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La Guardia Civil pidió sin éxito pinchar los teléfonos de la hermana de Toni Comín y de la “secretaria” de Puigdemont por el ‘caso Tsunami’

La Audiencia Nacional no aprobó la iniciativa del instituto armado tras oponerse la Fiscalía por falta de indicios y por considerarla desproporcionada

Carles Puigdemont y Toni Comín
Carles Puigdemont y Toni Comín, en Bruselas.Delmi Álvarez

La Guardia Civil intentó pinchar los teléfonos de Elisabet Comín, hermana del exconsejero catalán Toni Comín, y de la periodista Lluna Baltasar, a la que los investigadores señalan en sus informes como la “secretaria” del expresident Carles Puigdemont dentro del llamado Consell de la República, la entidad independentista que desde Bruselas pilota el líder de Junts. El 12 de marzo de 2020, el instituto armado pidió a la Audiencia Nacional intervenir las conversaciones telefónicas y el tráfico de datos de los terminales móviles de ambas dentro del caso Tsunamic Democràtic, según la documentación del sumario a la que ha tenido EL PAÍS. Sin embargo, el magistrado Alejandro Abascal, entonces de refuerzo en el Juzgado de Instrucción Central 6 que encabeza Manuel García-Castellón, frenó las pretensiones de los agentes después de que el fiscal Miguel Ángel Carballo se opusiera por la falta de “indicios”, de “motivación” y de “proporcionalidad”.

En aquel momento, la Guardia Civil llevaba ya casi medio año investigando quién estaba detrás de la plataforma Tsunami Democràtic, que fomentó las protestas después de la sentencia del Tribunal Supremo de octubre de 2019 que condenó a los líderes políticos del procés por el referéndum ilegal del 1-O de 2017. Los agentes habían impulsado una amplia intervención de móviles —aprobada por el juzgado en una causa abierta por delitos de terrorismo— para tratar de llegar hasta la cúspide del movimiento, en la que el magistrado situaría después a Puigdemont y a la secretaria general de ERC, Marta Rovira. Estos pinchazos se iban haciendo progresivamente, a medida que aparecían nuevos nombres en las escuchas, e incluyeron a políticos como David Fernández y Quim Arrufat, exdiputados de la CUP, y a Albano Dante, antiguo líder de Podemos de Cataluña.

De esta forma, el 12 de marzo de 2020, la Guardia Civil envió un amplio informe de 208 páginas al juzgado donde ponía sobre la mesa seis nuevos nombres a vigilar: entre ellos, los de Elisabet Comín y Lluna Baltasar. En el documento policial, los investigadores destacaban la cercanía de ambas al núcleo duro de la cúpula secesionista y explicaban al magistrado que habían llegado a ellas a través del “activista independentista” Xavier Vidal, al que calificaban como un presunto “organizador de los actos de Tsunami”. Pero ninguno de estos tres (Comín, Baltasar y Vidal) figura en el informe final del instituto armado incorporado al sumario el pasado noviembre. El juez tampoco los menciona en el auto dictado hace unas semanas para imputar a la decena de encausados en el sumario por terrorismo —una resolución recurrida por la Fiscalía, que descarta ese tipo de delitos y considera que no existen pruebas contra Puigdemont y Rovira—.

A la hora de tratar de justificar la intervención del móvil de Elisabet Comín, la Guardia Civil expuso varios hechos que consideraban indicios de su presunta relación con Tsunami. Los agentes explicaron que la sospechosa mantuvo “una serie de conversaciones” con Vidal, a quien ya le habían intervenido su terminal, en las que ella le manifestaba su “preocupación” por la “seguridad” y “logística” en una serie de actos organizados por el independentismo en Francia a principios de 2020 y a los que acudieron Puigdemont y Comín, ambos huidos de la justicia. En esa línea, subrayan que la hermana tenía “confianza” en su interlocutor, que lideraba un grupo de “voluntarios” para los actos, y le hacía afirmaciones como: “Quiero tener la garantía de que el presidente y Toni estén protegidos”.

Los agentes añadieron que Elisabet Comín compartía “las tesis del secesionismo catalán radical”; difundía en Twitter mensajes sobre actos de protesta de Tsunami, como el bloqueo del aeropuerto de Barcelona; mostraba “un celo constante por extremar las medidas de seguridad en las comunicaciones” que mantenía; y publicaba mensajes en redes que “comulgan con las tesis independentistas” y que, “en muchas ocasiones, sirven como altavoz de las proclamas secesionistas vertidas desde la cuenta del Consell de la República y de figuras de referencia para el secesionismo catalán, como Carles Puigdemont, Toni Comín o Jordi Sànchez”.

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“Con todo lo expuesto, queda de manifiesto el papel de influencia que Elisabet Comín tiene respecto a los líderes políticos huidos que actualmente conforman la dirección del Consell de la República”, apostilló la Guardia Civil en su informe, que remachaba sobre ella: “[Tiene] relación directa en la planificación y organización de cuantos proyectos se desarrollan en el seno del Consell, cuyo programa ideológico tiene como fin último la desconexión del Estado central mediante la vía unilateral. La investigada cuenta con una posición de relevancia dentro del meritado Consell por ser la hermana del exconseller, quien junto con Puigdemont y Clara Ponsatí están liderando la meritada entidad, que ha mostrado su apoyo a las acciones orquestadas por Tsunami”.

Para intentar justificar el pinchazo del móvil de la periodista Lluna Baltasar, a la que consideran “una persona muy relevante por su posición en el Consell de la República”, el instituto armado argumentó que Vidal se había referido a ella en algunas conversaciones —“motivo por el que el investigado pretendería hacer un acercamiento a la misma”— y que había difundido en Twitter mensajes de Puigdemont, del Consell y de Tsunami. “Lluna Baltasar estaría dentro del círculo de confianza más próximo de Puigdemont y, por ende, del entorno del personal directivo del Consell per la República”, exponen los investigadores. Estos consideraban intervenir sus comunicaciones una medida “de máxima importancia y trascendencia”: “Por su directa relación con los actos que desde el seno del Consell se están desarrollando. Y, en consecuencia, por su proximidad a cuanta información de interés pueda manejar respecto al Consell, habiendo mostrado igualmente en fechas pasadas su apoyo a la plataforma Tsunami en pos de la consecución de un Estado catalán independiente, apoyando su postura radical de confrontación social en contra el Estado y la soberanía nacional”.

Sin embargo, el fiscal se opuso a estos pinchazos mientras no se aportasen más indicios contra Elisabet Comín y Lluna Baltasar. De esta forma, cuando Alejandro Abascal, entonces magistrado de refuerzo en el juzgado Central 6, resolvió la petición de la Guardia Civil, no autorizó intervenir las comunicaciones a ellas.

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