 años en la primera mujer presidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona. Releva algo antes de lo previsto a Joan Canadell —debía sustituirle en el ecuador del mandato, pero el paso a la política del empresario ha acelerado el cambio—, con quien entró en la institución a través de la plataforma independentista Eines del País. Ingeniera en Telecomunicaciones, pasó por la Agencia Espacial Europea y ahora es socia y directora de IsardSat, compañía centrada en tecnología para la observación desde satélites.
Pregunta. ¿La plataforma Eines hasta dónde quiere llegar? El último intento es el de Pimec
Respuesta. No tiene límite.
P. ¿Se plantean Foment?
R. ¿Por qué no? Es cierto que en Foment el tipo de empresa asociada no es tan independentista como la representación de todo el tejido que tiene la Cámara, porque son empresas más vinculadas al Estado, por lo que sería más difícil que en el caso de Pimec. Allí ha nacido una semilla que lo intentará la próxima vez.
P. ¿Qué es lo mejor y lo peor que han hecho en la Cámara estos dos años?
R. Lo mejor, el giro que le hemos dado para apostar por un modelo de alto valor añadido y basado en conocimiento, y más cercano al empresariado. El peor: hay muchas cosas a mejorar, pero quizás el no haber conseguido la ley de Cámaras.
P. Pero, ¿qué es lo que consideran más importante de esa ley? ¿La financiación? ¿La representatividad institucional?
R. Ambas cosas. Hay una parte de representatividad que entendemos que debemos tener por el tipo de servicios públicos que hacemos. Y eso va ligado a financiación. No estaremos contentos con solo una de las dos cosas. Y, sobre todo: Es dinero para servicios a empresas.
P. ¿Buscarán otras fórmulas para financiarse?
R. Estudiamos poder tener aportaciones voluntarias de empresas que estén contentas con lo que les ofrecemos. No nos gusta el modelo actual de las mal denominadas sillas de plata \[14 empresas con derecho a voto que pagan a partir de 75.000 euros al año\], aunque nos pueda encajar que estén en el pleno.
P. Tres de esas empresas han anunciado su marcha del pleno de la Cámara. ¿Por qué?
R. A mí desde Abertis me dijeron que desde Italia esto de las cámaras les quedaba un poco lejos y que podían usar ese dinero en otra cosa. Es una decisión tomada en mayo, octubre y enero, anunciada ahora porque era cuando se tenía que hacer la renovación anual. No tiene nada que ver con la política. Hay buena relación y seguirán en comisiones.
P. ¿La Cambra defiende los intereses de todas las empresas sea cual sea su tamaño?
R. De todas, pero las grandes tienen muchos más recursos para defenderse y necesitan mucho menos a la cámara que la pequeña empresa y el autónomo.
P. ¿Eliminar las sillas de plata?
R. Por ley, no las podemos eliminar todas, quizás se quede una, cuatro... ya se verá. Podrían representar a colectivos concretos, pero necesitamos la ley de Cámaras.
P. Patronales y sindicatos se niegan a que las cámaras tengan representación institucional ante la Generalitat como pretenden.
R. No es lógico que una patronal pueda vetar una ley de Cámaras, que ha de ser una discusión entre el Govern y las cámaras. Creen que pisamos su terreno. La Cámara mira por la empresa en global, la patronal se debe al patrón y el sindicato, al trabajador. Tendría sentido que en las cámaras, igual que están las patronales, estuvieran los sindicatos.
P. ¿Planteará que los sindicatos estén en el pleno?
R. Es una posibilidad. Si patronales y sindicatos lo ven y desencallamos la ley catalana de cámaras… debemos sentarnos a hablar. Ahora debemos ceñirnos a la ley española.
P. ¿La presencia de la Cámara de Comercio en el acto organizado por Foment en contra de los disturbios y para presionar por la reactivación económica marca un punto de inflexión en las relaciones con las patronales?
R. Es bueno aprovechar las circunstancias para cambiar cosas, y esto no se tiene que entender como algo en contra de Canadell, que ha tenido una muy buena relación con Sánchez Llibre. Pero a veces, un cambio promueve otro tipo de relación. Este acto a nosotros nos llegó algo tarde para adherirnos al manifiesto: ya habíamos hecho dos antes y además no lo podíamos asumir plenamente, porque desviaba el foco del problema. Nosotros condenamos el vandalismo pero creemos que ese no es el foco, sino la crisis y la falta de ayudas a las empresas.
P. ¿No le sorprende que ustedes hayan condenado los actos vandálicos antes que el Govern?
R. Se ha querido politizar. No quiero justificar la violencia, pero imaginemos como está la gente joven, con más de un 40% de paro, cerrados en casa… salir y condenar una violencia cuando, de partida, las manifestaciones habían sido pacíficas con excepción de hechos concretos…
P. ¿Cómo valora la gestión del Govern de la pandemia?
R. Le pondría un aprobado. No tenía mucho que hacer porque no tenía presupuesto. Les hemos criticado algunas actuaciones, como el déficit, que lo podrían haber relajado más. En cuanto a las restricciones, ha faltado un poco más de cirugía fina para decidir qué se abría y qué se cerraba.
P. ¿Seguirá usted el mismo discurso que Joan Canadell?
R. El proyecto es el mismo, y la estrategia. Pero el talante de cada uno es propio. ¿Mi discurso es más suave? Quizás sí, pero a él también le ha pasado que ha ido chocando muchas veces con muros y la gente se va quemando. Y el hecho de pasarse a la política también le ha contrapuesto con otro partido político[ERC].
P. ¿Canadell ha utilizado a la Cámara para saltar a la política?
R. Eso es tan absurdo como decir que yo utilicé mi paso por la Agencia Espacial Europea para saltar a la Cambra.
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