La semana del adiós en la política española
Siete días de renuncias, destituciones y ascensos dibujan un escenario volátil que evidencia la proximidad de la carrera para las municipales y autonómicas
La política española muta a tal velocidad que una semana es suficiente para borrar de la primera línea a algunos de sus principales rostros, anunciar nuevos ascensos y oficializar sus nombramientos. La cascada de renuncias y destituciones de los últimos días dibuja un escenario volátil, a menos de un año para las municipales y autonómicas, y provoca una revolución en varios frentes: en el PSOE, en el Gobierno, en la Fiscalía e incluso en Bruselas. Con agosto a la vuelta de la esquina, Adriana Lastra dejó el lunes el cargo de vicesecretaria general de los socialistas. Su salida precipitó nuevos relevos en la cúpula del partido, que después del batacazo en Andalucía busca un revulsivo para afrontar el próximo ciclo electoral. Pero no han sido los únicos. También han abandonado sus puestos la fiscal general del Estado, Dolores Delgado; el jefe de la delegación de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, Luis Garicano; y el secretario de Estado para la Agenda 2030, Enrique Santiago.
La dimisión de Lastra, pieza clave en el proyecto de Pedro Sánchez desde que este llegó por primera vez a la Secretaría General en 2014, sacudía los cimientos del PSOE a primera hora del lunes. En un comunicado, la número dos del partido, en el puesto los últimos cinco años, justificaba su renuncia por hallarse en mitad de un embarazo de riesgo que la había obligado a tomarse una baja laboral que se prolongará “aún un tiempo”. En su lugar, el presidente ha decidido colocar a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, uno de los pesos pesados de su Gobierno. Si bien el estado de salud de Lastra es delicado, en los últimos tiempos había trascendido también sus diferencias con Santos Cerdán, encargado de la Secretaría de Organización. El diputado navarro, del círculo más próximo a Sánchez, continúa en sus funciones, pero la marcha de la vicesecretaria ha acelerado, sin estridencias, los cambios en las portavocías socialistas del Congreso y la ejecutiva. A Héctor Gómez, quien tan solo llevaba 10 meses en el puesto, lo sustituye en la Cámara baja el exlehendakari Patxi López, mientras que en Ferraz, Felipe Sicilia ha sido relevado por la ministra de Educación, Pilar Alegría. Los nombramientos, que tienen por objetivo sacudirse los últimos reveses en las urnas, fueron ratificados en el comité federal del PSOE el sábado.
El martes, trascendía la marcha de Dolores Delgado. La fiscal general había vuelto al trabajo hacía pocas semanas tras dos meses de baja por una operación en la columna vertebral. La intervención requiere una recuperación larga, Delgado necesitará nuevas cirugías y la que fuera titular de Justicia en el primer Gobierno de Sánchez llegó a la conclusión de que no está en condiciones de desempeñar su labor al frente del Ministerio Público. “Me da igual lo que digan, renuncio porque mi cuerpo está roto”, afirmó en una entrevista a EL PAÍS ese mismo día. Convertida en blanco de críticas de la derecha política y judicial, su mandato ha estado envuelto en polémicas desde su nombramiento, en febrero de 2020, tan solo mes y medio después de dejar el Ejecutivo. A Delgado la sustituye Álvaro García Ortiz, mano derecha y exjefe de la secretaría técnica de la Fiscalía General.
Fuera de España, el miércoles, Luis Garicano se despedía de la política. En plena descomposición del partido que dirige Inés Arrimadas, el eurodiputado de Ciudadanos anunciaba en redes que dejaba el acta para ejercer como profesor en la Universidad de Columbia (Nueva York). Después de la crisis desatada tras quedar la formación fuera del parlamento andaluz, la salida de Garicano, uno de los últimos rostros reconocibles del partido, se ha producido sin mayor ruido. El economista ha desvinculado su decisión de los problemas internos de Cs y la dirección respondió felicitando al economista por su nuevo destino.
Un último seísmo trastocó el viernes el organigrama del Gobierno. La ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, hizo pública la destitución del máximo dirigente del PCE, Enrique Santiago, como secretario de Estado para la Agenda 2030. Aunque la justificó como una simple “reorganización” para abordar lo que queda de legislatura, la relación entre ambos, meses atrás muy cercana, se rompió a raíz de las difíciles negociaciones para conformar una coalición en Andalucía. Aquellas conversaciones acabaron con un acuerdo de todos menos Podemos para dar la candidatura a la presidencia de la Junta a Izquierda Unida, algo que la cúpula del partido consideró una “traición” de Santiago. El secretario general de los comunistas, partidario de la estrategia que promueve la vicepresidenta Yolanda Díaz para abrir el espacio, se centrará ahora en la labor parlamentaria. Su lugar será ocupado por Lilith Verstrynge, número tres de Podemos y persona de la máxima confianza de Belarra. La responsable de Organización del partido accedió a la dirección en junio de 2021, tras la Asamblea que eligió a la ministra para tomar las riendas de la formación en sustitución de Pablo Iglesias. La política española sigue a ritmo de vértigo. Al menos hasta que entre agosto.
La directora de Comunicación del PSOE sale de Ferraz
La directora de Comunicación del PSOE, Maritcha Ruiz, no seguirá en el cargo en esta nueva etapa. Después de los cambios en la ejecutiva ratificados este sábado en el comité federal del partido, la periodista ha anunciado este domingo su salida. Ruiz, próxima a Pedro Sánchez desde las Juventudes Socialistas, accedió por primera vez al puesto en 2015 y regresó cuando el líder del PSOE recuperó la secretaría general.
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, gestionó también la comunicación digital de Sánchez y fue antes jefa de prensa de varias entidades, además de ejercer como consultora de comunicación y docente.
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