Tezanos atribuye los errores del CIS al sesgo a la izquierda de la sociedad española
El responsable de los sondeos oficiales justifica los fallos en sus predicciones políticas a la tendencia sociológica del país y la presión de la derecha mediática
José Félix Tezanos, el cuestionado presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas que realiza las encuestas oficiales, compareció en la tarde de este miércoles en el Congreso sin ninguna intención de reconocer errores, fallos, autocrítica o alguna explicación científica en las desviaciones de los sondeos en favor de los partidos de izquierdas, como le reprochan casi todos los expertos. Tezanos no niega ese sesgo hacia la izquierda política, pero lo atribuye a la tendencia hacia ese sector de la mayoría de la sociedad española. El responsable del CIS en los últimos seis años aceptó que sus barómetros políticos priman en exceso a Sumar y justificó la distancia a la baja en los resultados reales de esa formación en la presión en contra de la derecha mediática. Tezanos arremetió especialmente contra informaciones de EL PAÍS en las que se han expuesto críticas a su trabajo, internas y externas.
Fue otra vez un Tezanos en estado puro, en su salsa, disfrutando de cada una de sus intervenciones, citando cara a cara con alguna de sus exposiciones más provocativas a los responsables de los distintos partidos, de la oposición y aliados del Gobierno, que le interrogaron sobre por qué el CIS está permanentemente en el centro de la polémica, cada vez que se publica alguna de sus encuestas políticas, desde que hace seis años fue nombrado para ese cargo por el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez. Tezanos es militante socialista, volvió a reivindicarlo con orgullo, fue miembro de su ejecutiva, publica artículos políticos en la revista Temas de esa tendencia y en sus esperadas comparecencias ante la comisión Constitucional del Congreso se muestra sin dobleces, como si aguardara los cara a cara con los portavoces de la oposición.
A Tezanos no le hizo falta que los portavoces de otros partidos iniciaran si quiera sus alocuciones para anticipar los asuntos más conflictivos que se le achacan y que se resumen en que los sondeos del CIS bajo su mandato tienen la tendencia de favorecer a los partidos de izquierdas, especialmente el PSOE y Sumar, para minimizar las posibilidades de los de derechas. Él mismo sacó el tema, pero antes incluso aprovechó para exhibir una visión del CIS más allá que optimista. Tezanos aseguró así que el CIS es “la envidia” de la comunidad de expertos sociológicos internacionales por el trabajo de campo de las 5.000 encuestas que puede exhibir en abierto y de manera gratuita en su banco de datos. Afirmó que no percibe “desconfianza” hacia sus trabajos de la opinión pública española, ni “desprestigio” y negó que el centro “falle” en sus “previsiones electorales”. No le gusta denominar esas proyecciones “predicciones” ni “pronósticos” porque no se considera “adivino”.
El presidente del CIS no rechazó que algunos de sus sondeos políticos hayan errado en sus resultados, ni tampoco que en general se escoren hacia la izquierda, pero lo justificó. Primero señaló que “el comportamiento electoral es difícil de predecir” en general “porque el ser humano es un ser libre”, luego precisó que cada vez más esas decisiones se toman en el último momento (el 8% casi en la votación y el 30% en los 10 días anteriores) y hasta llegó a apuntar que esos márgenes son mucho mayores en Estados Unidos (de cuatro o cinco puntos). Tezanos defendió que sus encuestas “están bien realizadas” y que sus últimas desviaciones en sondeos para las generales apenas habían sido del 0,5%. El diputado del PP, José Antonio Bermúdez de Castro, le mostró el gráfico extraído de la web del centro en donde se daba ganador al PSOE por dos puntos y en las urnas el PP le sacó finalmente 16 escaños a su favor. No fue su única negación.
Aunque en una primera reflexión apuntó que era “mentira” que en el CIS “sobrestimen el voto de izquierda y del PSOE” luego matizó que esa realidad se produce por efecto de la propia definición ideológica de la población española. Constató que desde 2014 “España se sitúa moderadamente en el centro izquierda” y dató es ubicación en el 62% frente al 33% de españoles que autodefinen de derechas. Pero minimizó la relevancia de ese reconocimiento en las encuestas sobre el voto en las urnas. Dijo que solo el 5,8% de los encuestados admiten que los sondeos les influyen mucho y el 8,7% bastante. También reconoció que hay “un fenómeno a analizar” en que suelan estimar de más a Sumar, la formación que lidera Yolanda Díaz, y luego opinó que la diferencia a la baja que luego registra ese partido se puede deber a la presión en su contra de los medios de derechas. El portavoz de Sumar, Txema Guijarro, valoró que esa inclinación se podría producir por lo que se conoce como “efecto Bandwagon” o “efecto arrastre” que beneficia a los partidos que disfrutan “de la erótica del poder”.
Los portavoces de Unión del Pueblo Navarro, Vox y el PP cuestionaron abruptamente la falta de autocrítica, neutralidad, las manipulaciones y hasta la “soberbia” de Tezanos al no reconocer ningún error en sus trabajos y dañar así el crédito de la institución. Incluso el portavoz de Sumar, con el que se intercambió algunos piropos, concedió que ese “desprestigio” existe. El representante de ERC, Francesc Marc Álvaro, y Guijarro, criticaron con contundencia algunos métodos de selección de los sondeos del CIS, como no preguntar por la labor de la Monarquía y la Casa Real. Tezanos aseguró que no lo hacen porque no ha habido históricamente tradición al respecto, pero también argumentó que no hay interés de la sociedad ni se percibe como un problema (0,3%).
El presidente del CIS reservó un gran apartado de su comparecencia para arremeter no solo contra los partidos de la oposición de derechas por sus estrategias “trumpistas”, por acusar al Ejecutivo de Pedro Sánchez de intentar “ocupar y colonizar” las instituciones para “desmovilizar” al electorado de izquierdas, pero fue incluso más incisivo contra los numerosos expertos demoscópicos y medios de comunicación que han emitido críticas hacia su labor. En ese apartado fue particularmente reiterativo en sus ataques a EL PAÍS e intentó descalificar algunas informaciones que dijo le “preocupan” de este periódico en esa línea como “inciertas”, “infamias”, “falacias”, “mentiras” y “noticias inventadas”.
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