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Fotos de familia para recuperar la memoria tras la dana

Hace un año, la dana de Valencia dejó un rastro de muerte y destrucción. El agua y el barro también borraron miles de fotografías, algunas únicas, de álbumes familiares. Un proyecto de las universidades públicas de Valencia ha restaurado parte de esa memoria visual, un paso más en el difícil proceso de recuperación.

El murmullo del discurrir del agua o el atisbo de una mancha de barro son suficientes para rememorar el horror. Les pasa a muchas personas que sufrieron la tragedia de la dana del 29 de octubre del pasado año en Valencia. El impacto es aún más directo cuando, casi un año después, vuelve a sonar en sus móviles la alarma para advertir del peligro de lluvias torrenciales y desbordamientos, ahora sí, con horas de antelación. La ominosa estridencia los devuelve a la fatídica tarde en que murieron familiares o amigos, o se salvaron gracias a la mano de un vecino, la rama de un árbol o al falso techo de una planta baja que pudieron romper para respirar.

Los recuerdos son necesarios en la búsqueda de esa normalidad que tanto se añora en cuanto se pierde. Recuperar las imágenes familiares de toda una vida que se guardaban perfectamente ordenadas en álbumes o caóticamente dispuestas en cajas forma parte de ese proceso. El agua y el fango destruyeron centenares de miles de fotografías de papel y otras tantas quedaron muy dañadas, marcadas por las huellas de la catástrofe que convierten en espectrales la expresión de la abuela que mira incómoda a la cámara, las despreocupadas risas de los amigos en aquel viaje de fin de curso, el reconcentrado rezo de una niña después de comulgar o el rígido retrato para el DNI.

Son imágenes de cualquier vida cuando esta se imprimía en papel, muchas de las cuales han podido ser recuperadas gracias a la iniciativa de las universidades públicas de Valencia Salvem les fotos, que se puso en marcha al poco de las inundaciones que causaron 229 víctimas mortales. Las fotos se recogen, se restauran y se devuelven a sus dueños. La Politécnica exhibe ahora una exposición sobre su proyecto (en el Centre del Carme de Valencia) y la Universidad de Valencia presentó en verano un documental sobre el suyo, Las capas de la memoria, realizado en colaboración con la Academia de Cine.

El momento en que los familiares recogen las fotos que se han podido salvar es especialmente emocionante. “Fue una maravilla volver a ver a mi abuelo. Teniendo en cuenta que murió hace años y que no tenemos fotos digitales de él, cada imagen que se ha salvado es un regalo. Las he visto un montón de veces. Tienen un gran valor sentimental”, explica María José Alcántara, oftalmóloga de 41 años. Las fotografías estaban guardadas en el trastero de un garaje en Massanassa anegado durante semanas, sometidas a la humedad y a los hongos.

La capacidad evocadora de la fotografía reside en lo que representa, pero también en lo que ha dejado de representar, señalando lo que merece ser recordado o lo que ha desaparecido. La fotógrafa Sofía Moro destaca esa capacidad en unas imágenes que la impresionaron. “Trascienden el ámbito familiar, nos representan a todos, nos reconocemos en las caras; son las fotos de cualquier álbum familiar universal. Y, además, contienen esa huella que deja el barro, esa carga de tragedia que hace que la impresión sea más profunda”, apunta.

La fotógrafa ha estado meses retratando en la Politécnica el proceso y las propias imágenes, muchas de ellas procedentes de descartes por su mal estado. En algunos casos se difuminan tanto las figuras que se acercan a la abstracción artística, de hipnótica belleza, por el efecto aleatorio del agua y el fango a través del tiempo. Y no dejó de llamarle la atención cómo la fotografía puede generar una resonancia profunda en el espectador: de la alegría exultante de una mujer al reencontrarse con las imágenes en blanco y negro de la boda de sus padres, del abrazo inseguro con su primer novio o de su hijo soplando las velas de su quinto cumpleaños a la repentina tristeza que embargó a otra al detectar un pequeño rastro de fango.

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