Familiares de víctimas del franquismo celebran “la victoria” por la exhumación de Queipo de Llano ante La Macarena
Medio millar de personas reivindican la salida de los restos del golpista de la basílica, pero avisan de que “no permitirán” que vuelvan al columbario
No habían terminado de repicar las campanadas de la basílica de La Macarena que anunciaban el mediodía, cuando en la plaza que antecede al templo sevillano arrancaba el acto para celebrar la exhumación de los estos del general Gonzalo Queipo de Llano y su mano derecha, el auditor de guerra, Francisco Bohórquez. Alrededor de medio millar de personas han reivindicado el desenterramiento como “una victoria” del movimiento memorialista, pero han advertido de que no tolerarán que sus cenizas regresen al columbario que la hermandad construyó en 2020, justo debajo del camarín de la Virgen de la Esperanza.
“A partir de ahora esperamos que la ley se cumpla escrupulosamente y los restos de Queipo y Bohórquez no regresen a la Basílica”, ha señalado Paqui Maqueda —la familiar de represaliados que estuvo presente la noche de la exhumación y que acalló los aplausos y los vivas a Queipo de familiares de este con una reivindicación de las víctimas― en el discurso que ha pronunciado en nombre de la Plataforma Gambogaz, una de las tres asociaciones que han organizado el evento, junto con Sevilla por la República y Andalucía Republicana. Un mensaje que antes también había lanzado Osi García, portavoz de Sevilla por la República: “No permitiremos que vuelvan a La Macarena”.
Los familiares de Quipo de Llano y de Bohórquez incineraron sus restos la misma noche del 3 de noviembre, después de ser exhumados de la basílica y trasladaron al hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero, que su intención era mantener sus cenizas en el ámbito privado. La nueva Ley de Memoria Democrática es clara en su artículo 38.3 con cuando señala que “los restos mortales de dirigentes del golpe militar de 1936 no podrán ser ni permanecer inhumados en un lugar preeminente de acceso público, distinto a un cementerio”, pero no dice nada sobre el caso de que sean incinerados, y ese vacío legal es el que temen las asociaciones memorialistas que puedan aprovechar las familias de los militares golpistas para devolverlos a La Macarena, donde, en todo, caso estarían de manera anónima junto a otros hermanos.
“Hoy es un día de alegría y victoria”, ha señalado Osi García. El acto tenía mucho de celebración, pero también de recuerdo. Como es habitual cada vez que organizan vigilias de este tipo tanto frente a La Macarena como ante la sede de la Archidiócesis de Sevilla, los familiares han venido acompañados de fotos o folios con el nombre de sus antepasados represaliados: Amparo Borja Navarro, José Antonio Cárdenas Ortega, Miguel Mendiola Osuna… Todos ellos, y también los que han fallecido antes de conocer el resultado de su búsqueda, han sido objeto de homenaje, pero esta mañana de domingo, el sentimiento de reivindicación a favor de justicia y reparación se mezclaba con el de satisfacción por haber obtenido una victoria en esa lucha: la exhumación del responsable del destino de sus familiares asesinados, torturados o desaparecidos. “Hemos ganado esta batalla”, ha concluido si intervención José María García, el representante de Andalucía Republicana.
La exhumación de Queipo es un hito relevante en esa batalla que libran las asociaciones memorialista contra el olvido y por la restitución de la dignidad de sus víctimas, pero, como han advertido, es un paso más en una senda que aún tiene muchos retos pendientes, como el de seguir abriendo fosas, eliminar los vestigios del régimen que siguen en las calles y edificios, el impulso al banco de ADN o la recuperación del cortijo de Gambogaz —un regalo de la ciudad de Sevilla a Queipo de Llano, que fue expropiado de forma irregular por el militar con dinero procedente del Banco de España, de acuerdo con algunos estudios, y que el movimiento memorialista quiere que pase a ser un lugar de memoria y que deje de seguir en manos de los herederos del general―. “La conquista es incompleta”, ha reconocido Osi.
Los intervinientes han llamado la atención también sobre la soledad del movimiento memorialista en todo este proceso, responsabilizando a la Iglesia, a la Hermandad de La Macarena y a los distintos Gobiernos de la Junta por haber permitido que tras la reinstauración de la democracia, los restos de Queipo hubieran permanecido allí hasta la pasada madrugada del 3 de noviembre. “Si no hubiera sido por la ley, la Hermandad no hubiera sacado los restos del genocida”, ha señalado José María García.
Tras la intervención de los representantes de las tres organizaciones convocantes del acto, se ha abierto un turno para que los asistentes pudieran compartir sus impresiones. La primera en romper el hielo ha asido la periodista y poeta Susana Falcón —que fue a arropar a Paqui Maqueda en la fría madrugada del pasado jueves, cuando la exhumación nocturna ya había terminado―, que ha tenido un recuerdo muy especial con las mujeres víctimas de la represión franquista.
Cuando los asistentes a la misa de las 12.30 iban saliendo de la basílica, las 500 personas que estaban alrededor del altar alternativo levantado entre banderas republicanas con las fotos de sus familiares en la plaza de La Macarena se han trasladado al monolito en honor a las víctimas que se encuentra frente a la muralla, a escasos metros de la Hermandad. Allí, donde murieron fusiladas unas 3.000 personas, han concluido el acto con una ofrenda floral de claveles.
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