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El PSOE esquiva las “disonancias” con Sumar y su vieja guardia sobre la amnistía

Los socialistas confían en que Puigdemont rebaje su plan de máximos en la negociación y su socio mayoritario asume la dificultad de una norma exprés

María Jesús Montero, ministra de Hacienda en funciones y vicesecretaria general del PSOE, este lunes en la sede de su partido.
María Jesús Montero, ministra de Hacienda en funciones y vicesecretaria general del PSOE, este lunes en la sede de su partido.Javier Lizon (EFE)

“Discreción, cautela y prudencia”. El PSOE entiende que las claves del posible éxito de una futura investidura del socialista Pedro Sánchez, cuando fracase el 26 y 27 de septiembre la ya convocada del popular Alberto Núñez Feijóo, pasan por no revelar antes nada de cuál será su propuesta alternativa para convencer y captar el voto de los siete diputados básicos de Junts que siguen las instrucciones de su líder, Carles Puigdemont, que exige previamente una ley de amnistía. Ni anticipar nada ni discutir nada públicamente, tampoco con su socio de coalición, Sumar, ni con el reguero de históricos dirigentes socialistas que han expresado abiertamente sus discrepancias. La vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda en Funciones, María Jesús Montero, minimizó este lunes las que llamó “disonancias” con Sumar en que son dos partidos diferentes y reiteró que es Sánchez el responsable de “articular” la mayoría progresista que le de una investidura. A la vieja guardia del PSOE recelosa de sus planes abiertos a una teórica amnistía a los líderes del procés independentista que representan Felipe González y Alfonso Guerra les aclaró: “En este PSOE el que se mueve sí sale en la foto”.

El PSOE de Pedro Sánchez sostiene que sí tiene una hoja de ruta para este momento complejo de la negociación sobre su hipotética investidura, también una propuesta diferente a las condiciones máximas que fijó la pasada semana sobre una amnistía previa Carles Puigdemont, pero no la quiere revelar aún. No es el momento. En el PSOE de Sánchez defienden que ahora, “por higiene democrática” y también por su interés político y electoral, “le toca” al PP de Feijóo mover ficha. Y sobre todo evidenciar que sigue estancado en los 172 escaños que el PP, Vox, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro le pueden aportar a su fijada investidura del 26 y 27 de septiembre, según los datos reflejados en las urnas el pasado 23 de julio. El PSOE no quiere avanzar más pasos aún sobre la evidencia de que Feijóo sigue igual de solo políticamente que entonces y ha hecho perder el tiempo a toda la clase política del país, al jefe del Estado del que recibió el encargo y a los ciudadanos con su intento de ser investido.

Cualquier pregunta, cuestión o requerimiento para aclarar cuáles son los planes del PSOE y de Pedro Sánchez a partir de esas premisas se ven abocadas al muro con el que la número dos socialista, la ministra María Jesús Montero, intentó este lunes salir al paso de los asuntos abordados en la reunión de la Ejecutiva de ese partido (aún sin Sánchez, que sigue afectado por las restricciones del positivo de la covid-19 que dio la semana pasada). Montero sólo proclamó de nuevo, ante la festividad de la Diada y las incesantes peticiones para conocer hasta dónde piensa llegar Sánchez en la negociación, que ahora Cataluña está mejor que en 2017 y que su disposición al diálogo y a buscar soluciones “sin confrontación y sin trincheras” al conflicto político y territorial en España con esa autonomía son máximas.

El PSOE argumenta en favor de esta estrategia que medir los tiempos en política es fundamental y persiguen evidenciar los problemas de Feijóo no sólo con buscar apoyos para su investidura, también para concretar su solución de “encaje” al problema territorial con Cataluña. El aparato de Ferraz ha confeccionado incluso un vídeo sobre el proceloso calendario que ha necesitado Feijóo para llegar a la conclusión de que tiene los mismos votos que se vislumbraron en la noche electoral del 23-J.

En ese plan del PSOE no tienen relevancia ni las que llaman “disonancias” con Sumar, su socio de la coalición, que ayer mismo reconoció que no será tan fácil ni sencillo armar una proposición legal como habían adelantado que contemple una amnistía para los líderes del proceso independentista que pase el filtro del Congreso y las Cortes en menos de dos meses, antes de que se tuviera que resolver la futurible investidura de Sánchez como exige Puigdemont. La formación que dirige la vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, cree ahora complicado que una norma de este calado obtenga el visto bueno de las Cortes antes de una hipotética investidura de Sánchez. Esta debe producirse, como fecha límite, a final de noviembre. Pese a insistir en que en Sumar existe “voluntad política” para sacarla adelante, tanto el exdiputado de En Comú Podem y principal negociador con el partido de Puigdemont, Jaume Asens, como el portavoz Ernest Urtasun han expresado sus dudas este lunes sobre la rapidez del trámite.

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“Vamos muy justos, es forzar mucho la máquina, no sé si se podrá hacer”, reconoció ayer en declaraciones a TVE Jaume Asens, que dirige el grupo de 20 juristas para elaborar una propuesta de articulado sobre la que guardan con celo los detalles, y que hace apenas una semana se había mostrado confiado en lograr esa norma en tiempo exprés. Urtasun también se reconoció más cauto: “Es sabido, porque así Junts lo ha manifestado, que ellos prefieren ir a unos plazos muy cortos, tendremos que ver en qué medida va a ser posible o no. Pero, en cualquier caso, [la] voluntad por nuestra parte para sacar adelante la medida es toda, luego habrá que encajar los plazos para que los plazos que marca el Congreso y nuestra voluntad política puedan ir de la mano”.

La Ejecutiva del PSOE se reunió este lunes y ratificó la estrategia de sigilo máximo marcada por su líder. En el PSOE no quieren ni avanzar más pistas ni ideas sobre cuál será su alternativa a las condiciones de Puigdemont, y el asunto del calendario parlamentario y los problemas de agenda les parecen menores. “El tema importante es el fondo”, indican en la cúpula socialista para minimizar por un lado los reparos que pone ahora Sumar y, por otro, para subrayar que lo relevante en este caso es constatar que existe voluntad de negociar y cómo convencer a Puigdemont, Junts y ERC de que deben rebajar sus exigencias “de máximos” relacionadas con una autodeterminación o independencia de Cataluña o cualquier planteamiento unilateral. En el PSOE entienden que en muchas ocasiones en Sumar, y ahora de nuevo con esa idea de llevar una proposición sobre la posible amnistía al Parlamento, en esa formación que encabeza Yolanda Díaz se precipitan a lanzar iniciativas que luego tienen que repensar o frenar porque no son del todo viables.

“Sí sale en la foto”

La Ejecutiva socialista ha revalidado su confianza total en cómo afrontará este proceso negociador tras el esperado fracaso de la investidura de Feijóo el presidente Sánchez y restan también trascendencia a las numerosas voces discrepantes que han empezado a proliferar en el partido entre dirigentes históricos como Felipe González, Alfonso Guerra, Joaquín Almunia y Ramón Jáuregui, como algo lógico, “esperable y normal” en un partido con distintas voces. La actual vicesecretaria general, la ministra sevillana María Jesús Montero, recuperó incluso en su comparecencia de este lunes una histórica referencia de Guerra en su época en su mismo cargo sobre que en el PSOE “el que se mueve no sale en la foto” para rebautizarla en su favor: “En este PSOE el que se mueve sí sale en la foto”. Luego ha remachado que era una broma que dirigía a su paisano. Pero ha recalcado que todo el PSOE será consultado cuando su secretario general actual formule una propuesta para salir de esta crisis.

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