Una mayoría amplia apoya las medidas del Gobierno para ahorrar energía
El 58,8% de los encuestados aprueba los límites a la climatización, según el último barómetro de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER
Las advertencias de que vienen un otoño y un invierno duros, en los que la suficiencia energética será un lujo en Europa si Rusia cierra el grifo del gas, empiezan a hacer mella en el ánimo de los ciudadanos. El plan de ahorro del Gobierno, pese a la bronca política que ha generado, cuenta con la aprobación mayoritaria de los españoles, de acuerdo con el barómetro de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER, cuyos datos están publicados en la web del periódico.
Las medidas de ahorro planteadas por el Gobierno concitan un apoyo de partidarios de todas las siglas, y algunas son muy populares entre quienes dicen votar al PP y a Vox, los dos partidos que muestran un rechazo furibundo. Así, el 72,3% considera positivo o muy positivo el cierre automatizado de las puertas de los locales que estén usando aire acondicionado o calefacción; el 66,3% apoya apagar a las diez de la noche los escaparates de los comercios ya cerrados y, en la escala más baja, el 58,8% considera positivo o muy positivo que se limiten el aire acondicionado y la calefacción en comercios, cines, centros de trabajo y transportes públicos. Solo los votantes de Vox son mayoritariamente críticos con esta medida, aunque avalan las dos anteriores.
El cierre de puertas, por ejemplo, es una medida que recibe más apoyo que rechazo entre quienes votaron en 2019 a Vox y PP. Ninguna de las medidas del plan cuenta con más detractores que defensores entre los que se dicen fieles a la formación de Alberto Núñez Feijóo. En cualquier caso, todas las medidas tienen una mayor aceptación entre quienes votaron a Unidas Podemos y al PSOE. Otra cosa es si piensan que servirán para algo: solo un 42,6% cree que mejorará la seguridad energética de España.
La dependencia energética figura como preocupación para el 90,6% de los españoles, que afirman estar bastante o muy preocupados por las consecuencias energéticas de la guerra en Ucrania, sexto problema en importancia en este momento. Solo la inflación y el coste de la vida generan más inquietud entre los encuestados, para quienes el clima extremo de este verano, especialmente los 42 días de ola de calor, han convertido al cambio climático en el problema que más ha crecido en importancia. Un asunto que, como refleja el barómetro de septiembre de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER, está altamente ideologizado en España. Los temores a sufrir problemas por la dependencia energética se han extendido de manera similar por los votantes de todos los partidos, aunque algo más a los electores de Ciudadanos (65,3%), y algo menos a los de Vox (53,3%) y Unidas Podemos (55,1%).
El paro y las dificultades económicas suelen copar las dos primeras preocupaciones de los ciudadanos, salvo situaciones extraordinarias como la de la pandemia. Ahora, el paro ha caído a la tercera posición de las preocupaciones de los españoles, desplazado por los problemas para llegar a fin de mes que causa la subida desbocada de los precios y la incertidumbre sobre el asunto energético. La inflación preocupa mucho al 74,2% y bastante al 20,7%. Nadie contesta que no le agobia.
El cambio climático, un asunto político
El verano de calor, sequía, fuegos y tormentas ha disparado la preocupación por el cambio climático, salvo para los votantes de Vox. El 84,5% de los encuestados se muestran muy o bastante preocupados por los efectos del calentamiento global, mientras que en el barómetro de julio de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER solo un 46,1% de los españoles decían estar muy preocupados por el clima (en septiembre son ya el 54,3%). No solo eso: los encuestados creen que las olas de calor, los grandes fuegos que han arrasado casi 300.000 hectáreas y la sequía extrema están directamente relacionados con el cambio.
La preocupación no es uniforme, ya que hay una brecha significativa entre el 73,3% de votantes de Unidas Podemos y el escaso 29,9% de los de Vox que perciben el cambio climático como un problema muy preocupante. Entre ellos, completan la graduación los votantes del PSOE (un 62,2% se muestran muy preocupados), Ciudadanos (47,7%) y PP (44,6%). La dependencia energética, sin embargo, preocupa de manera similar a los votantes de todos los partidos de ámbito nacional, aunque algo más a los electores de Ciudadanos (65,3%), y algo menos a los de Vox (53,3%) y UP (55,1%).
A los que apoyan a Santiago Abascal les preocupa mucho más la inmigración que el cambio climático o que haya desigualdades sociales, exactamente al revés que a los votantes socialistas y de Podemos. La conclusión es que el asunto climático está altamente politizado. Esta polarización de los asuntos medioambientales se aprecia cuando se pregunta en qué medida consideran que los fenómenos meteorológicos del verano son causados por el cambio climático. El consenso genérico de que es probable que los episodios extremos estén impulsados por el calentamiento del planeta se quiebra si se traslada al eje izquierda-derecha. Mientras que el 34,1% de los votantes de Vox cree que se han debido al cambio climático, los porcentajes se disparan entre los votantes de UP (69,6%), PSOE (64,6%), Cs (56,5%) e incluso el PP (49,7%).
Sin embargo, el pesimismo climático es muy similar entre los cinco electorados, y se mueve entre el 38,6% de votantes de Unidas Podemos, que consideran que la política ya es incapaz de evitar la catástrofe, hasta el 44,2% de partidarios de Vox que opinan lo mismo. También hay un apoyo generalizado a una premisa: todas las formaciones reclaman consenso en materia climática y energética.
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