Cesiones y concesiones interpretadas al alza
Los partidos que quieren poner su firma en las cuentas exaltarán lo mucho que han conseguido arrancar al Gobierno
A no mucho tardar se sabrá toda la verdad. No será difícil. Partida a partida se analizará el contenido de los Presupuestos Generales del Estado que se aprueben en el Congreso, vayan al Senado y tengan posible vuelta a la Cámara baja, si ha habido enmiendas en la Cámara alta, en la última semana del mes de diciembre. Hasta entonces, el cruce de enmiendas es sinónimo de negociación abierta. Mientras tanto, los partidos que quieren poner su firma en las cuentas para restañar los destrozos de la pandemia, exaltarán lo mucho que han conseguido arrancar al Gobierno, que es el término que suele utilizarse. Todos exageran sobre lo conseguido, y el Gobierno les deja.
Si se tomaran al pie de la letra las interpretaciones de lo logrado por algunos partidos podría decirse que a la parte socialista del Gobierno de la nación le han ganado la partida los independentistas con concesiones que rompen la caja única de la Seguridad Social, se expulsa al Ejército del País Vasco, se terminó la vigilancia de las cuentas de Cataluña, y el castellano dejará de impartirse en esa comunidad autónoma. Todas y cada una de las medidas que se han atribuido los grupos negociadores tienen otra cara que matiza sus proclamas cuando no desmienten totalmente su interpretación. ¿Tendrán los Presupuestos un contenido alejado de los parámetros en los que se puede mover un país de la Unión Europea? Si así fuera, Bruselas los parará. Si hay cláusulas secretas sobre materias soberanistas o independentistas también, se sabrá.
No hay duda de que Sánchez se ha abrazado al bloque de la investidura y permite que sus componentes prosigan en dar empellones a Ciudadanos para que se aleje de la negociación. Los de Arrimadas no lo harán. Aún quedan vivas unas decenas de enmiendas que el PSOE no ha rechazado todavía. Ayudas a fondo perdido para autónomos y pequeñas y medianas empresas y permiso retribuido a los padres cuyos hijos estén aquejados de covid en cuarentena al haberse dado contagios en sus centros escolares. Hasta el final continuarán. En manos de Sánchez está, en el último momento, darles una parte del pastel o dejarlos a la intemperie.
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