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Stampa, primer fiscal del ‘caso Villarejo’: “No es una leyenda, lo graba todo desde hace 40 años”

El exintegrante de Anticorrupción, apartado de la causa tras una campaña de acoso, relata en el ‘podcast’ ‘El País de los demonios’ los primeros pasos de la investigación: “Nos dijeron: ‘¿Ustedes saben dónde se están metiendo?”

J. J. Gálvez
El fiscal Ignacio Stampa sale de la Audiencia Nacional en Madrid, en octubre de 2020.
El fiscal Ignacio Stampa sale de la Audiencia Nacional en Madrid, en octubre de 2020.Andrea Comas

Cuenta Ignacio Stampa, el primer fiscal del caso Villarejo, que cuando la Unidad de Asuntos Internos (UAI) de la Policía procedía al primer registro de la casa de José Manuel Villarejo en noviembre de 2017, el comisario jubilado se le queda mirando en cierto momento. Conducido por los agentes, el antiguo agente acababa de regresar a su domicilio desde el hospital, después de fingir supuestamente un infarto, cuando se topa con Stampa y su compañero Miguel Serrano, ambos entonces destinados en la Fiscalía Anticorrupción (al primero lo acabarían apartando), impulsores de las pesquisas que cercaban por primera vez al bautizado como rey de las cloacas del Estado. “Yo recuerdo cuando entra. Y me mira como [diciendo]: ‘Esta escoria, qué hace aquí sentada en mi casa”, rememora años después Stampa, antes de detallar cómo descubrieron el archivo secreto del sospechoso en una caja fuerte de su salón: “Allí había tal cantidad de material informático, microcassettes y cosas, que te dices: ‘Es verdad, no es una leyenda, es verdad que lo graba todo desde hace 40 años”.

Las palabras del exintegrante de Anticorrupción —Serrano sigue en esa Fiscalía— resuenan con una enorme fuerza. Lo hacen en el podcast titulado El País de los demonios, producido por Spotify, con el periodista Álvaro de Cózar en la dirección y el guion, junto a Eva Lamarca. Un ejercicio de reporterismo con el que De Cózar, autor en 2016 de V, las cloacas del Estado, regresa a la oscura figura de Villarejo, ese policía que durante décadas se movió en las sombras. “Yo quería buscar una historia con la que cerrar el círculo”, explica el director, después de que el comisario también apareciera en otras tres series de audio que encabezó: XRey, sobre el rey emérito Juan Carlos I; Los papeles, sobre cómo EL PAÍS publicó los papeles de Bárcenas en 2013 y el PP intentó eliminar pruebas; y 22.424, sobre el caso Bankia.

Con 10 episodios de unos 30 minutos de duración, Stampa asume parte del protagonismo en El País de los demonios, cuyos dos primeros capítulos ha podido escuchar este diario. El miembro del ministerio público, destinado ahora en la Fiscalía de Madrid, narra por primera vez en público su experiencia como primer fiscal del caso Villarejo: desde que Manuel Moix, entonces jefe de Anticorrupción, se lo encarga al poco de aterrizar en esta área especializada (“Nada más llegar sabes que eso es un marrón, un problema; y que no es un regalo. Inmediatamente pensé, por qué se lo van a dar al último que ha llegado”) hasta que lo apartan de las pesquisas tras sufrir una campaña de acoso mediático, además de los ataques de la ultraderecha y el propio Villarejo.

“Es una historia sobre cómo el sistema te hace un encargo y cómo después te deja caer”, resume De Cózar sobre el podcast, en el que el periodista llega a afirmar: “El sistema acabó tragándose al fiscal Stampa”. En los primeros episodios, Stampa explica que desembarcó en Anticorrupción desde la pequeña Fiscalía de Arrecife (Lanzarote), donde el “cacique principal de la isla” ya le había montado una campaña mediática en contra —“fue muy doloroso, pero aquello no fue nada con lo que me vino después”, avanza—. Él creía que llegaba a “la cima, por la trascendencia de los temas que allí se investigan”, pero no imaginaba lo que venía.

Su compañero Miguel Serrano, según cuenta el propio Stampa en el podcast, sí lo advirtió: “Miguel Serrano me dijo, con la sabiduría propia que él me ha demostrado en este asunto, dos cosas que se han cumplido: Una, lo peor va a ser el fuego amigo; y dos, no vamos a llegar juntos al otro lado de la orilla”. En otro momento, el exfiscal de Anticorrupción también relata el terror que invadía a Francisco Menéndez, un antiguo cliente de Villarejo que se atrevió a colaborar con el ministerio público, y que facilitó los primeros documentos que sirvieron para abrir la investigación contra el comisario: “Menéndez nos muestra el miedo que tiene. Lo primero que nos dice es: ‘¿Ustedes saben dónde se están metiendo?”, rememora.

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El relato de Stampa también se centra en uno de los grandes momentos de la investigación. Ese instante en el que los fiscales y los agentes de Asuntos Internos se topan con la caja fuerte del salón de Villarejo. Y la abren. Y descubren esa ingente cantidad de material, que ha provocado que la Audiencia Nacional abra ya 36 líneas de investigación sobre los tejemanejes del comisario jubilado: incluido encargos de espionajes de empresas del Ibex 35 y la Operación Kitchen, la trama parapolicial urdida en el Ministerio del Interior para robar al extesorero popular Luis Bárcenas documentos comprometedores que pudiera guardar sobre altos cargos del PP. “[Lo que contenía] era una demostración de la evolución tecnológica: microcassettes, disquetes, cds, pendrive... ¡Todo! ¡Era toda la gama”.

Stampa explica que, ante tal cantidad de material, un policía miró a los fiscales como diciendo: “Pero, ¿[nos llevamos] todo? ¿todo, todo?”. Y que él pensó: “Si hemos venido a esto. Hay que llevárselo”.

A la espera de sentencia

La investigación inicial de la Fiscalía acabó en el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, dirigido actualmente por el magistrado Manuel García-Castellón. Desde su arresto en noviembre de 2017, Villarejo permaneció más de tres años en prisión provisional. Quedó libre en marzo de 2021, ante la imposibilidad de que se celebrase el primer juicio contra él antes de cumplir cuatro años de encierro —máximo permitido por la ley—. Finalmente, a finales de ese 2021, comenzó la vista oral contra el comisario por tres de los presuntos encargos de espionaje que recibió, que quedó vista para sentencia en septiembre de 2022. El tribunal aún no ha dictado sentencia.

“Cuando hicimos V, las cloacas del Estado, hubo un montón de cosas que me contaron y que no pude incluir porque no podía probarlo. Pero que luego se ha demostrado”, revive Álvaro de Cózar. “No llegué a medir bien a Villarejo. Para mí, es un personaje enigmático. Porque, ¿qué es lo que quería? ¿Era solo por dinero? Me parece que no. Me parece que es algo que tiene más que ver con el poder... Con el poder que te da la información”, añade el periodista.

Los dos primeros capítulos ya están disponibles en Spotify, y cada semana se podrá encontrar en la plataforma una nueva entrega del podcast, que concluirá el 18 de abril.

Sobre la firma

J. J. Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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