En la playa de Las Canteras, las mejores pistas para pasar unas Navidades en bañador

Montes nevados, frío que ni en la boda del Yeti, villancicos al calor de la estufa, la ropa más gruesa del armario. Todos estos detalles que imprimen el espíritu navideño se hacen añicos según se desciende por la escalerilla del avión dispuestos a pasar unas cálidas vacaciones invernales en la playa de Las Canteras, primer aliciente marítimo de Las Palmas de Gran Canaria e icono de playa urbana en la Unión Europea. Cuesta quitarse el frío, metido hasta los tuétanos, y disfrutar de unas Navidades en bañador, con 23 grados de temperatura media en la isla de Gran Canaria, según recuerda sin parar el reloj-termómetro fijado a lo largo del paseo de Las Canteras, que este año cumple tres décadas. Se acentúa la sensación de irrealidad semitropical rodeados de una decoración entre canaria y anglosajona. Huele a verano. Quien visita Las Canteras en invierno ya no es el mismo a su regreso.

Este modelo de playazo de 3,1 kilómetros de extensión, ejemplo de sociabilidad y con una densa red de referentes, acaba de actualizar sus certificaciones de gestión ambiental, gestión de la accesibilidad universal y gestión de la calidad en la prestación del servicio, así como la Q de calidad turística. También se tiene por un escenario inteligente, vistos los sensores smart que alertan del número de usuarios, el rebosar de las papeleras, el flujo de las mareas, el eventual escape en los lavapiés...

Durante estas fechas señaladas, el arenal se engalana con luces LED en sus 89 farolas, y quien dice farolas dice los palmerales situados en los extremos de Las Canteras. Los dos árboles de Navidad —uno junto al Belén de Arena y otro a la sombra del auditorio— evocan el árbol que antaño traía del norte de Europa la comunidad escandinava instalada en la ciudad.

De radical importancia en Las Canteras es el Belén de Arena que, con sus 2.000 metros cuadrados de superficie, provoca una admiración masiva. De hecho constituye uno de los espacios museísticos españoles más visitados durante el mes de diciembre, por el que pasan unas 150.000 personas. Para tal obra de arte efímero y ecológico —solo se usa arena mezclada con agua— se abre un amplio pasillo dunar entre 2.000 toneladas de arena, de manera que figuras de hasta cuatro metros de alto flanquean al paseante. Uno creería haberse adentrado en un desierto mágico. Son 10 los escultores arenistas, entre canarios y extranjeros, que han sido llamados para esta 18ª edición. Aparte de la imaginería clásica, las calles de Belén, la huida a Egipto y las obras inspiradas en El Greco, Miguel Ángel o José de Ribera, este año el Nacimiento contará con un precursor del arte en arena a nivel mundial, Etual Ojeda (Uticata, Gran Canaria, 1954), quien ha modelado la escultura de Santiago Vargas, La aparcería, rindiendo así homenaje a las duras condiciones de vida de los recogedores de tomate de hace medio siglo. Conviene acudir al Belén en un par de ocasiones, una por la mañana y otra bañado con la luz dorada de atardecer o, casi mejor, bajo la luz eléctrica, alimentada este año con placas fotovoltaicas: los recorridos con diferentes tipos de luz ofrecen lecturas tan diversas como sugerentes de las figuras. A ello se añade que durante todo el tiempo que esté abierto al público se tendrá la ocasión excepcional de ver a Etual Ojeda trabajando con sus cuchillos, brochas y cucharas de postre (las cucharas nunca faltan en el utillaje de estos singulares escultores), para que los visitantes puedan ser testigos del proceso creativo de este monumento arenáceo.

Otros puntos básicos de referencia son los mercadillos navideños, abiertos a partir del 15 de diciembre en los extremos de la playa: La Cícer y plaza de Saulo Torón. En Canarias no hay ríos, pero sí truchas... de batata (boniato), harina de trigo, anís, limón, ralladura de limón y almendra molida: una suerte de empanadillas dulces, a veces rellenas de cabello de ángel, convertidas en el clásico postre navideño que nunca falta en las pastelerías y panaderías de Las Palmas.

De las propiedades sedantes de este paseo marítimo tiene mucho que decir el veto a las mascotas, pescadores y cualquier vehículo rodante que pueda incomodar al peatón aletargado por el verano eterno. Uno se debate entre pedir un helado artesanal de dulce de batata o de turrón almendrado en la Heladería Peña la Vieja o apuntarse en Salitre Sport a un paseo en kayak transparente o a una ruta nocturna de esnórquel. No hay que preocuparse: la temperatura aquí por estas fechas es la de una noche de julio en la Península.

Citas navideñas

Entre el 18 y el 22 de diciembre, dependiendo de los vientos y las mareas, un grupo de Papá Noel de la escuela Mojo Surf cambian por un día el trineo por una tabla para surfear alguno de los 12 tipos de olas que rompen en La Cícer. En este sector de Las Canteras se congregan las escuelas de surf, además de la pista de skate y la mayoría de nómadas digitales, una cuarta parte de los cuales prefiere celebrar estas fechas en Canarias antes que retornar a sus lugares de origen.

El día de Navidad la playa vuelve a ser punto de encuentro, todos bañándose en cuanto despunta el sol. Antes del despiporre de la Nochevieja, y para quienes declinan trasnochar, se organiza una Tardevieja (de 17.00 a 21.00): la fiesta australiana del centro de coworking y bar musical Talleres Palermo. Se trata de empaparse del ambiente festivo que se vive justo a esas horas en las antípodas.

Después acudiremos a la plaza de Saulo Torón donde actuará el grupo cubano del percusionista Totó Noriega, ya muy asentado en Gran Canaria. Y tras las uvas y la tradicional quema de voladores (fuegos artificiales) en La Puntilla, subirá al escenario un grupo de rock mítico en las islas, Los Coquillos, famosos hace tres décadas por la divertida canción Báñate en Las Canteras (antes de que sea marroquí). En el auditorio también habrá actuaciones junto a la estatua del tenor Alfredo Kraus, donde se concentran algunas gastrofurgonetas. Una especializada en eso que llaman street food de calidad es La Quícara, que logró este año el segundo premio en el concurso de mejor hamburguesa de Canarias (en 2022 fue la ganadora). La hamburguesa de la semana es la Bulgogi coreana, integrada por ternera macerada con especias, ensalada de col china con rabanillos y una mayonesa de sésamo. El pollo crujiente tampoco puede faltar en la comanda.

El día 1 de enero, como manda el ritual vigente en toda la costa española, un nutrido grupo de bañistas acudirá para darse el primer chapuzón del año, símbolo de renovación y pureza. Para el día 5 se espera que, tras desembarcar en el puerto, los Reyes Magos descansen en el Real Club Victoria de La Puntilla y salgan a saludar antes de emprender la gran cabalgata.

El Auditorio Alfredo Kraus, referente arquitectónico proyectado por Óscar Tusquets, resalta en un extremo de Las Canteras con su deje de castillo de fantasía, con sus luces y una linterna farera que funciona a la inversa que los faros reglamentarios: solo ilumina la costa, por el riesgo de confundir a la navegación marítima. En sus salas se concentra la mejor oferta para los melómanos. El día 9, dentro del Festival de Góspel, el Chicago Mass Choir se volcará en el repertorio del gran maestro del blues B.B. King. El día 10 tendrá lugar la sesión de clausura del 19 Congreso Mundial del Saxofón, con la actuación de la WSC Symphony Band & Ernesto Aurignac Jazz Quartet. La música inglesa, con su real pompa y su circunstancia, desempeñará un papel protagonista el día 15, a cargo de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, a la que tomará el relevo, al día siguiente, la estupenda cantante de jazz, soul, blues, jazz y góspel Dana Masters. Para el día 17 se reserva una de las mejores páginas musicales de la historia: el Oratorio de Navidad, de Bach, con la participación de la Camerata Ciudad de Las Palmas y el Coro Ainur. Será la Orquesta Sinfónica de Canarias la que interprete los conciertos populares de Año Nuevo, los días 29 y 30 de diciembre.

Del desayuno al ‘copeteo’

El Café Regina pasa por servir el mejor café de toda la playa, si bien los que deseen un desayuno contundente tienen a mano la veterana cafetería Casa Suecia. Suecia es, por cierto, el segundo mercado emisor de turismo a Las Canteras, tras el alemán. De aire más cuqui y colorista es la Picnictería Café.

A la hora de hincar el diente a la playa, nos daremos por bienhallados en el Tabaiba Restaurante, que ha logrado una estrella Michelin merced a la cocina canaria “transgresora y caótica” del chef Abraham Ortega. Los menús degustación cuestan 100 y 130 euros (bebidas aparte). Otra opción es acercarse a Camino al Jamonal, tasca con unas materias primas excelentes, sean los huevos rotos con jamón de bellota, sea la ensaladilla rusa caramelizada. Hay que anotar también la Vinoteca y Salumería Ítaca 57. Una cena diferente la sirven los puestos del Gastromercado del Puerto, enclavado en un precioso edificio de hierro erigido en 1891 por el equipo técnico que dos años antes había levantado la torre Eiffel.

La moda de las terrazas en azoteas también ha desembarcado en la capital canariona, tal que y como se explicita en el Rooftop & Terrace Aloe, del hotel Aloe Canteras. La vista de toda la orla de arena desde su octava planta no tiene secretos y ayuda a observar, además del Teide (siempre que no haya nubes), la línea de escollos —La Barra— situada a 150 metros de la orilla, gracias a la cual Las Canteras se convierte en una gran piscina y no en un peligroso arenal abierto al Atlántico. Los bartender, aparte de mojitos, ofrecen un amplio abanico de cócteles y una carta de picoteo. Su horario es de 16.00 a 23.00 (viernes, sábados y víspera de festivos, hasta la 1.00), aunque esta Nochevieja abrirá hasta las dos de la madrugada. Si Aloe está llena, la alternativa es la terraza de La Casa Roja-O Sole Mio. A la hora de alojarse hay que tener presente que el hotel Cristina aprovechó la pandemia para sufrir una completa remodelación.

Y un último consejo: aquellos bañistas cinéfilos para los que haya sido de su gusto la película La isla interior (2010), dirigida por Félix Sabroso y Dunia Ayaso, desearán fotografiar La Casa Roja, para lo cual solo tienen que andar 15 minutos desde La Puntilla en dirección al parque de Pepe El Limpiabotas, bordeando la costa y pasando por el monumento en recuerdo a las víctimas del vuelo de Spanair.

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