La coalición hace un control de daños con el envío de los tanques Leopard para evitar otra crisis
Belarra critica la decisión, pero el sector socialista lo ve como una discrepancia pactada
La coalición intenta controlar los daños para evitar una nueva brecha en un asunto especialmente sensible, el envío de armas a Ucrania, y en un momento muy delicado, ya en año electoral. De momento, tanto en La Moncloa como en Unidas Podemos están tranquilos y creen que la situación no se saldrá de control. El rechazo evidente que planteó especialmente Podemos, a través de Ione Belarra, al envío de tanques a Ucrania, era esperado en La Moncloa e incluso sorprendió el tono pausado en el que lo expresó. En el sector socialista del Gobierno quieren minimizar esta decisión, la enmarcan en la continuidad de lo que se acordó en marzo del año pasado, cuando empezó el envío de armas.
Para La Moncloa, esto no es una escalada sino una continuidad de lo decidido en el marco de un acuerdo con los socios europeos. España no lidera la iniciativa ni se ha salido de la línea, solo sigue la estela de sus socios y ha esperado a que Alemania diera el paso para seguirlo. La Moncloa evitará a toda costa cualquier polémica y no enviará este asunto al Congreso —no tiene obligación de hacerlo— para evitar una nueva tensión con sus socios. Dentro de la coalición, los dos sectores trasladan mensajes de tranquilidad. Es una discrepancia de alguna manera pactada, directa o indirectamente.
Este asunto es especialmente delicado y estuvo en el origen del Consejo de Ministros más tenso que ha vivido la coalición en tres años, en julio del año pasado, después de la cumbre de la OTAN. Pero después de esa crisis, en la que Pedro Sánchez dejó muy claro a sus socios que la política exterior la dirigía el sector socialista y que en este asunto iba a seguir la línea marcada por los aliados europeos, las cosas se fueron calmando. Cada vez que surja una cuestión como esta, con el envío de tanques, el sector de Unidas Podemos, y en especial la formación de Belarra, van a ser críticos, y eso es algo con lo que se cuenta en La Moncloa, pero nadie espera una escalada dentro de la coalición ni ven necesario de momento reunir al comité de crisis que se cita cuando la tensión sube mucho.
Aún así, tanto en el PSOE como en Unidas Podemos tienen muy claras sus posiciones y parece evidente que son muy diferentes en este asunto, aunque hay matices entre la postura de Podemos y la de Yolanda Díaz, por ejemplo. Por parte de La Moncloa, las cosas están muy claras: “La posición es estar con nuestros aliados. No se entendería que estuviéramos en otro lugar”, remató Félix Bolaños, ministro de Presidencia.
El tema, especialmente sensible para el electorado de izquierdas, ya evidenció en marzo del año pasado las diferencias también dentro de Unidas Podemos. Con matices, y después de reunirse para buscar una postura común, distintas voces del grupo se desmarcaron ayer del envío y pusieron el foco en su apuesta por el diálogo. En un discurso preparado, Ione Belarra, secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, exhortó por la mañana al Gobierno a “liderar” la vía diplomática en Europa y alertó de que el despliegue de los carros de combate Leopard “solo contribuiría a la escalada bélica y podría tener una respuesta imprevisible y muy peligrosa” por parte de Rusia.
Belarra fue en su día la primera en cuestionar el envío de armamento decidido por el presidente Pedro Sánchez y ha hecho bandera desde entonces de este rechazo, siendo particularmente activa en el Movimiento Europeo por la Paz, una alianza de partidos y organizaciones de izquierdas en Europa promovida tras la invasión rusa de Ucrania. La posición de la dirigente de Podemos contrastó entonces con el apoyo de la vicepresidenta Díaz y los ministros Alberto Garzón (IU) y Joan Subirats (Comunes) a Sánchez, lo que abrió una nueva crisis.
Para evitar que se repita ese escenario, distintas fuentes del espacio confederal confirmaron este miércoles que Unidas Podemos mantuvo a primera hora del día una reunión convocada por Díaz en la que, entre otras cuestiones, se trató de consensuar una postura sobre este asunto, que incomoda como ningún otro al socio minoritario del Gobierno.
“No podemos compartir que la solución a la guerra pase por el permanente incremento del envío de armas”, se posicionó la portavoz federal de Izquierda Unida, Sira Rego, a través de un comunicado.
Los equilibrios de Díaz para tender puentes y sortear otra crisis en la coalición en un momento complejo (con un contexto económico marcado por la inflación y en un año fundamentalmente electoral) fueron este miércoles evidentes. “Quiero condenar expresamente la invasión ilegal de Putin en Ucrania”, insistió la vicepresidenta a su llegada por la tarde a un acto de Sumar con el colectivo LGTBI. “Dicho esto, lo que estamos viviendo también es un salto cualitativo en una posición armamentística que causa enorme preocupación en la sociedad española y europea”, concedió antes de poner el foco en la búsqueda de una salida negociada al conflicto y reconocer lo defendido por Sánchez el martes durante su comparecencia en el Congreso. “Creemos que es necesario que se estén trabajando las vías diplomáticas y de paz en el marco de la OSCE y buscando, como ayer decía el presidente del Gobierno, una salida autónoma, estratégica en Europa con una posición propia y trabajando a favor de la paz”. Todos hacen pues juegos de equilibrios, pero el resultado final parece que la coalición está controlando los daños para evitar una nueva crisis que no conviene a nadie en un momento electoral en el que todos quieren poner el foco en las medidas sociales del Gobierno.
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