El primer gran juicio a Villarejo queda visto para sentencia tras un año de sesiones
La Audiencia Nacional estudiará la petición de la Fiscalía de imponer una pena de 80 años de cárcel al comisario, epicentro de una supuesta trama de corrupción
La última jornada del primer gran juicio al comisario de policía jubilado José Manuel Villarejo se ha convertido este miércoles en una sesión de mero trámite. Apenas ha durado unos minutos. Tras escuchar cómo el último acusado que faltaba —Constancio Riaño, inspector de policía y presunto colaborador de la trama— ejercía brevemente su derecho a la última palabra, la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, ha declarado el proceso visto para sentencia. La magistrada ha puesto así punto y final a una vista que arrancó en octubre de 2021 y que, a lo largo de casi un año, ha destripado parte de los negocios privados de Villarejo, para quien la Fiscalía Anticorrupción pide más de 80 años de cárcel.
En esta vista oral han sido enjuiciadas tres líneas de investigación (los Proyectos Iron, Land y Pintor) de las 34 que ya acumula el caso Villarejo. La primera se centra en la contratación del comisario por parte del bufete Herrero & Asociados para espiar a un despacho rival. Land aborda la guerra familiar de los herederos de Luis García-Cereceda, el promotor que levantó la urbanización de lujo La Finca en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Y Pintor trata de cómo el empresario Juan Muñoz Tamara, marido de la presentadora Ana Rosa Quintana, fichó presuntamente a Villarejo para que obtuviera de forma ilegal datos de un exsocio al que aquel reclamaba el pago de una deuda. Los clientes de todos estos encargos han admitido que se hicieron con los servicios del agente de policía; lo hicieron cuando este aún estaba en ejercicio, aunque ellos sostienen que no lo sabían.
El tribunal tiene ahora la palabra. Los magistrados deberán deliberar y trabajar en una sentencia que marcará un punto de inflexión en todo el caso Villarejo, oficialmente bautizado como Operación Tándem. La Fiscalía acusa al comisario de abusar de su condición de policía para acceder a datos confidenciales, que después vendía por cantidades millonarias a particulares y empresas. Villarejo mantiene, en cambio, que nunca se lucró y que su amplia red societaria forma parte de la tapadera que se diseñó, con el aval del Estado, para trabajar como agente encubierto. Además del agente, otras 26 personas se han sentado en el banquillo en este juicio.
“Estoy en el infierno”
Constancio Riaño, ya jubilado y a quien la Fiscalía acusa de facilitar datos confidenciales a la trama de Villarejo, ha defendido este miércoles su inocencia. “No sé por qué estoy aquí. Supongo que eso lo dice todo el mundo. Lo que sí sé es que estoy en el infierno, un infierno duro. Pero lo peor de todo no es estar en el infierno, sino no saber por qué estoy en el infierno”, ha afirmado. “Dice la Fiscalía que yo sabia que Villarejo comercializaba con datos. Eso es mentira. Yo no conocía a Villarejo”, ha recalcado. “Yo no fui un policía corrupto”, ha añadido antes de limpiarse las lágrimas.
—Esté tranquilo —le ha dicho entonces la jueza Ángela Murillo.
—En el infierno no se está tranquilo —ha contestado él.
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