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El AVE vasco sigue metido en un túnel

La llegada del tren de alta velocidad a Bilbao estará preparada en 2033, pero la estación central de Abando no estará operativa ese año

Vista de las obras para la llegada del tren de alta velocidad a la estación de Atotxa, en San Sebastián.
Vista de las obras para la llegada del tren de alta velocidad a la estación de Atotxa, en San Sebastián.Javier Hernandez Juantegui
Mikel Ormazabal

El tren de alta velocidad iba a comenzar a circular entre las tres capitales del País Vasco en 2016. Así se anunció 10 años antes, cuando a finales de 2006 se colocó la primera piedra en el municipio alavés de Arrazua-Ubarrundia, a las afueras de Vitoria. Aquella fecha ha quedado muy lejos en el pasado. Hoy, las obras de construcción siguen en ejecución y sin un plazo claro de finalización. La última promesa es que la red troncal estará operativa en 2027, aunque los trenes no llegarán al centro de Bilbao y de Vitoria hasta varios años más tarde, posiblemente en 2033. Es la obra interminable que acumula retrasos y aplazamientos sin solución de continuidad.

El Gobierno vasco anunció la pasada semana que ya tiene la encomienda de Adif (el gestor ferroviario estatal) para asumir la construcción de un túnel de 6,2 kilómetros que enlazará Basauri con Bilbao, cuyas obras podrían acabarse dentro de 10 años. En 2033 estaría prácticamente terminado el proyecto ferroviario. Solo faltaría ejecutar las estaciones soterradas de Bilbao-Abando y de Vitoria, para los que el Departamento vasco de Transportes no tiene aún plazos de finalización. Tampoco se conoce cómo enlazará en el futuro la red ferroviaria vasca con el sur de España (Burgos, Madrid y Lisboa), ni con el este (Pamplona y Barcelona), ni con el norte (Hendaya, París y Bruselas).

Los primeros planos de la conocida como Y vasca ferroviaria, por la forma que adoptará el trazado que une las tres capitales vascas, se conocieron en 1989, unos años antes de que, en 1992, echara a andar el primer AVE español, que conectaba Madrid con Sevilla. En cuatro décadas se han culminado las líneas Madrid-Barcelona y, desde la capital española a Toledo, a Valladolid, a León, a Valencia o a Asturias, entre otros ramales. Las obras comenzaron en octubre de 2006 con un presupuesto de 4.178 millones de euros. Se trata de la mayor inversión proyectada en la historia del País Vasco. El coste final es una incógnita, aunque el desvío presupuestario ha encarecido en más 2.000 millones el precio del proyecto.

Desde que se ideó la Y vasca, a finales de los ochenta, el Ministerio de Transportes ha conocido a 12 ministros (desde Abel Caballero hasta el actual responsable, Óscar Puente, pasando por Barrionuevo, Borrell, Álvarez Cascos o Pastor, entre otros) y ocho consejeros vascos. En la actualidad, la plataforma por la que circulará el AVE vasco es un esqueleto de cemento que atraviesa la geografía vasca por decenas de túneles y viaductos, pero no existen traviesas ni catenarias en todo el recorrido. El proyecto en su conjunto prevé una infraestructura ferroviaria de 175 kilómetros repartidos en tres tramos que en su mayoría (el 60% del trazado) será invisible al discurrir soterrados. El tiempo de viaje entre las ciudades rondará los 45 minutos.

La parte más avanzada es la que discurre por Gipuzkoa, cuyas obras asumió desde el comienzo el Gobierno vasco tras el convenio que firmó con el Ministerio de Transportes. El consejero vasco del ramo, el socialista Iñaki Arriola, ha informado de que el segmento entre Hernani y Astigarraga (el único que falta por rematar) estará finalizado en el primer semestre de 2024. Faltaría la entrada de la vía en la estación de Atotxa, en San Sebastián, donde ya están trabajando las máquinas y se espera que terminen a finales de 2025. También está pendiente acabar el conocido como nudo de Bergara, donde está previsto que confluyan los tres ramales de la Y vasca.

En Bizkaia se ha dado un paso adelante con el convenio suscrito ahora con Adif para construir el corredor soterrado que irá desde Basauri hasta el centro de Bilbao. Es un túnel de 6,2 kilómetros de longitud que requerirá una inversión de 280,11 millones, de los que el Gobierno vasco adelantará 226,5 millones. Esta obra estaría acabada en 2033. En esa fecha aún quedaría pendiente resolver la llegada de los pasajeros a Abando, cuyo proyecto constructivo está en la fase de aprobación. No hay una fecha prevista para su puesta en marcha, como ocurre con la integración del TAV en Vitoria. En este caso, no está definido el proyecto básico de la estación, ni se han ofrecido plazos para su culminación.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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