“La ‘ley trans’ del PP pondrá condiciones a la rectificación en el registro. No a la autodeterminación sin más”
Jaime de los Santos, secretario nacional de Cultura del PP y candidato número 12 al Congreso por Madrid, considera un error que su partido recurriera las leyes del matrimonio homosexual y del aborto, y censura a los presidentes de sedes legislativas que prescindieron la semana pasada del símbolo LGTBI
Ejerce la política desde hace 11 años, cuando entró a trabajar como vocal asesor del Gabinete del entonces presidente Mariano Rajoy. Ha sido consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid en el Gobierno de Cristina Cifuentes y actualmente es diputado en la Asamblea de Madrid. Como senador, Jaime de los Santos (45 años, historiador y novelista) ha sido la voz del PP contra las leyes del solo sí es sí y trans. Alberto Núñez Feijóo le designó secretario nacional de Cultura hace un año y le ha incluido ahora en la lista al Congreso por Madrid.
Pregunta. ¿Cómo lleva que su partido haya pactado gobiernos municipales y autonómicos con Vox, un partido que arroja a la papelera símbolos del colectivo LGTBI al que usted pertenece?
Respuesta. No me gusta que nadie borre o pretenda borrar los símbolos, porque creo que son importantes. Pero también es importante que el presidente nacional de mi partido dijera que los derechos del colectivo LGTBI son y siempre serán sagrados para el Partido Popular, como la defensa de las mujeres, en especial en lo que se refiere a esa lacra que es la violencia machista. Lo importante es que los compañeros del Partido Popular no van a permitir en ningún caso que se pierda ninguna de las conquistas sociales que nos hemos dado.
P. ¿Qué sintió al ver el pasado miércoles instituciones donde gobiernan sin el símbolo del colectivo LGTBI en sus fachadas?
R. Lamento profundamente que los actuales presidentes de algunas sedes legislativas hayan prescindido de un símbolo que lo que hace es unir y que, sobre todo, es un signo no solamente para quienes formamos parte del colectivo LGTBI, sino para todos y para todas.
P. ¿El Vox que deploraba María Guardiola antes de rectificar en Extremadura es distinto al Vox que ha entrado en el Gobierno valenciano, el que ha pactado un acuerdo programático en Baleares o el que ha entrado de la mano del PP en Toledo o Valladolid?
R. A mí, Vox no me gusta en nada y no me ha gustado nunca. Y no voy a decir que nunca me gustará, porque yo sí creo en las evoluciones de todos y de todas. A mí no me gusta escuchar a Vox negando la violencia machista. A mí no me gusta que Vox, con determinados posicionamientos, vuelva a hacerme sentir pequeño por ser parte del colectivo LGTBI. Pero también sé que los hombres y mujeres del Partido Popular que tienen la responsabilidad de gobernar respaldados por el grupo Vox en la oposición o dentro del Gobierno, no van a permitir que se traspase ni una sola línea roja, especialmente en lo que a derechos sociales se refiere.
A mí no me gusta que Vox vuelva a hacerme sentir pequeño por ser parte del colectivo LGTBI
P. ¿Qué le parece la ley contra la violencia de género que aprobó el Gobierno socialista en 2004?
R. Me parece que era una buena ley, que ponía de manifiesto la necesidad que teníamos como sociedad de defender a las mujeres que sufren una lacra como es la violencia machista por el simple hecho de ser mujeres. Ya en 1999 la ONU habla clarísimamente de lo que es la violencia de género: la que se ejerce sobre las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Todo este corpus legislativo que en el Convenio de Estambul de 2011 todavía obligaba más a los Estados a ser rotundos respecto de esta realidad, en 2017 cristaliza con un pacto de Estado contra la violencia machista a instancias del Partido Popular, que recibió el apoyo de todos menos precisamente de Podemos y Bildu, los socios del Gobierno de Sánchez.
P. Sabe usted que esa Ley de Violencia de género incluye una relevante discriminación positiva, avalada por el Constitucional, para elevar la pena mínima en función de si la violencia la comete un hombre o la comete una mujer, y que desde medios de comunicación, digamos afines al PP, y desde Vox plantean que esa ley vulnera la presunción de inocencia y hay que derogarla. ¿Qué les diría?
R. Les pediría que leyeran las conclusiones del Convenio de Estambul, en las que las instituciones europeas dejan muy clara cuál es la lacra de la violencia machista y por qué necesita de acciones especiales. La protección de las mujeres está por encima de cualquier otra cuestión.
P. Su partido, con Rajoy al frente, recurrió la ley del matrimonio homosexual. ¿Fue un error?
R. Absoluto. También es cierto que cuando en 2011, el 20 de noviembre, Mariano Rajoy Brey consigue una mayoría absoluta de 182 escaños, no cambia ni en una coma esa ley de matrimonio igualitario. Le voy a recordar que en 2006, poco después de que el Partido Popular presentara ese erróneo recurso, el que entonces era presidente del PP gallego y de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, acudió a la primera boda entre personas del mismo sexo en Galicia y en unas declaraciones a Europa Press, dijo: “Pues mire, yo vengo a esta boda como amigo de los contrayentes porque, ¿saben qué pasa?, que es que el PP, si en algo cree, es en la libertad y estos dos hombres en su libertad, han decidido casarse”.
P. ¿Y por qué Feijóo no intentó evitar que el PP recurriera la ley?
R. Lo hizo, pero de forma interna, y no fue el único. Créame que levantó la voz para intentar frenar aquello. Lo importante es que hoy estamos donde estamos.
P. Su partido también recurrió la ley de plazos del aborto, aunque luego no la cambió en sus aspectos fundamentales cuando pudo hacerlo con una mayoría absoluta. ¿Fue un error recurrir o fue un error no cambiarla?
R. Para mí fue un error llevar esa ley de plazos al Constitucional. Pero lo cierto es que ni se alteró, ni el actual presidente del Partido Popular, que lo ha dicho de forma contundente, va a hacer ningún cambio al respecto, excepto en lo que se refiere a las menores.
P. Después de opinar que fue un error recurrir esas leyes que avanzaban en derecho sociales, no sé si entiende que su partido no sabe acomodarse a los tiempos, que siempre llega tarde a los avances sociales porque los recurre y luego acaba asumiéndolos cuando gobierna…
R. Creo que en mi partido conviven muchas sensibilidades, como en otros partidos, porque si quiere hablamos de las dos almas socialistas respecto de la ley del solo sí es sí o de la ley trans. Lo importante, y créame que lo digo convencido, es llegar. A mí me parece que llegar pronto, a veces, es mejor, pero lo importante es que nunca se den pasos atrás en la consecución de derechos.
P. Ha declarado que los tratamientos irreversibles a personas transexuales le parecen una salvajada...
R. Lo que me parece una salvajada es que a un menor se le someta a una transición en la que median tratamientos hormonales y o incluso castraciones, sin que haya, en aras de la malentendida despatologización, un acompañamiento sanitario, social e, insisto, paterno y materno. Por supuesto que sí.
P. Hay una sentencia del Tribunal Constitucional de 2019 que dice que es inconstitucional el artículo que prohibía cambiar la mención registral a los menores de edad con suficiente madurez y que se encontraban en una situación estable de transexualidad.
R. Aquí nadie está negando a los menores su derecho…
P. La ley de 2007 explicaba que para hacer la rectificación registral previamente tenía que haber un diagnóstico de disforia de género y dos años de hormonación… En la ley trans aprobada en 2022 no hay condiciones para la rectificación registral, no hay que hormonarse durante dos años, ni presentar un certificado médico.. ¿Por qué esta ley es peor que la de 2007?
R. Con esta libertad registral queda en entredicho, por ejemplo, la relatora especial de la ONU para violencia machista, que nos recuerda dos cuestiones. Una, que la carta de la ONU no habla de derecho de autodeterminación sin límites, como tampoco lo hace el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Y es más, habla de la obligación que tienen los países de generar esos márgenes para que todos y todas tengamos los mismos derechos. Por eso dice ella, que yo comparto, cuidado con legislar a favor de unos si lo que se está haciendo es robar derechos al resto.
P. ¿Cuál es el modelo del PP? ¿Volver a la ley de 2007?
R. El modelo de 2007 es un buen punto de partida…
P. O sea, el PP defiende que nadie, ya sea mayor o menor de edad, pueda rectificar su género en el registro sin condiciones…
R. Lo que tienen que tener esas personas es el acompañamiento psicosocial necesario y paterno o materno o paterno y materno, si son menores, para tomar una decisión… Lo que nosotros negamos es que un menor pueda someterse a una realidad tan trascendente de forma individual e independiente.
P. Bueno, de forma individual e independiente, no. Tienen que ir, según la ley, con sus padres, y si estos se niegan, hay una mediación judicial posterior. Y los más pequeños necesitan esa autorización judicial. La OMS sentenció en 2018 que la transexualidad no era una enfermedad...
Feijóo intentó de forma interna frenar el recurso contra la ley del matrimonio homosexual
R. ¡Ojo! Psiquiátrica, pero el hecho de que en muchos casos requiera tratamientos hormonales o distintas terapias o cirugías, no lo saca del hecho sanitario. Hay que tener mucho cuidado con la palabra, la despatologización no nos puede hacer obviar algo tan trascendente como el hecho sanitario en una persona que decide hacer una transición de hombre a mujer o de mujer a hombre. Por eso esta ley es de una frivolidad imperdonable, porque pretende sacar de algo tan complejo a psicólogos, psiquiatras, endocrinos, cirujanos...
P. El PP aceptaría que una persona mayor de 16 años pueda ir mañana al registro a cambiar su género y su nombre sin haberse hormonado previamente durante dos años ni tener que presentar un certificado médico...
R. ¿Solamente con su deseo y su palabra?
P. Sí.
R. No, no nos vale, ya se lo he dejado meridianamente claro. Si yo, Jaime de los Santos me presento en un registro civil y digo “Hola, soy mujer”, no, no nos vale. Ni nos vale a nosotros, ni le vale al feminismo, ni le vale al ordenamiento internacional.
P. Cuando Feijóo habla de derogar la ley trans...
R. E inmediatamente iniciar los trámites para aprobar una nueva.
P. ¿Como la de 2007?
R. Una nueva ley trans. Ni yo ni el señor Feijóo le vamos a adelantar cuáles van a ser los puntos principales porque requerirá un análisis en profundidad y el consenso mayor posible de todas las fuerzas.
P. En cualquier caso, ¿será una ley donde se pongan condiciones a la rectificación registral?
R. Sin duda. Se lo voy a poner más fácil: no a la autodeterminación de género sin más. Como, insisto, dice la carta de las Naciones Unidas y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
P. ¿Ante los efectos perversos que vaticina y que, según usted, hemos podido ver en el Reino Unido, pedirá a Feijóo que acelere la tramitación de esta nueva ley?
R. Inmediatamente. Sí. Le pediría que en sus 100 primeros días iniciara la tramitación de una nueva ley.
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