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IN MEMORIAM
Tribuna
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Joaquín García-Romanillos, jurista integral y apasionado de la abogacía

Vicepresidente de la Mutualidad, fallecido a los 79 años, fue uno de los diputados de la Legislatura que aprobó la Constitución y vivió en el Congreso el Golpe de Estado del 23-F

Joaquín García-Romanillos.
Joaquín García-Romanillos.
Rafael Mateu de Ros

Ha fallecido a los 79 años uno de esos abogados puros que hacen de su oficio un acto de servicio al interés superior de la garantía de los derechos fundamentales y, muy en particular, del derecho de defensa. Joaquín García-Romanillos ejerció primero como abogado generalista en su Granada natal para desarrollar después la mayor parte de su carrera profesional ―durante 30 años― en la prestigiosa firma Gómez-Acebo y Pombo, en la que fue socio y donde se dedicó, especialmente, al Derecho procesal.

Entre una y otra etapa, Joaquín García-Romanillos, fue protagonista directo de uno de los momentos históricos más importantes de España: la gestación de nuestra democracia. Fue uno de los diputados en la Legislatura Constituyente, que aprobó nuestra Carta Magna y también en la Primera Legislatura. Estuvo secuestrado junto al resto de parlamentarios del Congreso en el terrible golpe de Estado perpetrado por Tejero y los guardias civiles y militares secuaces.

En su trayectoria política fue miembro del Consejo Ejecutivo del Grupo Parlamentario de UCD en el Congreso, secretario de la Comisión de Justicia y vocal de varias Comisiones parlamentarias. También fue director general de Justicia entre 1981 y 1982, secretario general del Consejo General de la Abogacía Española de 2007 a 2011 y vicepresidente del Consejo General de la Abogacía Española, entre otros cargos. Muchos jóvenes de hoy ignoran ese proyecto de partido de centro, la Unión de Centro Democrático, en cuyo fracaso se perdieron probablemente para siempre las esperanzas de que fraguara en España un verdadero partido político de centro.

En los últimos años, Joaquín ha sido vicepresidente de la Mutualidad de la Abogacía, en la que previamente había actuado como vocal de la Junta de Gobierno, y presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales del Consejo de la Abogacía Española. Destacó por su actividad docente. El presidente de Mutualidad, Enrique Sanz Fernández-Lomana, nos ha relatado como, hasta pocos días antes de su fallecimiento, Joaquín seguía participando en las sesiones de los órganos de gobierno, con la cabeza en perfectas condiciones, a pesar de las enormes limitaciones físicas que el cáncer había infligido en su cuerpo.

Jurista integral, conocedor de la vida, buen consejero y ejemplo de amistad, no he conocido a tantos abogados con la pasión que él ponía al servicio de la profesión de la abogacía. Nuestro último encuentro tuvo lugar el 24 de diciembre y a pesar del deterioro de su salud, su conversación giró con insistencia en torno a los retos de nuestra profesión, nuestros compromisos deontológicos y la carrera de los letrados más jóvenes.

Le echaremos mucho de menos. María y sus hijos, entre ellos ese otro Joaquín, sacerdote que ha oficiado la misa funeral, sus amigos y compañeros de la abogacía, nunca lo olvidaremos.


Rafael Mateu de Ros es abogado de los colegios de abogados de Madrid (ICAM) y Barcelona (ICAB), Abogado del Estado, Doctor en Derecho y en Historia del Arte.

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