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La Casa Batlló luce como en 1906

El edificio de Gaudí recupera el cromatismo original de su icónica fachada

José Ángel Montañés
Fachada restaurada de la Casa Batlló de Barcelona.
Fachada restaurada de la Casa Batlló de Barcelona.Massimiliano Minocri

Cinco meses ha estado la fachada de la Casa Batlló, una de las dos obras de Antoni Gaudí en el Paseo de Gràcia, oculta por andamio y una lona. El tiempo que han necesitado una treintena de personas para llevar a cabo los trabajos de limpieza de la compleja fachada creada por el arquitecto. Este jueves, después de estos intensos días en los que el edificio no se ha cerrado al público se dio por terminada las labores en esta piel de escamas y huesos que creó Gaudí. El resultado, según el director de las obras desde 2013, Xavier Villanueva, ha sido espectacular. Tanto que considera que su aspecto es el más parecido al que tenía en 1906, cuando el arquitecto dio por terminada la reforma del edificio construido en 1875 por Emilio Sala Cortés. “Hemos ido más allá de una limpieza, hemos ido al origen”, dijo Villanueva a los pies de esta fachada casi etérea, entre medio de turistas que hacían cola para acceder al interior.

Villanueva conoce bien el edificio. Intervino en 2001, cuando fue restaurada la fachada poco antes de ser declarada Patrimonio Mundial de la Unesco. Entonces hubo que ataca el deterioro del trencadís de vidrio. “Los trabajos eran, sobre todo, para comprobar que todo lo realizado hace 17 años había tenido el comportamiento adecuado y verificar que no habían problemas. Por eso solo hemos limpiado, obteniendo un lienzo multicolor que cambia a lo largo del día. También se ha recuperado el color original del mortero descubriendo cuatro franjas blancas que atraviesan diagonalmente la fachada“, explicó. Entre los cambios más llamativos: el nuevo color de los balcones de hierro, pintados de blanco de plomo, el dorado de las cadenas que mueven las vigas para subir los muebles, además de recuperar las dos tonalidades de verdes de las maderas de ventanas, balconeras y tribunas. En cuanto a la piedra de la parte baja de la fachada se ha limpiado con vapor de agua y cepillo para eliminar la suciedad recuperando su color y veta original y resaltando el dibujo de los diferentes bloques.

Parte superior de la fachada de la Casa Batlló recién restaurada, con las cadenas doradas junto a las grúas para subir muebles.
Parte superior de la fachada de la Casa Batlló recién restaurada, con las cadenas doradas junto a las grúas para subir muebles.Massimiliano Minocri

“La sensación es que la fachada es diferente, que la podemos sentir y hacer una lectura distinta a la que se ha hecho hasta ahora”, prosigue Villanueva. Y explica que el pasado viernes, tras quitar el andamio cayó una tromba de agua en Barcelona. Fue entonces cuando se pudo ver cómo el agua recorría la fachada. “Fue una maravilla”, aseguró el arquitecto.

Los trabajos han servido para localizar unos espacios interiores en el edificio que permitirán rehacer el recorrido de la visita. “Se podrá hacer un circuito; entrar y salir por sitios diferentes”, remachó Villanueva.

Los trabajos de restauración han podido ser seguidos de cerca, ya que las visitas no se han visto alterada. De hecho, 25.000 personas han sido espectadores privilegiados gracias a la instalación de unos andamios que ha permitido ver de cerca a los operarios trabajar en la azotea, a 30 metros de altura. 

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De forma paralela a la fachada se ha trabajado en la planta noble de la casa. Aquí se han recuperado los estucos originales de las paredes (en el despacho del señor Batlló, con las juntas realizadas con pan de oro) y la enorme lámpara de la estancia principal que da al paseo de Gràcia, después de localizarse desmontada en el interior de una maleta de piel, donde ha estado guardada durante décadas. También se ha colocado un biombo en el rellano de recepción del primer piso y en los próximos meses se colocarán arrimaderos de madera en casi todas las estancias. Unos cambios, los del interior y del exterior, que obligarán a los responsables de este edificio de cambiar las publicaciones (libros y postales) que se venden por miles a los turistas.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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