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Trini, la guardia civil que pasó de espiar al narco a ser sospechosa de lavarle el dinero

Una agente de Algeciras y su pareja, gerente de un taller, están investigadas por el blanqueo de 2,2 millones de euros procedentes de la mafia de los Castaña

Jesús A. Cañas
Agentes de la Guardia Civil durante el operativo desplegado en el Campo de Gibraltar la semana pasada en el que se detuvo a narcos relacionados con el clan de los 'Castaña'.
Agentes de la Guardia Civil durante el operativo desplegado en el Campo de Gibraltar la semana pasada en el que se detuvo a narcos relacionados con el clan de los 'Castaña'.A.Carrasco Ragel (EFE)

La guardia civil Trini está preocupada, lo está pasando “muy mal”. Así se lo asegura por teléfono a un antiguo jefe con el que acaba de confirmar que está siendo investigada. La agente que se encarga de escuchar los pinchazos de las conversaciones entre los narcos del Campo de Gibraltar ya tiene la certeza de que ahora es ella la que está bajo la sospecha de sus propios compañeros por su supuesta implicación con los traficantes de la zona. Pero con su angustia ha cometido el error de reconocer en un teléfono intervenido  que a finales de 2014 se reunió con Antonio Tejón, El Castaña, uno de los poderosos reyes del hachís, que poco después le dio trabajo durante meses a la pareja y, de paso, ha contribuido, presuntamente, en el blanqueo de los beneficios del hachís.

La conversación forma parte de las páginas de la investigación bautizada como Gums por la que Trinidad S. P. ha acabado detenida junto a su pareja sentimental y dueña de un taller de vehículos, María Teresa A. A., por organizar una trama que supuestamente blanqueó 2,2 millones de euros durante cuatro años para El Castaña. La agente, dedicada hasta ahora a diseccionar las escuchas telefónicas en las investigaciones por narcotráfico del EDOA (Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas) de la Guardia Civil de Algeciras, está en prisión desde el pasado sábado. El Juzgado de Instrucción número 4 de esta ciudad le impuso a ella y a Tejón una fianza de 12.000 euros. Ambos están siendo investigados por blanqueo, cohecho y organización criminal. En el caso de la guardia civil, también por revelación de secretos. Trinidad S. P. es la tercera agente del EDOA de Algeciras investigada por colaborar con el narco, como ya le ocurrió al capitán de esta misma unidad, Joaquín Franco, y al cabo Miguel Ángel F.

Las sospechas sobre la agente y su pareja comienzan con una reunión celebrada a finales de 2014 a la que asistieron ambas, un cuñado de la guardia civil que dice ser gestor de sus sociedades, el cabo Miguel Ángel F. y Antonio Tejón, según explica el auto de prisión eludible con fianza, al que ha tenido acceso EL PAÍS. Miguel Ángel F. —que ya fue detenido por su supuesta vinculación al clan de Los Futbolistas— se marchaba de excedencia de su puesto en la EDOA y, preocupado porque “ya no iba a manejar información privilegiada”, puso en contacto a su compañera con el menor de los hermanos Castaña. Aquella reunión, corroborada por la propia agente en las escuchas a su teléfono, fue el inicio de un pingüe negocio para Trini y Mayte, nombres con los que el escrito judicial se refiere a la pareja después de dar sus nombres completos, que se extendió hasta la detención de Tejón en junio de 2018, según las investigaciones.

El taller de las dos mujeres —puesto a nombre de Mayte A. A., ya que la guardia civil no podía figurar como titular de sociedades— pasó de “una profunda crisis” a iniciar un proceso de expansión que repercutió en el nivel de vida de sus responsables. Aportaron 4.500 euros en efectivo para comprar un Mercedes Clase A y se gastaron más de 3.000 euros en alojarse en hoteles de cuatro y cinco estrellas. En 2016, invirtieron 100.000 euros en comprar un nuevo local para su taller, reformarlo y dotarlo con la maquinaria necesaria, según estiman los investigadores de OCON Sur de la Guardia Civil, el mando operativo de la Guardia Civil para lucha contra el narco.

Millones de enriquecimiento

El nivel de vida de la pareja se acelera de tal modo que se estima que tanto ellas como su entorno movieron más de 11 millones de euros en los años investigados, “un aumento patrimonial totalmente desmedido en relación con la viabilidad económica de la empresa”, según apunta la investigación. De ellos, el auto cifra en 2.234.991 euros el montante de origen desconocido “y, por consiguiente, considerado ilícito”. El supuesto blanqueo de la pareja se basó en crear un entramado de diferentes cuentas bancarias en las que hacían ingresos de pequeñas cantidades en efectivo que luego traspasaban para, finalmente, hacer bonos mediante pagarés para dificultar el rastreo.

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La vinculación con Tejón no solo queda evidenciada en esa reunión que dio comienzo a esta supuesta colaboración de blanqueo. Desde marzo de 2015 y hasta octubre de ese año, Zaraida L., pareja de Antonio Tejón, figura como trabajadora del taller mecánico. Le pagan hasta 9.000 euros en cinco transferencias que los agentes creen que tenían como único objetivo que la mujer cotizase a la Seguridad Social, ya que no llegó a desempeñar actividad laboral alguna en la empresa, según la investigación. Para los agentes de OCON también resulta llamativo que, desde el supuesto acuerdo entre Tejón y la agente, el EDOA de Algeciras no llegase a culminar “ninguna operación de narcotráfico” contra El Castaña. De ahí que sospechen que, más allá del blanqueo, Trinidad S. P. aprovechaba su papel como encargada de las escuchas para pasar información a la banda de forma que no fuese interceptada en sus pases de hachís por el Estrecho.

El presunto negocio entre el narco y la pareja culmina en junio de 2018 de una forma tan súbita como comenzó. Con la detención de Antonio Tejón terminaron los ingresos en efectivo para las mujeres. El pasado viernes Trinidad S. P. acabó detenida, justo un día después de que ocurriese lo mismo con su supuesto socio, arrestado poco antes de salir de la prisión de Albolote (Granada) por un error judicial. El sábado, El Castaña quedó en libertad tras pagar la fianza de 12.000 euros. Mayte A. A. también volvió a la calle tras abonar los 8.000 euros que le solicitaban. La guardia civil todavía no ha podido reunir la cantidad que le reclaman para poder volver a pisar la calle.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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