Juan Marín, ante las primarias de Ciudadanos en Andalucía: “No me veo en el PP”
Fran Carrillo: “No quiero que el partido sea el cortijo particular de nadie”; Carmen Almagro: “Lo primero que tenemos que conocer es nuestro propio tamaño”. Tres de los nueve aspirantes que hasta ahora han confirmado su candidatura a las primarias andaluzas de Cs para presidir la Junta responden a un cuestionario de EL PAÍS sobre sus propuestas para relanzar a la formación
Pasado el revuelo inicial de la convocatoria de unas primarias exprés en mitad de un puente y con tan solo tres días para hacer campaña electoral, el vicepresidente de la Junta y portavoz territorial de Ciudadanos, Juan Marín; el diputado por autonómico por Córdoba, Fran Carrillo, y la representante de la corriente Renovadores, Carmen Almagro, son tres de los 10 aspirantes, según han informado a este diario fuentes de la dirección, que han confirmado públicamente hasta ahora su candidatura antes del cierre del proceso para que los afiliados formalicen su intención de concurrir al proceso de selección interna. A falta de que el comité de garantías valide oficialmente las candidaturas, las mismas fuentes han asegurado que Carrillo al no estar al corriente del pago de 4.000 euros no podía presentarse a las primarias. Consultado por este diario, el diputado ha manifestado su intención de “denunciar al partido por chantaje”. Los tres aspirantes más reconocidos hasta el cierre de la participación (anoche a las 21 horas) han aceptado responder un cuestionario de EL PAÍS para presentar sus propuestas para relanzar una formación que se juega buena parte de su futuro nacional en los comicios andaluces del próximo año.
Juan Marín: “Ciudadanos no es ningún partido bisagra, es partido de gobierno”
Desde que Juan Marín (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 59 años) se hizo con las riendas de Ciudadanos en Andalucía en 2015 ha tenido que cargar con la vitola de político gris con falta de brío. Y, sin embargo, ha pasado de liderar un partido que en 2015 estaba cogido con alfileres pero que con ocho diputados fue la muleta que permitió al PSOE mantenerse en la Junta, a, tres años más tarde, darle la puntilla colocándose como vicepresidente de un Ejecutivo de coalición con el PP. Aunque él prefiere apelar a su faceta como entrenador de voleibol para explicar su brega en la política, habría que buscar en su pasado como joyero y relojero —el negocio familiar— su habilidad para engarzar acuerdos y sostener una formación sin apenas estructura para asumir tareas de gobierno. Esa misma pericia la ha utilizado para su propio encaje en la cúpula de su partido; ha logrado oscilar la balanza desde la desconfianza inicial a un respaldo evidente por parte de la dirección que ejerce Inés Arrimadas.
Marín quiso ejercer de contrapeso al dominio del PP en el seno del ejecutivo andaluz acaparando consejerías —ha sumado a la vicepresidencia las carteras de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local—. Una acumulación de cargos que finalmente ha tenido más de peso administrativo que poder efectivo. En este tiempo, aunque se ha afanado por encapsular al Gobierno de coalición de las batallas entre PP y Cs, no ha podido evitar que la sensación de desmoronamiento generalizado se contagie a su propia gestión. Las luchas internas tampoco han ayudado. Cs es el partido que peor ha sabido rentabilizar el cambio en Andalucía, propiciado también por PP y Vox, hasta el punto de que su liderazgo también ha sido cuestionado entre los suyos. Su excesiva locuacidad en ocasiones también le ha pasado factura. Marín, con todo, se resiste a dar por perdida la batalla y con la tranquilidad que lo caracteriza, está dispuesto a demostrar que puede reactivar al partido y que su figura no está tan erosionada como parece. En su caso y hasta ahora, las apariencias sí han engañado.
Pregunta. ¿Por qué se presenta a estas primarias y por qué cree que debería ganarlas?
Respuesta. Porque durante muchos años y desde 2015 en que he tenido la suerte de contar con la confianza de los afiliados de Ciudadanos en Andalucía, hemos hecho una magnífica labor. Entrando en el Parlamento andaluz con nueve diputados hasta conseguir condicionar las políticas del PSOE durante tres años y medio, con una reforma importante que llevábamos en nuestro compromiso electoral. Y después, además, hemos sido capaces de cambiar un gobierno 37 años después para llevar a cabo el gobierno de coalición de PP y Cs en Andalucía, que tan buen resultado está dando al conjunto de los andaluces. Creo que hemos hecho las reformas que teníamos que hacer en materia fiscal, en materia administrativa y, sobre todo, hemos garantizado el estado de bienestar, hemos sido capaces de transformar social y económicamente Andalucía y todo eso merece ahora poder culminar durante cuatro años más ese trabajo que se ha hecho para que Andalucía se convierta en un motor económico de España. Ahí he tenido una labor muy importante y sobre todo he tenido que formar unos equipos que hoy, sin lugar a duda, son y forman parte de lo mejor del Gobierno de la Junta de Andalucía de los últimos 40 años.
P. ¿Qué puede aportar Ciudadanos al futuro de esta región, más allá de ejercer como un partido bisagra?
R. Ciudadanos no es ningún partido bisagra, es partido de gobierno en coalición con el PP, una coalición de 47 diputados, 26 del PP y 21 de Cs. Estamos aportando la reforma necesaria para que Andalucía deje de estar a la cola en materia de crecimiento económico, a la cola en materia de autónomos, de empresa, de emprendedores, a la cola en la tasa de fracaso escolar y convertirnos realmente en lo que Andalucía necesitaba y merecía, que era generar oportunidades y ser capaces de liderar como estamos liderando en este momento el crecimiento económico y el empleo en nuestro país. Eso es lo que ha hecho Ciudadanos desde que tuvimos la responsabilidad de gobernar y lo hemos hecho en tres años. Una transformación social y económica basada en el diálogo, en el consenso, pero sobre todo en la reforma que anunciamos, que nos comprometimos y que hemos cumplido al 100 %.
P. ¿Fue un error y un acierto apoyar a un gobierno del PP en Andalucía?
R. Cs no apoyó ningún gobierno, tiene un gobierno en coalición en Andalucía con el PP al 50%. Por lo tanto, yo creo que es un acierto que hoy el PP y Cs en Andalucía estemos gobernando y que Andalucía se haya convertido, como he dicho en el líder de empleo, de crecimiento, de autónomos, de empresa, de turismo, en materia de justicia, de igualdad de políticas sociales, de educación, de sanidad.
P. ¿Apoyaría a un gobierno presidido por Juan Espadas?
R. Es que Juan Espadas no preside nada. El alcalde de Sevilla es sencillamente un acólito del señor Pedro Sánchez. Sánchez lleva a cabo una política de maltrato permanente a Andalucía con un señor Espadas sumiso, callado ante ese maltrato diario que padecen los andaluces, porque el señor Sánchez, la señora Montero, no paran de intentar bloquear, boicotear, paralizar el crecimiento económico de los andaluces. Sin lugar a duda es imposible llegar a acuerdo.
P. ¿Qué pasará con Ciudadanos si acaba siendo una fuerza irrelevante en Andalucía?
R. Ciudadanos gobierna Andalucía, por lo tanto, todo aquel que se atreva a decir algo así es que evidentemente no conoce la realidad. Algunos hablan de sondeo, yo hablo de actualidad, de realidades y hay Cs. Gobierna Andalucía al 50 % con el PP
P. ¿Se ve usted en el PP?
R. No.
Fran Carrillo: “No quiero que el partido sea el cortijo particular de nadie”
Fran Carrillo (Córdoba, 40 años) es, después de Juan Marín, el candidato a las primarias de Ciudadanos con mayor proyección pública. Licenciado en Historia y Periodismo, ya gozaba de exposición mediática antes de ser elegido diputado por Córdoba en el Parlamento andaluz en esta legislatura. A través de su empresa La Fábrica de Discursos, ofrecía asesoramiento en campañas electorales y gestión comunicativa a empresas y particulares. El anterior líder de Ciudadanos, Albert Rivera, decía de él que era uno de “los mejores asesores de comunicación de España” y su manual para triunfar en la política y los negocios Tus gestos te delatan era uno de los libros de cabecera del expresidente de la formación. Carrillo ha dado muestras de su capacidad dialéctica tanto desde la tribuna de la Cámara regional —donde se ha empleado con especial dureza contra las formaciones de izquierdas— como desde Twitter, donde no ha rehuido la polémica, como demostró tras su polémico tuit “la mayoría de jerarcas nazis eran homosexuales”, tras los ataques de varios miembros de Cs en la manifestación del Orgullo LGTBI en 2019. En este tiempo se ha implicado personalmente en incorporar la Oratoria como asignatura en la escuela.
Carrillo no ha escondido estos meses su malestar por la deriva de su partido tras la dimisión de Rivera, a quien acompañó desde 2013 formando parte de la plataforma civil Movimiento Ciudadanos. El cordobés ha pasado de estar en primera línea de batalla del partido a ser apartado progresivamente de todos sus cargos relevantes: primero como senador autonómico, donde fue sustituido por Fran Hervías, ahora en las filas del PP, y este verano como portavoz adjunto en el Parlamento andaluz. Desde entonces sus críticas a la dirección regional y nacional han sido cada vez más aceradas, y ha llegado a pedir dimisiones tras la debacle en las catalanas. La cuenta de Twitter Moncloa.Cs asegura que a Carrillo lo respalda buena parte de las bases. En estas primarias se constatará si es así.
Pregunta. ¿Por qué se presenta a estas primarias y por qué cree que debería ganarlas?
Respuesta. Me presento porque me gustaría liderar y unir a los liberales rebeldes e inconformistas que desean seguir defendiendo esas ideas aquí. Me presento porque quiero regenerar lo que se ha degenerado: la transparencia, la confianza y la escucha. Porque quiero que Ciudadanos siga siendo un partido de sus bases, no algo servil ni sumiso a otras siglas e intereses. Quiero que sea el partido de los afiliados, no el cortijo particular de nadie. Donde todos valgamos lo mismo, con independencia de filias y cercanías. Y que sea un partido abierto que defienda el liberalismo de verdad, hacia fuera y desde dentro, respetando y tolerando críticas y discrepancias. Quiero que tengan voz los que hasta ahora no la han tenido. Regenerar es también cambiar a quienes han sumido al partido en la insignificancia. Si queremos tener una oportunidad, hay que recuperar el discurso que nos hizo diferentes y votables.
P. ¿Qué puede aportar Ciudadanos al futuro de esta región, más allá de ejercer como partido bisagra?
R. Lo que está ya aportando. Buena gestión, defensa y protección de las libertades civiles y garantía de bajos impuestos y buenos servicios públicos. No quiero ser un partido bisagra, porque eso no es nada y, por tanto, te condena a la nada. Quiero gobernar para demostrar que con políticas liberales, la sociedad del bienestar avanza, se modernizan las instituciones y el ciudadano está menos encadenado al gobierno o partido de turno.
P. ¿Fue un error o un acierto apoyar el Gobierno del PP en Andalucía?
R. No apoyamos. Gobernamos. Que no se olvide. Y las mejoras principales puestas en marcha han venido de la mano de Ciudadanos. Y los andaluces espero y deseo que lo sepan valorar. Otra cosa es que hayamos rentabilizado ese buen hacer. Y ahí hace falta un cambio en las estructuras del partido. Se necesita un discurso diferente, más firme, convencido y desacomplejado si queremos volver a ilusionar. Deseo representar, con toda humildad, ese discurso del Ciudadanos de siempre.
P. ¿Apoyaría un Gobierno presidido por Juan Espadas?
R. Lo he dicho muchas veces. Con el PSOE de la corrupción que aún no ha pedido perdón ni devuelto lo robado a los andaluces, nada. Con el sanchismo autoritario que quiere desmontar la democracia española rodeándose de autócratas y dictadorzuelos nostálgicos, aún menos. Ahora, con un PSOE a la alemana, un PSOE socialdemócrata que defienda las libertades civiles, el libre mercado y la unidad nacional, y se aleje de nacionalismos y comunistas varios, con ese PSOE, ¿por qué no?
P. ¿Qué pasará con Ciudadanos si acaba siendo una fuerza irrelevante en Andalucía?
R. Que Andalucía no avanzará, no se transformará y no se modernizará para servir mejor a los andaluces. Volveremos al caciquismo de partido, manejado por los extremismos en blanco y negro y a un peligroso turnismo descontrolado.
P. ¿Se ve usted en el PP?
R. Me veo en Ciudadanos y me veré siempre defendiendo las ideales liberales, que fueron, son y serán las que mejoran, transforman y hacen avanzar a las sociedades. La libertad siempre se abre camino. Y con ella, el progreso.
Carmen Almagro: “Tenemos que reconocer nuestro propio tamaño”
Crecer en el Polígono Sur de Sevilla, uno de los barrios más pobres de España, curte y Carmen Almagro (57 años) no lo oculta. El hecho de pasar su infancia y primera juventud rodeada de personas que siempre estaban reivindicando mejores condiciones sociales sembró en ella un interés por ayudar a los más vulnerables que permaneció latente, hasta que terminó de germinar en enero de 2015 cuando se afilió a Ciudadanos. La política siempre le había llamado la atención, pero su trabajo como técnica superior en desarrollo de proyectos en el campo de la ingeniería civil, un campo en el que acumula 30 años de experiencia, le impidió volcarse de lleno en esa pasión larvada En 2011, tras perder el empleo de manera temporal por la crisis económica, decidió sacarse la carrera de Ciencias Políticas, ese fue su primer paso, aunque en ámbito teórico. Tras las elecciones municipales de 2015 entró a formar parte del equipo municipal de Cs liderado por Javier Millán y conoció la parte práctica. La más gratificante para ella, ya que pudo, desde la cercanía que da el municipalismo, ayudar a todos aquellos con los que se había criado reclamando atención, dentro de la Junta del Distrito Sur.
Almagro, sin embargo, también ha vivido la parte más prosaica de la política, la de los codazos por el puesto y la lucha por el poder. En 2019 vio como la cúpula decidía sustituir a Millán, que se había bregado en consolidar el proyecto de Cs por los barrios de Sevilla, por Álvaro Pimentel al frente de la candidatura por la alcaldía de Sevilla. Ella regresó a la trinchera de la militancia de base y, en cierto modo, se mantuvo a contracorriente del aparato. Formó parte del equipo que apoyó a Francisco Igea en las primarias por la presidencia del partido, en las que se impuso Inés Arrimadas. Tras la debacle de las elecciones catalanas se acercó a la facción crítica encabezada por Renovadores y ha dado el paso para representarlos en los comicios internos. Es la menos conocida de los aspirantes que han confirmado sus candidaturas —reconoce que a Juan Marín lo ha visto en actos en los que han coincidido, pero que no se conocen personalmente—, pero afirma que tiene la ilusión intacta de quien aún cree que se pude cambiar la forma de hacer política y comparte la rabia y el desencanto de los militantes de Cs por la errática deriva de su partido.
Pregunta. ¿Por qué se presenta a estas primarias y por qué cree que debería ganarlas?
Respuesta. Lo que me ha llevado a dar este paso es el calor de los afiliados de base, los que me dicen que están hartos de las malas decisiones del partido, que creen que están para algo más que inflar globos. Me he visto arropada por esta gente y por el equipo de Renovadores, ¿Por qué un afiliado de base no puede tener las mismas oportunidades que el resto? Por eso creo que debería ganarlas, porque me considero una afiliada y quiero recuperar a los afiliados que son el motor del partido
P. ¿Qué puede aportar Ciudadanos al futuro de esta región, más allá de ejercer como partido bisagra?
R. Ciudadanos lo primero que tiene que hacer es reconocer su tamaño, su situación en el ámbito político y tener sus propias ideas y sus propias propuestas. Con propuestas propias que puedan aceptar los otros partidos, no es malo ser bisagra porque Cs se convertiría en una llave de gobernabilidad, que daría una estabilidad y daría moderación, y ese sería un beneficio sobre cualquier tipo de gobierno, tanto si se está dentro, como en el caso de Andalucía o fuera, ejerciendo cierta presión para la gobernabilidad.
P. ¿Fue un error o un acierto apoyar el Gobierno del PP en Andalucía?
R. Dicho ahora, considero que es ha sido un acierto porque se percibe en la sociedad andaluza que ha habido una mejora en muchos aspectos, después de tantos años de socialismo, no por el socialismo en sí, sino por todo lo relacionado con la corrupción. Pero que se percibe que tiene que mejorar, evidentemente.
P. ¿Apoyaría un gobierno de Juan Espadas?
R. Sobre Espadas habría mucho que decir. Nuestra candidatura no apoyaría al PSOE, no por el PSOE sino por el socialismo que hoy se está manejando. Si las urnas dijeran que el PSOE tiene que gobernar esta región, pero necesita apoyos, nosotros nos sentaríamos a hablar sobre cuáles de nuestras propuestas serían capaces de asumir. No vamos a impedir nunca la gobernabilidad, pero no participaremos en un gobierno tal y como ahora se presenta el socialismo en el país.
P. ¿Qué pasará con Ciudadanos si acaba siendo una fuerza irrelevante en Andalucía?
R. Desde Renovadores pensamos seguir luchando por Cs. Otra cosa es lo que venga desde arriba. Si tenemos un gran batacazo electoral, Inés Arrimadas debería replantearse seriamente su liderazgo.
P. ¿Se ve usted en el PP?
R. Si quisiera ser del PP, hace 30 años que lo sería. Yo lo que defiendo es a la gente como yo, que tiene una vida laboral de más de 30 años a sus espaldas, que ha trabajado o que ha estudiado, que se ha esforzado, que está ahí por una opción política, porque piensa que eso es lo que va con sus ideas. Pero no cojo esto por un sillón, por dinero. Que no me esperen en el PP. Yo dejaré la política y me iré a mi casa tranquilamente.
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