La historia detrás del partido de fútbol Euskadi-Palestina que se juega este mes en Bilbao
Se prevé que 50.000 asistan a un partido de fútbol histórico el 15 de noviembre entre Euskadi y Palestina en Bilbao

Una tarde de 2019 Yaser Hamed, de apellido palestino pero vecino de Leioa (Bizkaia), recibió un mensaje personal en Facebook. Estaba escrito en árabe y con ayuda del traductor de Google consiguió averiguar que se trataba de una convocatoria para ir a Ramala, en Cisjordania. “Lo primero que hice fue buscar si el tipo que me estaba escribiendo era de verdad el seleccionador y después conseguí enterarme de que me estaban convocando para jugar con la selección. Hamed tenía 22 años y jugaba en el Portugalete, en Tercera División.
Su padre llegó a España en los setenta para estudiar Medicina. Acabó la carrera y se instaló en el País Vasco, donde conoció a su mujer y se instaló en Leioa para formar una familia vasca con cinco hijos. “Nunca volvió a Gaza. No nos inculcó la lucha del pueblo palestino ni nada parecido”. Yaser no creció entre manifestaciones ni militancias, pero su papel en la selección palestina le ha convertido en un ídolo y un embajador conocido en todo el mundo árabe. “El verano pasado estaba de vacaciones en Mallorca con mi novia. Nos encontramos un ramo de flores enorme en la habitación del hotel. Me lo había dejado la cocinera, marroquí, que al enterarse de quién era yo quiso agradecerme lo que estaba haciendo por Palestina. Es flipante”, narra Hamed desde Doha, donde juega en Al-Gharafa, el equipo del exmadridista Joselu.
Desde su primer viaje a Ramala en 2019 Hamed no ha parado de tomar conciencia de la relevancia del fútbol para los palestinos. La selección juega ahora en Qatar como local y es uno de los principales recursos diplomáticos de Palestina. En su debut marcó un gol histórico contra Yemen y en pleno conflicto con Israel en 2023 consiguieron pasar de ronda en la Copa de Asia por primera vez.
El primer viaje a Ramala en 2019 fue un curso acelerado sobre la situación sufrida por sus compatriotas. El paso fronterizo en el aeropuerto israelí le supuso un bautizo de violencia y malos tratos que le dejó marcado. Hoy naturaliza la tensión de Palestina con Israel, al que se refiere como “el otro país”, convencido de que cualquier mensaje político le llevará problemas para seguir cumpliendo con su papel de jugador de la selección palestina.
Yaser tuvo hace unos años una idea que de paso cumpliría sus máximas aspiraciones deportivas. “Siempre he soñado con jugar en San Mamés y participé en la selección de Euskadi en competiciones autonómicas, así que contacté con los últimos presidentes de la selección vasca, Javier Landeta e Iker Goñi, y les puse en contacto con la palestina. Entre el calendario apretado y la gran cantidad de problemas pensé que iba a ser muy difícil hasta que este verano sonó el teléfono. Las negociaciones en secreto habían fraguado y por fin se cumplió el sueño de llevar Palestina a San Mamés”, explica. Las movilizaciones sociales en contra del genocidio israelí, sobre todo durante la Vuelta a España, desnudaron las contradicciones del deporte profesional europeo con el trato a Israel. El compromiso social convirtió lo impensable en realidad con la convocatoria de un Euskadi-Palestina el 15 de noviembre en Bilbao, que en apenas unas horas vendió más de 30.000 entradas en la web de la federación vasca.
Hamed ha jugado en Baréin, Egipto, Kuwait, India y Qatar. Es un trotamundos del fútbol que dio sentido a su carrera gracias al poder del balón para abanderar una causa justa. A pesar del sufrimiento del pueblo palestino, Yaser es optimista. “Vamos a jugar en San Mamés, pero también sé que vamos a volver a jugar en casa, en Cisjordania”. ¿Y en Gaza? “Ojalá, pero eso sí que lo veo imposible”, resume.
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