La moda y el fútbol se enamoran otra vez
La firma italiana Zegna ha confeccionado el uniforme de calle para los jugadores del Real Madrid, mientras que Herno ha realizado el del F.C. Barcelona. Las marcas de la primera división de la moda masculina disputan su propio derbi dentro y fuera de las canchas de fútbol
La moda, como todo fenómeno social, se entiende mejor en las zonas fronterizas. Y su relación con el fútbol, que se aprecia en la evolución de las equipaciones y los looks de alfombra roja, adquiere tintes mucho más sutiles en un territorio antes inexplorado: el del traje off field, que es el que los jugadores visten cuando representan a su equipo fuera del campo, en viajes o ruedas de prensa oficiales. Hasta hace pocos años, la ropa que usaban los futbolistas fuera del césped apenas era un uniforme protocolario, apenas un traje de oficina, un modo de evitar que exhibieran logos o prendas demasiado ostentosas.
Sin embargo, las cosas están cambiando. El guardarropa que la firma italiana Zegna ha confeccionado para el Real Madrid está en las antípodas de la etiqueta. Incluye sofisticadas sobrecamisas, pantalones relajados y prendas de punto elaboradas en el lujoso cachemir marca de la casa. Y Alessandro Sartori, director creativo de la firma, corrobora que este cambio de paradigma no ha sido sencillo. “Antes, cuando un equipo contactaba con nosotros para vestir a los jugadores, casi siempre pedía un traje serio, con camisa y corbata, o cosas demasiado formales que no nos representan. Así que rechazábamos todas las propuestas de este tipo”, explica. “Con el Real Madrid fue distinto. Empezamos a hablar de nuestros valores y de los suyos. Les hablamos de nuestros materiales reciclados y de ahí pasamos a charlar sobre nuestra visión de una moda relajada, lujosa y moderna, en colores llamativos pero elegantes y con visión sostenible. Ellos se entusiasmaron. Y así fue como nuestro estilo se convirtió en el del Real Madrid”.
El caso de Zegna es especialmente ilustrativo porque la cápsula que han creado para el Real Madrid —y que también se puede adquirir en las tiendas de la enseña italiana— es un reflejo claro del giro copernicano que Sartori ha introducido desde su nombramiento en 2016. A partir de las fibras textiles que la empresa produce en exclusiva, Sartori ha transformado el repertorio de la marca hasta desterrar la sastrería clásica de sus colecciones de pasarela. Lo ha sustituido por prendas de corte fluido y aires deportivos, combinables entre sí hasta el infinito y elaboradas mayoritariamente en punto. Y sus siluetas se adaptan perfectamente a un gremio que, poco a poco, ha aprendido a disfrutar de la moda, quizá porque también la moda ha aprendido a apreciar sus códigos.
El año pasado, el mundial alimentó esta sinergia. Las colaboraciones de Mbappé con Dior, de Camavinga con Balenciaga y de Jack Grealish con Gucci son la cara más visible de un fenómeno que comenzó a principios de los años dos mil, cuando Dolce & Gabbana vistió a David Beckham o realizó una campaña de ropa interior con estrellas de la selección italiana. Dirk Bikkembergs llegó a ser el dueño, entre 2005 y 2010, del Fossombrone, un pequeño equipo italiano. Dsquared2, la firma italiana fundada por los canadienses Dean y Dan Caten, también hizo historia al diseñar una colección para el Barça de Pep Guardiola, en 2009, y al fichar a Zlatan Ibrahimovic como imagen de sus campañas. Entre tanto, los atuendos de los ganadores del Balón de Oro o de las estrellas del fútbol en entregas de premios, fiestas o vacaciones han ganado peso en las publicaciones de estilo. Y las nuevas generaciones de futbolistas, que han perdido el miedo al estilismo, comunican hoy valores que van más allá de los deportivos.
Precisamente esos valores son los que han unido los caminos de Herno y el FC Barcelona. En su caso, con un uniforme que declina la sastrería tradicional desde códigos deportivos y técnicos. Esta marca, nacida a mediados del siglo XX para crear prendas de exterior, ha vivido en las últimas décadas un impulso gracias a las innovaciones introducidas por Claudio Marenzi, parte de la segunda generación al frente de la empresa. Si las prendas de abrigo que usamos hoy son más ligeras, más eficaces y más sostenibles es en buena parte gracias a Herno y a las tecnologías que ha introducido. Y el uniforme para el FC Barcelona, que incluye una chaqueta técnica, un elegante pantalón deportivo y distintas prendas de punto en tonos neutros, demuestra su vocación de conquistar el guardarropa al completo.
“El Barcelona es uno de los equipos más seguidos del mundo”, explica Marenzi a propósito de la colaboración, que se presentó el pasado enero en la feria de moda Pitti Uomo. “Para nosotros, por ejemplo, Japón es un mercado muy importante, y nos hemos dado cuenta de que la mayoría de nuestros clientes tienen al Barcelona como equipo de referencia. El fútbol, además de un deporte, tiene que ver con los valores y las personas. Y compartimos muchos valores con el Barcelona. Es un equipo simpático y nosotros también. Valoramos las cosas en su justa medida. Un partido de fútbol o una chaqueta no resuelven el hambre en el mundo, así que hacemos nuestro trabajo con seriedad, pero sin olvidarnos de divertirnos. Además, en Herno compartimos la idea de cantera que cultiva el Barcelona. La mayoría de nuestros directivos llevan años con nosotros y empezaron desde abajo”.
Los de Herno y Zegna son los casos más llamativos, pero no los únicos. En una clave más conservadora, los trajes de Loro Piana para la Juventus, confeccionados en un tejido de lana con propiedades técnicas, demuestran que el denominado lujo silencioso también ha llegado a los estadios. Si la moda es un termómetro de la sociedad, el fútbol puede llegar a ser un termómetro de la moda y un aliado a la hora de lograr su objetivo de siempre: llegar a todas partes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.