El foro deportivo que estudiaba la Ruta de la Seda

El foro Crans Montana tenía que ser en 2017 una cita deportiva de “alto impacto internacional” en Barcelona y terminó siendo ignorado por gran parte del propio sector catalán. Dos altos responsables deportivos del Ayuntamiento ni siquiera conocían su existencia, y cuatro presidentes de las principales entidades del tejido asociativo de Cataluña rechazaron asistir o desconocían el evento. La Guardia Civil investiga ahora si se utilizó el foro para exponer las virtudes del procés y si se usó la Plataforma Pro Seleccions Esportives Catalanes, organizadora de las jornadas, para desviar fondos públicos con fines independentistas.

La entidad deportiva, que consiguió cuadriplicar sus subvenciones aquel año, pagó más de 800.000 euros para albergar un evento que en sus ediciones anteriores había trascendido el ámbito deportivo. En Barcelona no fue una excepción, y solamente la primera jornada celebrada en el INEFC de Montjuic acogió unas conferencias sobre diplomacia deportiva. Los dos días posteriores se dedicaron a debatir sobre la Ruta de la Seda, la producción energética o los procesos migratorios. “No sé qué pintábamos allí”, reconocen dos medallistas olímpicos que fueron homenajeados en el foro con motivo del 25 aniversario de los Juegos de 1992. “Todo aquello fue muy raro, y parecía que nos escogieron a nosotros como podrían haber elegido a otros”. Ellos y tres deportistas catalanes más fueron galardonados como Nuevos Líderes de Honor. “Aún no le encuentro demasiado sentido”, explica uno de ellos.

“Crans Montana no era un foro puramente deportivo” explica un presidente federativo que rechazó participar

“En estas citas captas nuevos socios y creas conexiones”, analiza un presidente federativo que rechazó asistir a las jornadas. “Amplías tu red de contactos, pero el Crans Montana no era un foro puramente deportivo. Se trataban otros temas, y no nos interesaba”. Por el foro de Barcelona pasaron la presidenta de Malta, Marie-Louise Coleiro-Preca y el presidente de Macedonia, Gjorge Ivanov, como los principales dirigentes políticos, pero escasearon altos representantes de las grandes potencias europeas. Tampoco aparecieron deportistas internacionales de prestigio más allá de un excapitán de la selección francesa de rugby, Abdelatif Benazzi, y un exportero de fútbol internacional con Camerún, Joseph-Antoine Bell. Los expresidentes de la Generalitat de Cataluña Artur Mas y Carles Puigdemont sí que asistieron y desde entonces el expresident huido en Bruselas ha sido invitado en cada edición anual del foro como “exiliado”.

El contexto político de Crans Montana en Barcelona llevó a los propios interventores de la Generalitat a revocar parte del 1,3 millones de euros de la subvención a la Plataforma por no ajustarse a actividades “puramente deportivas”. La propia organización pidió a la vez ayuda a la Secretaria General de l’Esport para resolver la situación y el mismo secretario general, Gerard Figueras, se puso “a disposición para explicar al Interventor Delegado lo que haga falta sobre el Crans Montana”, según escribió en un correo a representantes de la Plataforma. Una parte de la subvención fue finalmente revocada, aunque en los justificantes de la organización deportiva se entiende que Crans Montana fue un “encargo” del Govern para realizar unas jornadas deportivas “de alto impacto internacional”. Ni los dirigentes de la Secretaria ni de la Plataforma quisieron atender a EL PAÍS, aunque fuentes de la Plataforma aseguran que “toda la documentación correspondiente al Crans Montana ha sido fiscalizada y aprobada por el Consell Català de l’Esport [entidad que adjudica las subvenciones] y por el interventor de la Generalitat”.

La investigación de la Guardia Civil sospecha que la participación en el foro de Barcelona como en las jornadas Sports Accord, celebradas en Dinamarca unos meses antes, tenían pretensiones partidistas: “Se emplean estos eventos, entre otras cosas, para dar a conocer el proceso independentista de Cataluña”. El sumario también apunta que parte de la campaña de comunicación de Plataforma tenía en 2015 la misión de buscar el voto por Junts pel Sí. Ferriol Tugues, el publicista que diseñó la campaña a través de la iniciativa The Catalan Project, lo niega. “Nunca me dijeron que tenía que dirigir la publicidad para pedir el voto a un partido en concreto, nunca. Ellos me dieron los datos [sobre los agravios del Estado con Cataluña], y yo realicé los vídeos promocionales”, explica.