El responsable de acoger a los desalojados en Tarragona: “Tener un techo bajo el que dormir da dignidad”
Para Paco Túnez, coordinador del operativo de Cruz Roja en las inundaciones, todas las emergencias son parecidas
Paco Túnez lleva 31 de sus 57 años como voluntario de Cruz Roja. Habla bajito. Hace turnos de más de 20 horas cuando acaba su jornada laboral como funcionario y no parece cansado. Es coordinador del equipo de emergencias de Cruz Roja en Tarragona y ha dormido, la noche de este miércoles al jueves, bajo el mismo techo que 14 evacuados por la tromba de agua que cayó en Alcanar. Su “casa” ha sido un pabellón polideportivo habilitado. Pero lo importante es el techo, dice. Como en otras situaciones de emergencia, “un techo da dignidad y les hace sentir seguros”.
Pregunta. ¿Cómo se recibe a estas personas?
Respuesta. En todos los lugares es igual. Se les proporciona una camilla, una manta, un kit de higiene y la alimentación básica.
P. Habla de otros lugares. ¿Cómo cuáles?
R. Estuve en la epidemia de cólera en Haití y en los tsunamis de Filipinas. También tuvimos misiones en Somalia y Nicaragua, pero se frustraron por falta de seguridad. Hay diferencias obvias, pero en todos los lugares es muy parecido, se trata de atenderlos y de que el equipo psicosocial gestione sus emociones. Todas las pérdidas conllevan un duelo. Los de las inundaciones llegan con un pantalón corto, una camiseta, unas zapatillas y sin casa. Es un momento que hay que gestionar para que luego no tengan secuelas.
P. ¿Cómo se logra gestionar esos traumas?
R. Es mejor que exista una edificación que una tienda de campaña. Tener un techo bajo el que dormir da dignidad. Señalizamos los espacios, los baños, las duchas, los puntos de comida, para que se sientan mejor, para darles una acogida cálida porque el primer contacto es importante. Situamos a las familias juntas, marcamos horarios y hablamos del respeto a los otros. Puede cambiar de una cultura a otra, pero básicamente es lo mismo en todos lados.
P. Formó parte también del dispositivo tras los atentados de las Ramblas, en Barcelona, y la explosión de la casa de Alcanar que servía como centro de operaciones de los terroristas.
R. Sí. Ya había estado en sitios de riesgo, con disparos, pero aquí tenía que ocuparme además de mi equipo. También acompañé a quienes llegaban a Barcelona sin saber si sus familiares estaban vivos o muertos. Había que gestionarlo bien. No dar falsas esperanzar pero tampoco crear drama. Intentar romper el hielo con ellos sin levantar expectativas.
P. Su profesión es otra. ¿Qué le reporta el voluntariado en Cruz Roja?
R. El miércoles salí de trabajar, estuve todo el día con el dispositivo, y luego por la noche, que es el momento en el que suele haber más alteraciones y precisa más control. Pocos te lo agradecen, pero yo me voy pensando que he ayudado. No vamos a cambiar el mundo, pero si podemos hacer que ese trago sea menos traumático, me doy por satisfecho. He aplicado la formación que tengo para hacer esto. He ayudado y mañana puedo ser yo el que esté ahí.
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