La imputación de Cospedal enturbia la campaña de Casado contra los indultos
El ruido sobre la corrupción en el PP torpedea la estrategia de la nueva dirección de pasar página sobre su peor pasado y frena sus expectativas ante el PSOE
La imputación judicial de Dolores de Cospedal, secretaria general del PP durante 10 de los 14 años de mandato de Mariano Rajoy, enturbió el miércoles el inicio de la campaña de recogida de firmas del partido contra los indultos previstos por el Gobierno a los presos del procés y resucitó en la formación conservadora el fantasma de la corrupción. El equipo de Pablo Casado intentó aparentar normalidad: el líder no habló de la Operación Kitchen, eludió el asunto y los demás portavoces se limitaron a repetir el argumentario de la presunción de inocencia. PSOE y Podemos le recordaron a Casado que ganó su liderazgo en el Congreso del PP gracias a Cospedal.
La imputación de Cospedal por la Audiencia Nacional está relacionada con la operación de espionaje al extesorero popular Luis Bárcenas, que se urdió en el seno de la Policía Nacional en 2013 y que utilizó fondos reservados. El juez instructor considera que existen indicios suficientes de que la exdirigente política y su marido participaron en la trama, al igual que Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior, imputado el pasado año.
El PP había señalado el miércoles como el día para comenzar en los distintos territorios la campaña de recogida de firmas contra los indultos a 12 dirigentes separatistas catalanes —en change.org ya suman más de 10.000 adhesiones—. Pero, como admite el propio Casado en numerosas ocasiones, el calendario político, electoral y judicial en España no le concede apenas treguas.
La cúpula del PP pensaba que vivía, al fin, un momento dulce, casi en el tercer aniversario de su triunfo en las primarias que le encumbraron en el partido: la estela del éxito de Isabel Díaz Ayuso el 4-M en Madrid; el acercamiento e incluso el adelantamiento al PSOE en las encuestas; el cuestionamiento y los riesgos para Pedro Sánchez en muchas zonas de España y amplios sectores de la población con los posibles indultos y la crisis diplomática con Marruecos... La alegría duró esta vez en Génova 13 hasta la imputación en el caso Kitchen de Dolores de Cospedal y su esposo, Ignacio López del Hierro, nunca bien visto en la estructura del partido. El plan estalló. La corrupción volvió a primer plano.
Casado regateó durante una hora a los periodistas en una visita con Ayuso a Madrid Fusión, el congreso anual de gastronomía. Y los portavoces nacionales, tanto José Luis Martínez-Almeida como Pablo Montesinos, tiraron de argumentario para señalar que el PP sí es “un partido de Estado” y no como otros y, por tanto, “no cuestiona ni comenta las decisiones judiciales, sino que las respeta”. Fuentes próximas a Casado precisaron que continuarán con su estrategia de no decir nada relacionado con escándalos de corrupción del pasado (como se aprobó en una ejecutiva en febrero) y defendieron que esos casos, así como las apelaciones a la foto de Colón del PP con Vox, “ya no les importan nada a la gente, que está harta y quiere saber qué comer mañana y no soporta realmente lo de los indultos”. En el PP se apuesta a que Cospedal será desimputada.
El PSOE, sin embargo, se subió a la ola provocada por la decisión judicial respecto a la exdirigente popular para coger algo de oxígeno y apuntar contra Casado. “La corrupción es el presente del PP”, lanzó Adriana Lastra, la vicesecretaria general del PSOE. Lastra refrescó, como hizo Ione Belarra en Unidas Podemos, que Casado ganó el Congreso de las primarias del PP en julio de 2018 gracias al apoyo de Cospedal y sus partidarios, y exigió explicaciones al actual líder: “La corrupción no es una operación que ocurrió al o contra el PP; se organizó desde las estructuras del PP”.
El entorno de Casado replica: “No es verdad, Casado ganó a Cospedal en la primera vuelta de aquellas primarias y a Soraya Sáenz de Santamaría en la segunda. El apoyo de Cospedal para que le hubiese marcado tendría que haber sido en la primera vuelta. Luego Casado rompió con ella cuando salieron las conversaciones comprometidas con el comisario Villarejo, y no fue fácil. Casado es ahora un tiempo nuevo y lo que hay que hacer en este tipo de días es aguantar y elevarse un poco”.
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