Colau exige al Gobierno que le permita gastar 160 millones de ahorros para salir de la crisis
El Ayuntamiento de Barcelona plantea a la oposición reformular su presupuesto rompiendo la hucha y aplazando inversiones
El Ayuntamiento de Barcelona mantiene su estrategia de enseñar las cartas sobre el agujero que la crisis de la covid-19 ha dejado en sus cuentas, que tendrá que rehacer con el apoyo de la oposición. Si la semana pasada revelaba que el déficit que supondrá la caída de ingresos y el aumento de gasto asciende a 310 millones de euros; este viernes ha planteado su propuesta para salvar los números. De entrada, el ejecutivo de la alcaldesa Ada Colau ha exigido al Gobierno que le permita gastar el dinero que tiene en la hucha, 160 millones procedentes de restos de tesorería, los superávit, de los últimos ejercicios.
El consistorio también puede tirar de fondos de contingencia, un rincón de dinero no asignado que asciende a 60 millones. Y prevé que el parón de dos meses de la ciudad durante el confinamiento supondrá un ahorro de 65 millones. Si a todo esto se suma aplazar inversiones por valor de 90 millones (no han precisado cuáles) y apretarse el cinturón para ahorrar 25 millones de gasto corriente, los responsables de los números de la ciudad han calculado que dispondrían de 400 millones. De éstos, destinarían 310 a déficit y 90 a lo que han llamado un “fondo covid” para afrontar el tsunami de gasto social que viene, a apoyar a la actividad económica o a paliar la caída de ingresos por la restricción de la movilidad y lo que costarán las alternativas al transporte público.
“Pedimos al Estado lo mismo que el Estado ha pedido a la Unión Europea, flexibilizar el gasto y no recortar, sino gastar más, que es lo que pedimos para salir de la crisis”, ha defendido el teniente de alcalde de Economía, el socialista Jaume Collboni. “Estos números pretenden evitar recortes y salir de la crisis gastando más”, ha insistido. Sobre la posibilidad de que el Gobierno de Pedro Sánchez acceda a la flexibilización, pedida por ayuntamientos de todos los colores políticos, el teniente de alcalde se ha mostrado “racionalmente optimista”. “Lo que pedimos es razonable”, ha dicho.
El concejal de Presidencia y Presupuesto, Jordi Martí, ha añadido: “¿Qué sentido tiene tener ahorros si no los puedes gastar en un momento como ahora?”. Y ha recordado que varios foros municipales han exigido además un fondo específico de apoyo a las ciudades, “en particular para el transporte público”. “No renunciamos a nada”, ha advertido.
A la pregunta de si creen los responsables de las cuentas que será necesario que el consistorio se endeude, Martí ha apostado por una fórmula mixta: tirar de hucha y pedir dinero para no vaciarla del todo. El edil ha recordado que el nivel de endeudamiento del consistorio Barcelonés no llega al 30% de sus ingresos corrientes anuales, para afirmar que “la capacidad de endeudamiento todavía es muy alta”.
Margen para endeudarse
Sobre la filosofía general del planteamiento que el gobierno de los comunes y el PSC han hecho a los grupos de la oposición, Martí ha resumido que propone “no iniciar lo que no se ha empezado antes de parar lo que ya está en marcha, y afectar antes inversiones que gasto corriente”.
Collboni y Martí han aplaudido la actitud de la oposición, sin esconder que buscan un acuerdo amplio que permita rehacer las cuentas de este año e incluso pactar en un mismo paquete las de 2021. El presupuesto de este año se aprobó con un amplísimo acuerdo de 33 concejales de 41 (los 18 del gobierno de comunes y PSC más los de 10 ERC y cinco de Junts per Catalunya).
Desde ERC el concejal Jordi Castellana ha pedido “máxima ambición” para afrontar meses duros y que busquen fórmulas de implicación de sectores privados. Por parte de Junts per Catalunya, Elsa Artadi ha celebrado que la propuesta de orientación del ejecutivo “vaya en la línea que ya propuso” su partido la semana pasada: evitar recortes y aprovechar los ahorros.
El 17,5% de las inversiones, aplazadas
El durante y después de la crisis del coronavirus y la necesidad de gastar para frenarlo, atender sus enfermos y víctimas y en paliar sus efectos impactará notablemente en las inversiones previstas en un año en el que la ciudad batía un récord simbólico al rebasar los 3.000 millones de euros de presupuesto. Las inversiones previstas sumaban 512 millones, de los que el 90 se aplazarán. Falta que el ejecutivo negocie con los grupos cuáles serán.
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