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Cae una banda que reventó con pólvora siete cajeros en España con el sistema de la ‘paleta del pizzero’

La Guardia Civil desmantela un grupo itinerante que robó 1,5 millones en bancos de seis países europeos con un peculiar sistema para colocar artefactos explosivos

Fachada de la sucursal bancaria de San Claudio (Asturias) asaltada en octubre por los detenidos, en una imagen facilitada por la Guardia Civil.
Óscar López-Fonseca

La Guardia Civil ha detenido a siete presuntos integrantes de una banda especializada en asaltar cajeros automáticos con el método de la paleta del pizzero. Los investigadores la califican como “la organización criminal más activa de Europa” en esta modalidad delictiva. Esta técnica de robo, conocida en la jerga policial como paleta del pizzero o bate de criquet, requiere de gran pericia por parte de los delincuentes: consiste en introducir un artefacto explosivo de poco más de un centímetro de grosor por la ranura por la que los cajeros automáticos dispensan los billetes. Para hacerlo, se valen de unos palos o cañas largas, parecidas a la paleta que se utiliza para introducir las pizzas en el horno, para depositar la bomba en el interior. Tras alejarse, la hacen estallar y revientan el dispositivo, provocando graves destrozos en la sucursal. A los ladrones ya solo les queda recoger los billetes y huir. “A veces las explosiones afectaron a la estructura de las construcciones”, recalcan fuentes de la investigación, como ejemplo de la potencia de los artefactos que colocaban. El instituto armado ya tenía un antecedente de este sistema de robo, poco habitual en España, ya que en 2019 desarticularon un grupo que lo empleaba.

La operación se ha realizado en dos fases. Los ahora arrestados están acusados de cometer siete asaltos en España ―siempre en entidades financieras situadas en pequeñas localidades del noroeste peninsular― y 15 más en otros cinco países europeos, con los que consiguieron un botín de 1,5 millones de euros. En España siempre emplearon pólvora negra, un explosivo de fabricación industrial utilizado tanto en la elaboración de cartuchos de caza y artefactos pirotécnicos como en minería, aunque en algunos de sus golpes en otros países llegaron a emplear Triperóxido de Triacetona (TATP), un explosivo de fabricación casera conocido como Madre de Satán que también utilizan los grupos yihadistas en sus atentados.

La bautizada como Operación Berthelot (en referencia al químico francés del siglo XIX Marcellin Berthelot, que hizo investigaciones sobre explosivos) se inició el 14 de diciembre de 2020, después de que en la madrugada de ese día la banda ahora desmantelada reventara con uno de estos artefactos el cajero de una sucursal bancaria de Toral de los Vados, una localidad leonesa de menos de 2.000 habitantes. Las pesquisas de la Unidad Central Operativa (UCO) apuntaron desde el principio a que detrás de aquel golpe había un grupo bien organizado que, además de colocar los explosivos por este sistema, había utilizado para desplazarse al lugar un vehículo robado previamente mediante un sofisticado sistema que, tras el robo, había abandonado después de rociar su interior con el contenido de un extintor para borrar huellas.

Este peculiar modus operandi se repitió después en seis ocasiones en los meses siguientes, cuando la banda actuó contra sucursales en Pastoriza (Lugo), Colunga (Asturias), Piloña (Asturias), Oza-Cesuras (A Coruña) y Castro Ribeiras de Lea (Lugo). Ninguna de estas localidades tiene más de 7.000 habitantes, y por tanto la presencia policial es menor.

El último robo en España del grupo se produjo el pasado 16 de octubre en San Claudio, un municipio asturiano de 5.600 habitantes. Ese día, los delincuentes, que estaban siendo seguidos por la Guardia Civil, reventaron un cajero. Tras hacer estallar la bomba, dos de los ladrones se dirigieron a recoger el dinero y, cuando aún estaban en ello (llegaron a apropiarse de 48.000 de los 115.000 euros que tenía el dispositivo, en lo que habría sido su mayor botín en España), apareció la Guardia Civil, que detuvo a ambos y a un tercer integrante que les esperaba en un coche robado para huir.

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Los agentes entraron esa noche en la vivienda de Ribadeo (Lugo) que el grupo utilizaba como base logística y arrestaron a otras dos personas, un hombre y una mujer. Entre los primeros detenidos estaba el presunto cabecilla del grupo Finalmente, la pasada semana fueron arrestados los dos últimos integrantes de la banda, en una operación conjunta con las policías de Bélgica, Francia y Rumanía, bajo la coordinación de Europol (la agencia policial de la UE).

Las pesquisas apuntan a que el grupo, que supuestamente actuaba desde 2019, es también el presunto autor de robos por el mismo sistema en Luxemburgo (2), Bélgica (5), Francia (4), Suiza (2) y Alemania (2). “El grupo era itinerante y contaba con bases logísticas similares a la de Ribadeo en, al menos, otros tres países europeos”, señalan fuentes de la investigación


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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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