El PP presume de haber “pinchado” los pactos de Sánchez
Pablo Iglesias defiende que el Gobierno ha construido frente al coronavirus “un escudo social sin precedentes” en comparación a la crisis de 2008
El PP se ha tomado como una victoria la formación en el Congreso de una comisión especial sobre el coronavirus, en vez de la reedición de los Pactos de La Moncloa que pretendía el Gobierno. Su portavoz en el Senado, Javier Maroto, presumió este martes que fue su líder, Pablo Casado, el que “pinchó” esa idea en la conversación que mantuvo el lunes con el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez.
Maroto marcó así la pauta en su pregunta a la vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, del guion que siguieron luego los demás senadores del PP a distintos ministros a los que acusaron sucesivamente de mentir, engañar, ocultar y manipular datos y muertos en esta crisis, aunque no precisaron con qué finalidad. El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, defendió ante una cuestión de un senador de Compromís que el Gobierno había podido cometer fallos pero también que ha construido “un escudo social sin precedentes en la historia del país”.
El portavoz del PP formuló a Calviño una cuestión sobre si tenía pensado aceptar o estudiar alguna de las medidas y propuestas que ha registrado su partido en estas semanas de confinamiento por la covil-19. Pero su trasfondo era otro. Calviño intentó soslayar la trifulca en primera instancia respondiendo que sí, que el Gobierno escucha y tiene en cuenta lo que le propone en su diálogo con todos los partidos y agentes sociales. Maroto la acusó rápidamente de no haber siquiera leído sus planteamientos y le espetó que el PP está, “como los españoles, harto de ustedes, porque han llegado tarde, han gestionado mal, han mentido y han actuado con soberbia”. El portavoz del PP había preguntado a Calviño, teóricamente, pero en su intervención aprovechó la presencia en el hemiciclo del titular de Interior, Fernando Grande Marlaska, para increparle “por preferir ponernos un bozal en la boca que una mascarilla” o por poner “más esfuerzo en perseguir nuestras preguntas que a la pandemia”. Fue ahí cuando Maroto apuntó a Casado el tanto de haber pinchado la formación de otros Pactos de La Moncloa, como quería Sánchez, por otros radicados en una comisión del Congreso.
Durante la sesión de control, un senador de Compromís, Carles Mulet, se interesó ante el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, sobre cómo pensaba el Gobierno “blindar” los derechos y necesidades sociales tras esta crisis. El líder de Unidas Podemos ensalzó las grandes diferencias que entiende hay entre la respuesta del actual Ejecutivo y la que se practicaron en 2008. Iglesias destacó medidas aprobadas como la prohibición de los despidos, los desahucios y los cortes de suministros básicos, los cuatro millones de ERTES aceptados, las moratorias para el pago de los alquileres o las hipotecas, las ayudas a las pequeñas y medianas empresas o el impulso del ingreso vital mínimo. “Quedan cosas por hacer, las críticas son bien recibidas, pero también es justo decir que el escudo social no tiene precedentes en la historia del país”, sentenció.
La dureza anticipada en la primera intervención de Javier Maroto fue replicada más tarde por otros senadores del PP contra los ministros Marlaska, Carolina Darias, María Jesús Montero y, sobre todo, contra el titular de Sanidad, Salvador Illa. Carlos Floriano le reprochó a Marlaska que asegurara que no se arrepentía de nada, luego le exigió más test y menos mentiras. El ministro del Interior aceptó en su respuesta que al Gobierno le podría venir bien “más autocrítica, evaluación y rendición de cuentas, pero no arrepentimiento, porque significa culpabilidad”. El tono de ese duelo lo replicó a continuación otro senador del PP, David Erguido, que se centró en la polémica generada por unas palabras de el general de la Guardia Civil sobre su seguimiento a los bulos en las redes para minimizar las críticas al Gobierno y acabó señalando al respecto: “No busquen más fake news, que la fábrica está en La Moncloa”. El ministro del Interior negó cualquier uso torticero o partidista en ese sentido de la Policía Nacional o la Guardia Civil e intentó explicar que esa operación en las redes en busca de bulos es para “luchar contra las ciberestafas, los delitos de odio contra el personal sanitario, para evitar informaciones falsas con móvil lucrativo o para generar alarma social y para proteger a los ciudadanos y al conjunto de las instituciones del Estado”. No convenció al senador del PP ni cuando acabó glosando que no se debía jugar con el lema histórico de la Guardia Civil: “Honor, defensa de la legalidad y de las libertades”.
La ministra de Política Territorial, Carolina Darias, que tuvo coronavirus, y Salvador Illa, intentaron en vano pedir a sus interlocutores otro tono y que se preocuparan más por evidenciar una unidad de acción con el Gobierno, acuerdos e información veraz que en buscar discrepancias. No lo consiguieron.
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