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Sánchez busca sellar en Rabat un pacto contra la inmigración irregular

Mohamed VI ofrece al presidente español más gestos de amistad que compromisos

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y, a su derecha, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, acompañados por el embajador de España en Marruecos, Ricardo Díez-Hochleitner, se reúnen con el rey Mohamed VI de Marruecos (en el centro), en el Palacio Real de Rabat.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y, a su derecha, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, acompañados por el embajador de España en Marruecos, Ricardo Díez-Hochleitner, se reúnen con el rey Mohamed VI de Marruecos (en el centro), en el Palacio Real de Rabat.MARISCAL (EFE)

El presidente Pedro Sánchez ha viajado este jueves a Rabat con el objetivo de sellar un acuerdo que garantice la cooperación de Marruecos en el control de los flujos migratorios, destierre las acciones unilaterales en las relaciones entre los dos países y garantice el respeto a la integridad territorial de ambos, lo que incluye a Ceuta y Melilla. Estas eran las tres contrapartidas que Sánchez incluyó en su carta a Mohamed VI del pasado 14 de marzo, difundida parcialmente por Rabat cuatro días después, a cambio de reconocer que el plan de autonomía marroquí es la base “más seria, realista y creíble” para resolver el conflicto del Sáhara, que se prolonga desde hace ya 47 años. Sin embargo, Marruecos aún no ha asumido estos compromisos por escrito y no está previsto que haya un comunicado conjunto con motivo de la visita, según fuentes de La Moncloa.

Sánchez ha sido recibido por su homólogo marroquí, Aziz Ajanuch, y el ministro de Exteriores, Naser Burita. La Casa Real alauí ha tomado en su mano la organización de la visita de Sánchez, que ha aterrizado a las 16.15 en Rabat (18.15 hora peninsular española), la segunda que realiza como presidente a Marruecos, con el objetivo de asegurar la cooperación del país vecino en la lucha contra las mafias que trafican con inmigrantes. El jefe del Gobierno español ha sido recibido en audiencia por Mohamed VI y que, a continuación, será el invitado de honor del iftar, la cena con la que se pone fin al ayuno diario durante el mes sagrado musulmán del Ramadán.

Fuentes españolas y marroquíes han destacado que la invitación del monarca alauí es un “fuerte gesto de amistad”, ya que estas celebraciones se reservan para el círculo íntimo y familiar. Tanto el rey Juan Carlos I en 2013 como su hijo Felipe VI en 2014 fueron invitados de honor de Mohamed VI a una cena de ruptura del ayuno.

El monarca alauí quiere agradecer a Sánchez su giro en la posición española sobre el Sáhara, que ha dejado al PSOE solo en el Congreso y le ha costado la apertura de una crisis diplomática con Argelia. Este país llamó a consultas a su embajador en Madrid, Said Musi, como forma de protesta, tan solo 24 horas después de conocerse el contenido de la misiva.

Sánchez viajará acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien canceló a última hora el pasado jueves su visita a Rabat, después de que Mohamed VI llamara al presidente del Gobierno para invitarle a que fuera él personalmente quien acudiera a Marruecos para sellar la normalización de relaciones tras 10 meses de crisis diplomática.

Albares acudirá a la audiencia de Mohamed VI a Sánchez, igual que su homólogo marroquí Naser Burita. No está claro, sin embargo, que los dos ministros de Exteriores, que se encontrarán personalmente por primera vez desde que en julio pasado el español tomó posesión del cargo, vayan a mantener una reunión de trabajo para concretar la hoja de ruta que debe guiar la nueva etapa en las relaciones bilaterales. Tampoco está prevista una cita de Sánchez con el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch

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Aunque el presidente español pernoctará en Rabat, no se ha programado ningún acto para la mañana del viernes. Se ha descartado que vaya a presidir un foro con una treintena de empresarios españoles y marroquíes, que estaba programado para la semana pasada y se pospuso al suspenderse la visita de Albares. Varios de los empresarios que se encontraban ya en Rabat almorzaron este miércoles en la residencia del embajador español. Y otros, que estaban en Casablanca camino de la capital marroquí, emprendieron el regreso a España. Tampoco se celebrará la recepción en la residencia del embajador con más de un millar de invitados que se tuvo que cancelar la semana pasada. La Moncloa planea este viernes un desplazamiento de Sánchez a Barcelona para visitar el centro de acogida a los refugiados ucranios antes de regresar a Madrid.

La visita a Marruecos podría tener así mucho más contenido simbólico, con la fotografía del monarca marroquí y el presidente español, que práctico. Lo que sí se da por seguro es que Mohamed VI y Sánchez darán instrucciones a sus ministros para que se pongan a trabajar en los numerosos temas pendientes.

El más urgente es el control de la inmigración, pero también está sobre la mesa la apertura de los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla, que se da por sentado que se hará de forma progresiva; la preparación de la Operación Paso del Estrecho, que se reanudará este verano tras dos años de suspensión o la construcción de la nueva sede del Colegio Español de Rabat.

Primeros pasos de la normalización

Los primeros pasos en la normalización de relaciones han sido la reactivación de los vuelos de repatriación de inmigrantes irregulares —que deberían ampliarse a Casablanca y Agadir, tras haberse limitado durante la pandemia a El Aaiún— y el restablecimiento de las conexiones marítimas. De la visita de Sánchez debería salir una fecha para la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre los dos gobiernos que Marruecos anuló unilateralmente 10 días antes de que se celebrara en diciembre de 2020 y está pendiente desde entonces.

Ese fue el verdadero arranque de la crisis bilateral, que coincidió con el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara por parte del presidente saliente de EE UU Donald Trump. Se agravó en abril de 2021 cuando España acogió en un hospital de Logroño al secretario general del Frente Polisario, Brahim Gali, para ser tratado de covid-19. Un mes después, Marruecos instigó la entrada de 10.000 emigrantes irregulares en Ceuta, en plena pandemia, lo que obligó a movilizar al Ejército para sellar la frontera.

Sánchez ya viajó a Marruecos en noviembre de 2018, para pedir a Mohamed VI que reforzara la lucha contra la inmigración irregular. Tres meses después, el 13 de febrero, el rey Felipe VI instó al monarca alauí a ir “más allá” en el control de la emigración. Y Marruecos redujo a la mitad la llegada de pateras en 2019. Ahora el Gobierno español espera que haga lo mismo.


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