Casa Batlló cierra tras los “actos vandálicos” de trabajadores subcontratados
Los manifestantes, convocados por el sindicato SUT, han roto una vidriera de 1906 y hecho fuego a las puertas del edificio de Gaudí
“Cerramos de forma indefinida a partir del día 29 de octubre por la escalada de tensión provocada por algunos trabajadores en huelga de la empresa subcontratada Staffpremium y los militantes y simpatizantes del sindicato que la ha convocado, para proteger de actos vandálicos a nuestros empleados, visitantes y al icónico edificio”, explican fuentes de Casa Batlló de Gaudí, situada en el paseo de Gràcia esquina Aragón de Barcelona. La medida se produce un día después de que trascendiera que otro edificio icónico de la ciudad, la Casa de les Punxes, no reabrirá sus puertas “de momento", ante la escasez de turistas en la ciudad.
Algunos de los trabajadores de esta empresa comenzaron a manifestarse, convocados por el Sindicato Solidaridad y Unidad de los Trabajadores (SUT), a las puertas del edificio el día 8 de octubre reivindicando mejoras laborales y organizando diferentes acciones de protesta. “Desde el primer momento la Casa Batlló ha sufrido amenazas, difamaciones y agresiones constantes contra sus empleados, visitantes y el Patrimonio Mundial”, aseguran estas fuentes. El pasado sábado, día 24, “un grupo de manifestantes encapuchadas lanzaron piedras contra el edificio rompiendo parte de los emplomados originales de 1906, ocasionando daños irreparables”. En paralelo, “otros manifestantes con bengalas y petardos hicieron fuego delante del edificio y arremetieron contra el mobiliario urbano y los visitantes”, insisten.
Tras conocerse el anuncio del cierre, el sindicato SUT negó, en un comunicado, estas acusaciones y dijo que todo se trataba de “un montaje barato por parte de la Casa Batlló para sacarse a los trabajadores de encima”. Según ellos, fue alguien ajeno al piquete el que tiró los petardos y lanzó las bengalas y las piedras al edificio.
En la Casa Batlló trabajan, según fuentes de los propietarios del edificio, la familia Bernat, 35 personas con contrato indefinido y, hasta antes de la pandemia, entre 40 y 60 subcontratados de la empresa Staffpremium, que ahora se han reducido a 10 o 20, según los días. Estos trabajadores son los que acompañan a las personas que realizan las visitas por el interior del edificio. “No todos los trabajadores de Staffpremium se han sumado a la huelga, algunos, bajo amenazas, han seguido trabajando”, explican desde Casa Batlló que hacen hincapié que los problemas laborales son de estos trabajadores con su empresa, no con ellos.
Los manifestantes, explican, han hecho uso, cada vez que se han manifestado, de megafonía y pitos “asediando al visitante y provocando que dos empleados de la Casa Batlló hayan requerido asistencia médica por problemas auditivos. Uno de ellos, afectado de tinnitus y pérdida de audición, sigue en tratamiento médico”.
Otras de las quejas de parte de los responsables de Casa Batlló es que los manifestantes explicaban a los visitantes que hacían cola para entrar en el edificio “que no cumplíamos las medidas de seguridad suficientes y que se iban a infectar. Esto ha provocado un alto nivel de cancelaciones y reclamaciones de los visitantes”. Frente a eso, aseguran, tal y como dieron a conocer cuando el edificio reabrió el 1 el julio, después de varios meses estar cerrado por la pandemia: “Hemos adoptado todas las medidas necesarias, muchas de ellas innovadoras, para hacer la visita segura. Incluso tenemos el sello del Procicat y de organismos como el ICOM y el ICOMOS reconociendo nuestro esfuerzo en este sentido”.
Según Gary Gautier, director de Casa Batlló, cerramos “porque no se puede garantizar la seguridad en la vía pública, los visitantes y nuestro patrimonio, a pesar de haber contratado personal de seguridad para su protección. Cerramos para proteger un edificio que, más allá de un negocio, es Patrimonio de la Humanidad”.
Por su parte, el SUT explica en su página web los motivos de la huelga de los trabajadores subcontratados de la empresa Staffpremium: que la empresa solo realiza contrataciones temporales fraudulentos y despiden a los trabajadores a los tres años de servicio sin justificar la temporalidad. Que no se aplica el convenio del sector; que los trabajadores desafectados no están cobrando la totalidad del sueldo mensual; que se han bajado el salario por hora de actividades como las Noches Mágicas. También, que los trabajadores solo reciben una mascarilla al mes y que les obligan a atender al público sin mantener las distancias y en espacios cerrados con mucha afluencia de público sin mampara protectora; algo que desde Casa Batlló niegan.
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