Sevilla, ante su referéndum de farolillos
El Ayuntamiento hispalense ha convocado una consulta, la segunda en menos de 10 años, para votar el cambio de modelo de la Feria de Abril
La Feria de Sevilla acaba de empezar y en el Real se habla del referéndum… Y no es que el rebujito haya tenido el efecto de introducir la política nacional en las conversaciones de las casetas. Se trata de otra consulta: la del cambio de la fecha para celebrar el evento. Una pregunta que puede parecer banal pero que, en una ciudad en la que el 3% de su PIB depende de esta celebración de primavera, adquiere otra dimensión. Eso explica que este sea la segunda consulta en menos de una década en la que se pregunta por lo mismo a los sevillanos.
¿Le gusta la Feria con el formato actual, de sábado a sábado? ¿O prefiere que se vuelva al que existió anteriormente, de lunes a domingo? Estas son las dos opciones sobre las que deberán decidir los sevillanos entre las 9.00 del martes 23 de abril hasta las 20.00 del jueves 25 de abril, justo la semana posterior a la de la Feria. Lo que se dirime es si mantener el actual modelo, en el que este festejo comienza el sábado por la noche, con la cena del pescaito, previa al alumbrao, y termina el sábado siguiente con los fuegos artificiales; o recuperar el anterior —que se abandonó tras la anterior consulta de septiembre de 2016― en el que el encendido de la portada es el lunes y se concluye el domingo.
El alcalde, el popular José Luis Sanz, nunca ha ocultado su malestar hacia el actual modelo. “No funciona”, solía decir durante la campaña electoral. Trasladaba algunos de los argumentos que en estos años han ido adquiriendo peso entre los sevillanos: que la Feria se hacía muy larga; que del jueves al sábado se vaciaba porque la gente se iba a la playa; o que se habían variado los hábitos y los asistentes llegaban más tarde. Esas impresiones son las que ahora quiere medir el regidor a través de un referéndum. Es lo mismo que hizo el anterior Gobierno municipal, del socialista Juan Espadas, convocando una consulta de la que, aunque hubo una escasísima participación de menos del 7%, salió aprobado mayoritariamente el formato actual.
La Feria tiene un impacto económico de casi mil millones de euros, según los datos del Ayuntamiento en 2023. El año pasado, más de dos millones de personas pisaron el Real (el recinto en el que se celebra), una cifra récord pese al calor de más de 40 grados que se registró. Para esta semana, la ocupación hotelera se sitúa en el 85%, según los datos facilitados por la Asociación de Hoteles de Sevilla y Provincia.
Pese a estas cifras, el Ayuntamiento de Sevilla no ha elaborado ningún estudio para constatar qué modelo de Feria, el que cuenta con dos fines de semana o el que se queda en uno solo, tiene mayor repercusión económica y beneficia o perjudica a más sectores. Unas cifras que ayudarían a los vecinos a decantarse por una de las dos opciones. El anterior equipo de gobierno socialista sí redactó un informe en 2017, el primero en el que se celebraba la fiesta de sábado a sábado, para compararlo con la edición anterior. La diferencia en cuanto a ingresos, según el documento, rondaba en un incremento de 90 millones de euros.
“No hubiera estado mal un análisis previo antes de la votación sobre los resultados económicos y sociales de esta experiencia”, sostiene José Ignacio Castilla, catedrático de Economía de la Universidad de Sevilla y propietario, junto con otros socios, de una caseta. Él opina que “el folclore andaluz [las fiestas populares] se nutre de los ingresos de las familias”. “La evidencia empírica es clara y fuera de dudas: muchas casetas familiares están semivacías en los últimos días, luego una feria tan larga es un esfuerzo económico excesivo para las economías domésticas sevillanas”, afirma.
A favor y en contra
Es el mismo argumento que comparte la Asociación de Titulares de Casetas de Feria, Atica. “El 98% de nuestros asociados queremos volver al antiguo modelo. Este se nos hace muy largo, incrementa los costes y también perjudica a las empresas de catering”, indica su presidente, Antonio Barrero. Las casetas suelen estar compartidas por varias familias y el mantenimiento, además del canon anual, incluye el montaje, el servicio de catering y camareros, la seguridad, la decoración y, en su caso, las actuaciones musicales. El coste oscila entre los 20.000 y los 40.000 euros. “Si se le quita un día el ahorro es de un 20%”, puntualiza Barrero.
“Ojalá se vuelva al modelo inicial, porque con este nos quedamos los últimos tres días sin apenas trabajar, los camareros tampoco hacen mucho, baja el consumo y eso repercute en los ingresos”, coincide Juan Pedro Lora, que este año atiende el catering y el servicio de cinco casetas. Ese aparente vacío de los últimos días ha provocado en las últimas ediciones que algunas familias de casetas particulares —mayoritariamente de acceso privado— las abran al público para amortizar el coste de los camareros.
Una variación de costumbres que también está en el origen del cambio de modelo al actual. Entonces, lo que se denomina la preferia, la cena que celebraban los socios de las casetas el sábado o el domingo previo al lunes del pescaíto, se había generalizado tanto que parecía una extensión más de la Feria, pero sin los servicios articulados de la celebración, como seguridad, servicio de taxis o recogida de basura. El nuevo formato que se votó en 2016 sí convence a muchos otros sectores, que además advierten de que al Real no solo van los vecinos de Sevilla —los que se van los últimos días a la playa— sino también visitantes de la provincia y de otros puntos de España que aprovechan los fines de semana para acercarse a la Feria.
“Cuando llega el último fin de semana vienen todos los de los pueblos”, advierte Francisco Sello, vocal de la Asociación de Feriantes de Andalucía, cuya principal fuente de ingresos son las ferias de la comunidad. “A nosotros tener dos sábados nos viene mejor”, abunda. También prefiere la Feria larga el gremio de cocheros. “Trabajamos un día más y podemos descansar el domingo”, explica Lola López, presidenta de la asociación de coches de caballos públicos de Sevilla. Ellos cuentan con 98 vehículos, pero por el Real cada día pasean 800 coches de caballos. Los precios en Feria suben exponencialmente: de los 45 euros que cuesta una hora en un día normal, se cobran 95 durante la semana de Feria.
Los hosteleros de feria apuestan igualmente por el modelo largo, tal y como reconoce el presidente de la asociación andaluza, David Martínez. La asociación de hosteleros de feria aglutina a 120 autónomos que generan 10.000 empleos directos y alrededor de 40.000 indirectos y da servicio al 75% de las casetas del real de Sevilla.
“No es descabellado pensar que los sobrecostes de la ciudadanía posiblemente no compensen los beneficios para el sector turístico, más aún cuando ya no existe esa excesiva estacionalidad” defiende Castillo frente a quienes defienden que la feria larga atrae a más visitantes. Manuel Cornax, el presidente de la Asociación de Hoteles, difiere. “Al sector, cuantos más días de feria haya, mejor, porque la gente que quiere, viene más días”, sostiene, aunque reconoce que si la Feria no abarcara el primer fin de semana, los turistas vendrían por otros motivos. Pero también alerta sobre otro de los asuntos que cada vez se critican más de esta fiesta: la afluencia excesiva. “Las 100.000 personas que quieran venir a la Feria, vendrán igual si dura ocho o seis días, pero lo harán de manera más concentrada”. El PP dice ahora que no va a hacer campaña por ninguna de las alternativas que plantea en el referéndum.
La decisión queda en manos de un censo de 582.957 personas empadronadas en Sevilla mayores de 18 años, más los titulares de las 2.931 casetas que estén censados en otro municipio y los titulares de carruajes. En la consulta 2016 solo votaron los que constaban en el padrón municipal, aunque por encima de los 16 años. Podrán hacerlo presencialmente en las oficinas de distrito o telemáticamente, descargándose un código QR. El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, que podría votar por ser el titular de la caseta del PP, ha dicho que no lo tiene claro. El rebujito y las sevillanas serán determinantes.
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