Pedro Sánchez y Mohamed VI ponen en marcha una “nueva etapa” en su relación
El Gobierno anuncia la reapertura de la aduana comercial de Melilla y la instalación de otra en Ceuta por vez primera
El presidente español, Pedro Sánchez, y el rey de Marruecos, Mohamed VI, han acordado poner a sus ministros a trabajar en la puesta en marcha de la hoja de ruta que debe guiar la “construcción de una nueva etapa en su relación bilateral”. Este nuevo clima de cooperación se plasmará en una cumbre bilateral antes de final de año, según ha anunciado Sánchez en una comparecencia en Rabat en la noche de este jueves. La visita del jefe del Gobierno a Marruecos ha servido para escenificar la reconciliación entre los dos vecinos tras 10 meses de crisis diplomática y el giro de la posición española en el conflicto del Sáhara.
La hoja de ruta aparece desarrollada en un comunicado firmado por ambas partes y difundido al término de la reunión. El escrito no cita en ningún momento las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, municipios que la prensa marroquí suele citar como los “presidios ocupados”.
Sánchez ha señalado en conferencia de prensa que uno de los objetivos del acuerdo es la recuperación progresiva de la normalidad en las rutas aéreas, marítimas y terrestres, incluidos los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla. El comunicado conjunto subraya “la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo”.
Eso significa, según fuentes gubernamentales, que se reabrirá la aduana de mercancías de Melilla, cerrada unilateralmente por Marruecos en el verano de 2018, y que Ceuta contará por vez primera con una aduana comercial. Las mismas fuentes explicaron que la reapertura de los pasos fronterizos de las dos ciudades autónomas –que el escrito conjunto elude mencionar– se hará de forma progresiva, teniendo en cuenta las condiciones sanitarias y la necesidad de evitar que se repitan aglomeraciones y avalanchas.
El presidente del Gobierno ha restado importancia al hecho de que el comunicado conjunto tampoco mencione el respeto a la “integridad territorial”, una expresión que sí figuraba en la carta que dirigió el pasado 14 de marzo a Mohamed VI. Sánchez ha destacado que la integridad de España y su soberanía, “no solo de Ceuta y Melilla, está fuera de toda duda”. “Lo que hacemos es garantizar la gestión del fenómeno fronterizo en esas ciudades de manera concertada y en ausencia de actos unilaterales”, ha subrayado. Fuentes diplomáticas han añadido que la instalación de aduanas en las dos plazas norteafricanas supone un reconocimiento tácito de la soberanía española.
“Sin actos unilaterales”
Los dos países se comprometen a que los temas de disputa “serán tratados con espíritu de confianza, a través de la concertación, sin recurrir a actos unilaterales o hechos consumados”, en alusión implícita a la delimitación unilateral de sus aguas frente a Canarias por parte de Marruecos. Para ello, se ”reactivará el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica” y se iniciarán conversaciones sobre la gestión de los espacios aéreos.
También “se relanzará y reforzará la cooperación en el ámbito de la migración” y se reunirá próximamente el grupo permanente dedicado a luchar contra las redes de tráfico de personas. Se restablecerán “de manera inmediata y gradual” las conexiones marítimas y se empezará a diseñar la Operación Paso del Estrecho, suspendida en los dos últimos veranos. Sánchez ha anunciado igualmente que se reunirán “de manera inmediata” los grupos de trabajo sobre economía, infraestructuras, formación profesional, cultura y deporte, lo que culminará con una Reunión de Alto Nivel (RAN), pendiente desde que se suspendió la prevista en diciembre de 2020, y con una actualización del Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperación de 1991.
El presidente ha calificado la hoja de ruta pactada con Marruecos de “clara y ambiciosa” y el acuerdo de “hito histórico”, “magnífico” y “necesario”; y se ha mostrado convencido de que definirá “una nueva relación sobre bases sólidas”. “Nuestra dependencia en todos los ámbitos es una realidad incontestable”, ha apostillado.
La comparecencia de Sánchez se ha producido tras su encuentro con Mohamed VI, que se ha prolongado por espacio de 35 minutos en español y francés. El presidente ha “reafirmado” la nueva posición del Gobierno español sobre el Sáhara, que considera la iniciativa marroquí de autonomía “como la base más seria, realista y creíble” para resolver el conflicto, según el comunicado de la Casa Real marroquí. Sánchez ha subrayado que su presencia como invitado de honor de Mohamed VI en el iftar, la cena con la que los musulmanes rompen el ayuno durante el mes sagrado del ramadán, supone un punto de inflexión y un cambio de clima.
Sánchez ha aterrizado en el aeropuerto de Rabat Salé pasadas las cuatro de la tarde, hora local (dos horas más en Madrid), donde ha sido recibido por el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, procedente de Bruselas, donde ha participado en una reunión de la OTAN, se ha sumado a la comitiva.
En una conversación informal con periodistas durante el vuelo, Sánchez ha justificado su decisión de apostar por el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental, a pesar de que el Congreso lo ha reprobado por mayoría y el PSOE se ha quedado solo en su defensa. “Me reafirmo en que esta es la mejor posición en el interés general de España. Respeto lo que ha dicho el Congreso, pero estamos en el marco de Naciones Unidas y en la misma trayectoria desde 2007″, cuando Rabat presentó su propuesta de autonomía para la antigua colonia española, ha insistido. España apoya las gestiones del enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura, y se alinea con países como Estados Unidos, Francia y Alemania, según Sánchez.
Según el Gobierno, ya se han producido algunos resultados concretos de la nueva relación con Marruecos, como la reanudación de los vuelos de repatriación de inmigrantes irregulares o el desbloqueo de la construcción del nuevo Colegio de España en Rabat. La cooperación en materia antiterrorista nunca se ha suspendido: el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska se reunió a finales de marzo en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) con su homólogo marroquí, Abdeluafi Laftit, durante la cuarta edición de la Alianza Internacional para la Seguridad, que incluye a España y Marruecos, además de otros países como Italia, Francia y Baréin.
La otra cara de la moneda es el deterioro de la relación con Argelia, que el día 19 llamó a consultas a su embajador en Madrid. Sánchez cree que el estado de las relaciones con este país es “razonable” y que la revisión de los precios del gas, actualmente en negociación, es un asunto que atañe a compañías privadas. La cooperación en materia de seguridad e inmigración, asegura, sigue igual.
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