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Tensión en el Gobierno entre el PSOE y Podemos por el pacto con EH Bildu

Iglesias sostiene que el acuerdo con la izquierda ‘abertzale’ incluye derogar toda la reforma laboral mientras que Ábalos y Lastra dicen que fue matizado. Calviño pidió una rectificación

El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, interviene durante el pleno del Congreso, este miércoles. En vídeo, declaraciones de Iglesias esta mañana en Catalunya Ràdio sobre la derogación de la reforma laboral.Vídeo: EFE | CATALUNYA RÀDIO

La “geometría variable” de la que La Moncloa hace gala para cerrar acuerdos, esta vez con EH Bildu, ha provocado el último choque en el Gobierno. El PSOE y Podemos discrepan de las condiciones acordadas con la izquierda abertzale para derogar la reforma laboral. Y no solo eso: las negociaciones de la quinta prórroga del estado de alarma dejó insatisfechos a socios de la investidura como ERC, Compromís y Nueva Canarias. Además, el pacto con la izquierda abertzale, que se cerró el martes pero no se hizo público hasta la finalización del pleno en el Congreso, causó la sorpresa general. No solo en Ciudadanos. También en el PNV a menos de dos meses de las elecciones vascas. Y en el mismo Gobierno. La vicepresidenta Nadia Calviño llegó a exigir una rectificación. En una reunión telemática con el Cercle d’Economia, la vicepresidenta tercera y ministra de Economía ha considerado que el Gobierno no debe contribuir a la “inseguridad jurídica” en el contexto actual. “Nos enfrentamos a la mayor recesión de nuestra historia. Con esta realidad sería absurdo y contraproducente abrir un debate sobre esta materia”, ha zanjado la vicepresidenta, que también ha destacado y agradecido “el compromiso de los empresarios” durante el estado de alarma. “Las empresas tienen que jugar un papel clave y cuentan con el apoyo del Gobierno. Por supuesto que pueden hacerse cambios en el ámbito laboral, pero las modificaciones se harán de forma dialogada con los agentes sociales”, ha dicho, informa Josep Catá.

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Confusion reigns in Spain over deal with Basque party to repeal labor reform

El pacto, firmado por PSOE y Unidas Podemos a cambio del apoyo de los ‘abertzales’ a la extensión del estado de alarma, ha abierto un frente inesperado en la coalición. El acuerdo se presentó después del pleno en el Congreso con un documento que contemplaba la derogación “íntegra” de la reforma laboral, aunque en la sesión la portavoz abertzale, Mertxe Aizpurua, ya adelantó la existencia del pacto. “Se ha adelantado un poco, ha dado por hecho nuestra abstención, me ha evitado tener que alargar este discurso y se lo agradezco. Esto es que entiendo que han aceptado el acuerdo para la derogación íntegra de la reforma laboral”, le dijo a Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno no contestó. Eran las dos y media de la tarde. Dos semanas antes, tras constatar las dificultades cada vez mayores para aprobar la continuidad del estado de alarma –el PP se abstuvo, ERC votó en contra y la prórroga quedó a expensas de Ciudadanos–, La Moncloa cambió de estrategia. A diferencia de anteriores ocasiones, los contactos con el resto de partidos no se dejaron para los días previos a la votación. Sánchez encargó a la vicepresidenta Carmen Calvo que realizara con tiempo una ronda con los principales partidos salvo Vox. Pero el enroque de Esquerra, en cuya abstención confiaba el Gobierno, disparó los nervios. Y le otorgó a EH Bildu un papel protagonista. El pacto fue iniciativa suya, según fuentes del PSOE y Podemos.

Casi a medianoche, más de tres horas después de que trascendiera el acuerdo con los abertzales, el PSOE difundió una rectificación que matizaba y diluía la reforma laboral. Este jueves, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, se ha desmarcado de los socialistas: “Lo firmado es lo acordado”. Iglesias ha asegurado en una entrevista en Catalunya Ràdio que en el acuerdo de gobierno que alcanzó con el PSOE “no se habla de derogación parcial, se habla de la derogación de la reforma laboral. Luego los partidos pueden decir lo que quieran”. Sobre el acuerdo con Bildu también ha sido tajante: "El acuerdo entre los tres partidos es derogar íntegramente la reforma”.

El PSOE, en cambio, se ha reafirmado en la matización del documento firmado con Bildu. José Luis Ábalos, ministro de Transportes y secretario de Organización de los socialistas, ha asegurado en Onda Cero que hasta donde él sabe, el acuerdo no está roto, sino que se ha incluido una aclaración sobre el primer punto del documento y que hace referencia a la derogación de los aspectos más lesivos de la ley lo antes posible. “Es una aclaración respecto de lo que tienen escrito, que firmaron los portavoces de los grupos parlamentarios y eso es digamos lo que cuenta”, ha sostenido Ábalos. El número tres del PSOE ha añadido que entiende que no hará falta la firma de un nuevo acuerdo, ya que únicamente se necesita que la aclaración la compartan los tres partidos y lo manifiesten.

EH Bildu, por su parte, mantiene que el PSOE no “ha rectificado”, sino que ha hecho “una matización terminológica” en el documento. “El acuerdo sigue vigente, no es papel mojado”, ha aseverado Aizpurua, en una entrevista en Las mañanas de RNE, en la que ha añadido que el acuerdo "tiene el espíritu de cambiar la reforma laboral”. Aizpurua ha restado importancia al intento de aclaración del PSOE: “Nos avisaron un poco antes de que iban a sacar esa nota aclaratoria, no le dimos mayor importancia. No nos metimos en su contenido. A nosotros lo que nos vale es el documento escrito”, ha observado en La Sexta.

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Los ministros consultados por EL PAÍS desconocían el acuerdo, que sí contaba con el visto bueno de Pedro Sánchez. Pablo Iglesias también estaba al corriente. Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE y portavoz parlamentaria firmó el documento en el que se plasmaba una alianza tan sensible con la aquiescencia de La Moncloa. También lo hicieron Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Parlamento y la portavoz de EH Bildu a cambio de la abstención abertzale en la prórroga del estado de alarma. Una posición que ya venían manteniendo y que al final no fue imprescindible para el éxito de la votación. Los flecos se terminaron de perfilar el martes por la tarde, aprovechando que ese día se reúne la Mesa del Congreso y la Junta de Portavoces. “La nota aclaratoria no es una rectificación, es una nota aclaratoria. Siempre hablamos de lo acordado en el pacto de la investidura, de lo más lesivo de la reforma laboral y de hacerlo de mano de los agentes sociales. Ese es el acuerdo y cuando vimos que se estaban dando interpretaciones diferentes salimos a aclararlo”, ha insistido Lastra en La Sexta. "Si la CEOE se ha sentido contrariada no era nuestra intención, nuestra intención era hablar de mejoras en los derechos laborales, no era nuestra intención generar enfado. El diálogo social es importante para nosotros, porque con diálogo social se avanza en los derechos”, ha abundado tras el enfado de la patronal.

Tal y como estaba acordado, EH Bildu esperó hasta la finalización del pleno en el Congreso para formalizar el acuerdo con el PSOE y Unidas Podemos. El temor en el Gobierno a no sacar adelante la prolongación del estado de alarma ―aprobado finalmente con 177 apoyos pero con más votos en contra que nunca (162) y 11 abstenciones, incluidos los cinco diputados independentistas vascos― llegó a cotas muy elevadas. El anuncio de EH Bildu a las 20.26 terminó desatando una tormenta política con los socialistas cuyas réplicas continúan este jueves.

Vértigo en el PSOE

El vértigo se fue apoderando del PSOE en las tres horas que siguieron. La vicepresidenta Nadia Calviño llegó a exigir una rectificación, según fuentes del Gobierno. En un nuevo giro los socialistas, en un mensaje a las 23.40, afirmaron que la reforma laboral no será íntegra como aparecía en el acuerdo suscrito con Podemos y EH Bildu. Las prisas llevaron a plasmar tal cual el pacto de Gobierno entre el PSOE y Podemos sobre la reforma laboral. Los socialistas incluyeron en su mensaje nocturno que se derogaría “la posibilidad de despido por absentismo causado por bajas por enfermedad”, una medida que el Gobierno ya había aprobado el 19 de febrero.

La decisión ahondó aún más la perplejidad en las filas socialistas. Diferentes barones socialistas se reconocen “perplejos” y “desorientados” por el cambio en sí. Por no hablar del malestar que en parte de ellos ha supuesto alcanzar un pacto sin previo aviso con los abertzales. Una cuestión muy sensible que ni se esbozó el lunes en el Consejo de Política Federal del partido que reunió a los barones socialistas por primera vez en dos años y medio. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha declarado este jueves “dolido y perplejo”, según fuentes de su entorno. “Estoy de acuerdo con el pacto con Ciudadanos porque va en la dirección que propugno: que para hacer frente a los problemas que tiene España haya acuerdos entre los partidos que creen en el futuro común de los españoles”, ha trasladado el presidente de Aragón, Javier Lambán, en toda una declaración de intenciones. Ximo Puig ha deslizado su disconformidad por que el acuerdo se hiciera sin tener en cuenta a los agentes sociales. “La nueva arquitectura laboral se debe hacer desde el acuerdo y en el marco del diálogo social”, ha expresado el presidente de la Comunidad Valenciana.

La conclusión generalizada entre los dirigentes socialistas y miembros del Gobierno consultados es que la negociación de la quinta prórroga del estado de alarma enfada a todos y no contenta a nadie. Y constata la debilidad en aumento del Ejecutivo. El 3 de junio aguarda otra votación en el Congreso con los apoyos cada vez más menguantes. “El PSOE cada vez que puede escoger, escoge la peor opción”, ha afirmado el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, en redes sociales. “Ayer no escogimos entre derecha e izquierda, escogimos salvar el estado de alarma, porque eso salva vidas. ¿Esto significa una ruptura con Esquerra?, entiendo que no. Lo que queremos entender es que es una situación coyuntural y a partir de hoy retomaremos el día a día en el Congreso. Queremos seguir contando con las fuerzas políticas de izquierdas para desarrollar un Gobierno progresista”, le ha respondido Lastra.

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