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El Congreso indaga si la trama Kitchen alcanzó a Rajoy y la cúpula del PP

La comisión de investigación termina sus trabajos con la percepción mayoritaria de que la operación superó la responsabilidad del entonces ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz

Javier Casqueiro
Comision investigacion Kitchen
La exdirigente del PP, Dolores de Cospedal, camino de declarar ante la Audiencia Nacional, en junio.Andrea Comas

La comisión Kitchen del Congreso sobre el uso irregular de recursos del Ministerio del Interior en los gobiernos del PP para tapar escándalos del partido entra en su etapa final con las comparecencias más políticas del expresidente, Mariano Rajoy, el próximo lunes, y este jueves de Dolores de Cospedal, su número dos en Génova. La mayoría de los partidos representados en la comisión de parlamento intentarán aclarar con estos dos relevantes comparecientes si el montaje de la Operación Kitchen para espiar al extesorero del PP Luis Bárcenas trascendió a los altos cargos más importantes en Interior, desde el exministro Jorge Fernández Díaz, el exsecretario de Estado Francisco Martínez o el exdirector de la Policía Ignacio Cosidó. y si alcanzó a la cúpula del Gobierno y del PP.

“Le han dejado solo, señor Fernández”. David Serrada, uno de los portavoces del PSOE en la comisión, concluyó así uno de sus interrogatorios la semana pasada al exministro Fernández, tras varias preguntas en las que intentó averiguar su responsabilidad y la de otros dirigentes populares en esa trama. El exministro del Interior con el Gobierno de Rajoy se mordió la lengua varias veces, para no señalar a nadie o para no mentir e incurrir en un delito tipificado en el Código Penal, siguiendo el consejo de su abogado, que estaba en la sala. Pero sí apuntilló para justificar sus silencios: “Estoy ejerciendo mi derecho a la defensa en el ámbito judicial y coherente con la investigación judicial. No acuso a nadie. Estoy defendiéndome”. Y eso es lo que hizo Jorge Fernández, mano derecha y amigo durante décadas de Rajoy.

Lo hizo durante casi tres horas, en las que pasó momentos malos, de tensión, más incómodo ante el acorralamiento que comprobó inesperado de portavoces de partidos teóricamente afines que de los políticos que preveía “más peligrosos” y que observó al final “más tibios”, según fuentes de su entorno. Hubo un pasaje, ante el acoso del portavoz de Cs, Edmundo Bal, en el que Fernández le reprochó su falta de preparación. Agradeció sin embargo el tono de la responsable de ERC en la sala, Pilar Valluguera y Balañà, que en realidad casi llegó a la desesperación ante las escasas aclaraciones del exministro.

En aquella sesión, el socialista Serrada llegó a plantear a Fernández la hipótesis de que quisiera asumir toda la responsabilidad “para salvaguardar a Rajoy” y le preguntó por la “capacidad de influencia” de Cospedal en algún policía con mando en el Ministerio. Fue entonces cuando el exministro repitió varias veces, utilizando asesorado el condicional, que si el entramado Kitchen se preparó se hizo sin su conocimiento o consentimiento. Esa es y será su estrategia de defensa en este caso. Y aún más, como añadió en su exposición, presumirá de que quizá desconocía ese entramado irregular porque sus promotores sabían que jamás lo avalaría.

Las preguntas de la mayoría de los portavoces (excepto los del PP y Vox) a Cospedal en el Congreso abundarán este jueves en las que le formuló el juez Manuel García Castellón en la Audiencia Nacional y en las que le quisieron plantear hace seis meses, cuando fue citada. Aquella comparecencia se anuló a última hora, con ella ya en las Cortes, porque el magistrado la imputó entonces, aunque luego archivó esa causa, una decisión que está recurrida.

La mayoría de los diputados no se han creído hasta ahora, tras 25 sesiones repartidas desde hace casi un año, que Fernández o sus colaboradores organizasen una red de ese calado sin autorización de sus inmediatos superiores. Lo máximo que precisó Fernández Díaz es que la Operación Kitchen no tenía sentido para beneficiar a su ministerio cuando lo que pretendía tapar era un escándalo del partido. La comisión emitirá sus conclusiones en unas semanas.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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