El PP acelera su escalada verbal contra el “caso Sánchez” y la “banda del Peugeot”
Socios del Gobierno piden a José Luis Ábalos que deje el escaño y Vox exige que dimita todo el PSOE
Cada hora que pasa, sube un tono la escalada verbal del PP contra el Gobierno por el escándalo de la compra de mascarillas. Un día se encarga Elías Bendodo —”Sánchez es el jefe de la organización criminal”—; otro, Borja Sémper —”que Ábalos tire de la manta”—, y todos, Miguel Tellado. Este último, portavoz parlamentario popular, sentenció este martes: “Este no es el caso Koldo, no es el caso Ábalos, es el caso Sánchez”. Y encuadró a los tres socialistas en lo que denominó la “banda del Peugeot”.
Tellado llegó este martes al Congreso con las armas afiladas. Aún no había comenzado la reunión de la Junta de Portavoces y ya mandaba mensajes a la prensa para anunciar que exigiría en ella explicaciones a la presidenta de la Cámara, la socialista Francina Armengol, por la compra de mascarillas a la empresa investigada cuando dirigía el Gobierno de Baleares. Armengol, según fuentes parlamentarias, zanjó el asunto al argumentar que esa reunión a puerta cerrada, en la que se examina cada semana el calendario de actividades de la Cámara, no era el lugar para tales debates.
Tellado se desquitó después en la sala de prensa. El portavoz popular hasta ideó una nueva aplicación para un adjetivo tan manoseado como “histórico”. Y así inició su comparecencia: “Estamos ante un escándalo de corrupción histórico”. Luego emprendió un exhaustivo ataque de un cuarto de hora del que no quedó títere socialista con cabeza. Recordó que Koldo García, el que fue asesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos y presunto comisionista de la trama, había trabajado para la candidatura de Pedro Sánchez en las primarias que le devolvieron en 2018 al liderazgo del PSOE. A partir de ese hecho, desarrolló un sketch verbal titulado “la banda del Peugeot”, que ilustró con la siguiente imagen: “Koldo al volante, Ábalos de copiloto y detrás Sánchez y Cerdán [Santos, secretario de organización socialista], la banda del Peugeot que recorrió España para asaltar el poder en el PSOE”.
La intensidad de Tellado no cedió en ningún momento: los socialistas “se han lucrado de la muerte y la enfermedad”, “Sánchez ha gobernado durante estos años rodeado de la peor corrupción”, “este Gobierno es enemigo de la decencia y de la honestidad”… La lista de implicados que ha elaborado el PP también es prolija: además de los ya citados, el actual ministro de Transportes, Óscar Puente; los de Interior, Fernando Grande-Marlaska, y Política Territorial, Ángel Víctor Torres; el que fue de Sanidad y ahora líder del PSC, Salvador Illa…
Tellado, pese a todo, no logró superar el listón que había dejado antes la portavoz de Vox, Pepa Millán, cuando aún no se sabía si Ábalos dimitiría. “El que tiene que dimitir es el PSOE en bloque”, proclamó Millán. Sin aportar más pruebas que sus propias deducciones, la portavoz de Vox, como después el del PP, dio por seguro que es toda la organización socialista —”el mismo PSOE de la cocaína y los prostíbulos”— la que está implicada: “Mientras dejaban a la gente morir sola, mientras los sanitarios usaban bolsas de basura por falta de material, el PSOE se lucraba”.
También antes de que Ábalos se pronunciase, socios del Gobierno pidieron su dimisión. El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, lamentó que el exministro protagonice un “espectáculo de los que hacen que los ciudadanos se alejen de la política” y echó en falta mayor “celeridad” de los socialistas para afrontar un caso “gravísimo”. Por el mismo grupo, Àgueda Micó, de Compromís, aludió a la condición de Ábalos de diputado por Valencia para exigirle que “no se aferre” al escaño. “Y sobre todo con la mochila que llevamos los valencianos con los casos de corrupción”, enfatizó.
Ábalos se encontrará en el Grupo Mixto con Néstor Rego, del BNG, quien también le reclamó que asuma “su responsabilidad política”. “En el Mixto ya estamos al completo”, ironizó. Rego también atacó al PP por su postura “absolutamente demagógica”. Javier Sánchez Serna, de Podemos, aun sin restar gravedad al caso, evitó pedir la dimisión de Ábalos, a quien consideró un “chivo expiatorio”. De cualquier modo, se mostró partidario de investigar tanto este caso como el protagonizado, también con la venta de mascarillas, por el hermano de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
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