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Los edificios de Gaudí en Barcelona, a medio gas

Tres de las siete construcciones visitables del arquitecto modernista en la ciudad está cerrados al público desde octubre y otros dos solo abren tres días a la semana

La fachada de la Casa Batlló de Gaudí en Barcelona, ayer, cerrada al público desde el mes de octubre.
La fachada de la Casa Batlló de Gaudí en Barcelona, ayer, cerrada al público desde el mes de octubre.MASSIMILIANO MINOCRI
José Ángel Montañés

Con el cierre de los equipamientos culturales en marzo para controlar el coronavirus se produjo una situación inesperada: los edificios creados en Barcelona por Gaudí, reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se quedaban vacíos sin los millones de personas que los visitaban cada año. Y cuando, entre junio y julio, volvieron a reabrir, la situación había cambiado para siempre. Hoy, de los siete edificios visitables en esta ciudad, tres están cerrados desde octubre a las visitas: la Sagrada Familia, la Casa Batlló y la Cripta de la Colonia Güell, en la cercana Santa Coloma de Cervelló. Otro dos: La Pedrera y la Casa Vicens, abren tres días a la semana y solo el Palau Güell y la Torre Bellesguard ofrecen visitas con horarios habituales. El Park Güell, por su parte, ya vuelve a cobrar entrada para visitar su recinto monumental (entre las 9,30 y las 18 horas), donde es más patente la mano de Gaudí.

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Todos estos edificios perdieron en 2020, de media, un 80% de sus visitantes. Se da casi por perdido 2021, mientras que sus gestores esperan que la recuperación llegue en 2022 cuando las vacunas permitan viajar a España, sobre todos, a personas del continente asiático, que son los que de forma mayoritaria los visitan, además de europeos, franceses, por la proximidad, y estadounidenses.

La Sagrada Familia es el edificio más visitado de España. Hasta la pandemia, 4,5 millones de personas, que financiaban las obras que estaba previsto terminar en 2026, centenario de la muerte del arquitecto. Pero en 2020 solo fueron 675.000, un 85% menos que el año anterior. En julio reanudaron las visitas para los barceloneses, pero en octubre volvieron a cerrar sin fecha prevista para reanudarlas. Si no hay visitantes, sobre todo de fuera de nuestras fronteras, no hay ingresos y el coste de abrir el templo es superior a los ingresos. “Necesitamos unas 600 personas al día para que sea rentable, y ahora no las tenemos”, dicen desde Sagrada Familia, concentrados, tras 11 meses de parón en las obras, en terminar la Torre de María. Ya se ha anunciado que en 2026 será imposible haber acabado todos los trabajos. La semana pasada la Junta Constructora y el Ayuntamiento pactaron aplazar el pago hasta 2022 de casi 1,7 millones de sus contribuciones a la ciudad (que será de 36 millones de euros en 10 años) para financiar el transporte público y el mantenimiento del espacio público. Las partes acordaron que se pagaría cuando se superen los 1,1 millones de visitantes.

Fachada de la Natividad de la Sagrada Familia, cerrada al público.
Fachada de la Natividad de la Sagrada Familia, cerrada al público.Reuters

Tras reabrir la Casa Batlló esta casa construida en 1906 en julio, cerró sus puertas de forma definitiva a finales de octubre después de unos incidentes durante una protesta de los trabajadores de una subcontrata que realizaba las visitas a esta casa del Paseo de Gràcia que acabaron en la rotura de una de las vidrieras de la fachada que motivó una denuncia por parte de los propietarios, la familia Bernat, que sigue su curso. En 2020 la visitaron 230.819 personas, un 78,3% menos que en 2019 (1.065.000 personas). No hay una fecha de reapertura. “Será en primavera o verano” explican fuentes de la propiedad del edificio, la familia Bernat, que aseguran que que están trabajando “en una nueva propuesta que permita disfrutar de la arquitectura más allá de la visita museística”.

La cripta de la Colonia Güell es el tercer edificio de Gaudí que está cerrado al público. Ubicado en la colonia industrial que Eusebi Güell creó en Santa Coloma de Cervell reabrió en 4 de julio, solo los fines de semanas y cerró a finales de octubre al aumentar las restricciones que impedía al 75% de su público, escolares y turistas, acceder. De los 92.657 visitantes de 2019 se pasó a 21.200, un 77% menos. “Funcionó muy bien los fines de semana de agosto. Fue un éxito, y ampliamos a los festivos durante septiembre. Pero las restricciones de movimiento comarcales y luego municipales hicieron que hubiera una bajada importante y decidimos cerrar a finales de octubre”, explica Andrés Andrés, responsable técnico del consorcio que gestiona la colonia y la cripta construida entre 1898 y 1914. Trabajan, explica, con la idea de reabrir de cara a Semana Santa. En octubre se cumplen los 20 años de la asociación que celebra la Fiesta Modernista y esperan conmemorarlo y poder recibir, como antes de la pandemia, un gran número de público.

Azotea de La Pedrera de Gaudí, en Barcelona.
Azotea de La Pedrera de Gaudí, en Barcelona.DEMC (Europa Press)

La Casa Vicens, la primera casa creada por Gaudí entre 1883 y 1885, recibió, en los 195 días que abrió de 2020, un total de 49.376 visitantes frente a los 163.096 del año anterior, un 70% menos. En los datos que dio a conocer el director Emili Masferrer este martes aseguró que, de forma mayoritaria, sus visitantes fueron barceloneses, la mitad del total, seguidos de franceses, italianos y estadounidenses y japoneses (entre el 6 y el 4%), que seguro que la visitaron antes del cierre de fronteras de marzo. Desde su reapertura en julio lo han hecho solo tres días a la semana, de viernes a domingo y aseguran estar en “un compás de espera” en el segundo semestre del año en el que habrá más demanda, al reactivarse el turismo y así poder abrir más días a la semana.

La Pedrera es el otro edificio abierto solo tres días a la semana, de viernes a domingo. Reabrió el 15 de julio y pese a los buenos resultados que tuvo en enero y febrero sus visitantes en todo el 2020 fueron 181.354, muy por debajo de los 1,5 millones del año anterior, un 86,2% menos. Desde la Fundacion Catalunya-La Pedrera, propietaria del edificio construido entre 1906 y 1912, confirman que este año no organizarán ninguna de las notables exposiciones que acoge el piso noble. Tampoco actividades ya que, al ser una fundación, “sin abandonar el tema patrimonial como demuestra que se estén realizando labores de mantenimiento de las pinturas de los patios” están centrados en los asuntos sociales “más urgentes”. Marta Lacambra, la directora general calculó que el cierre de marzo a julio suponía “unas pérdidas de más de 6,5 millones de euros”.

Fachada del Palau Güell, obra de Gaudí en Barcelona..
Fachada del Palau Güell, obra de Gaudí en Barcelona..Montserrat Baldomà Soto (Montserrat Baldomà)

El Palau Güell, es uno de los dos únicos edificios que están abiertos los sietes días de la semana. Reabrió el 16 de junio, “por responsabilidad de ser un edificio público”, al ser propiedad de la Diputación de Barcelona. Pese a eso, recibió en 2020 un total de 45.597 visitantes, un 80% menos que en 2019 (227.341). Del total, el 90% fueron españoles y de ellos, el 97% catalanes, cifras que contrastan con las anteriores en las que 93% eran turistas y solo el 1,6% de Barcelona. Desde diciembre la visita tiene un aliciente más: la exposición del misterioso Aleix Clapés que pintó la mayoría de las paredes de su interior.

El otro edificio que está abierto todos los días es la Torre Bellesguard, el edifico que Catalana de Occidente compró en 2018. Fue el primero en reabrir desde marzo, el pasado 9 de junio y a mitad de agosto, cuando trascendió que se acaba de adquirir parte del solar cercano para crecer, había recibido unas 200 personas que visitaron este edificio terminado en 1909 en grupos reducidos.

La cripta de Gaudí a la Colònia Güell en Santa Coloma de Cervelló, con las columnas de basalto y las réplicas de los bancos.
La cripta de Gaudí a la Colònia Güell en Santa Coloma de Cervelló, con las columnas de basalto y las réplicas de los bancos. Marcel·lí Sàenz

Una columna de basalto de la Cripta Güell, al MNAC

Los responsables de los edificios de Gaudí consultados coinciden en que la exposición que inaugurará el MNAC sobre Gaudí (del 30 de septiembre al 23 de enero) que luego viajarán al Museo de Orsay en París, será un revulsivo para relanzar su obra y recuperar las visitas perdidas. “Para nosotros es muy importante participar y ceder alguna de las piezas de la cripta”, explica Andrés Andrés, técnico del consorcio que gestiona la Colonia Güell. “Es un escaparate. Gaudí es muy conocido, pero la cripta no tanto. Que se puedan ver obras en el MNAC y luego viajen a París, es fundamental”, asegura. Por eso, no han dudado en prestarles uno de sus elementos más icónicos: una columna de basalto similar a las que Gaudí usó para construir la cripta. En concreto, uno de los elementos que se han instalado en un jardín arquitectónico —que la pandemia ha impedido inaugurar— con elementos que quedaron sin usar al paralizarse los trabajos en 1914, que impidieron levantar la iglesia. La semana pasada los visitó el comisario de la muestra Juanjo Lahuerta y el equipo del MNAC para preparar la logística necesaria para transportarla hasta el museo de Montjuïc, para ser una de las piezas estrella de la muestra.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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