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Cádiz, una ruta con mucho arte en la ciudad del flamenco y los tablaos

Placas de cerámica recuerdan a cantaores, bailaores y guitarristas por las calles del barrio gaditano de Santa María. Un paseo a su encuentro que se detiene en la Cueva del Pájaro Azul, el Café Teatro Pay Pay, bares y peñas flamencas

Calle Plocia en Cádiz
La calle Plocia, en el centro de Cádiz (Andalucía).Alamy Stock Photo

Cádiz es ciudad de flamenco, al igual que Jerez de la Frontera y Algeciras, donde los nombres de Lola Flores y Paco de Lucía persisten a través de rutas de flamenco, esculturas y estatuas, museos (como el de La Faraona, abierto el pasado mes de marzo en Jerez) o jornadas y encuentros dedicados a este arte. Camarón de la Isla es el lugareño de San Fernando (o La isla, por la histórica Isla de León), cantaor conocido también allende los mares. Esta ruta con mucho arte por la capital gaditana se detiene en lugares que recuerdan a cantaores y guitarristas de renombre, en tablaos, y tampoco faltan lugares para una deliciosa pausa.

En el barrio de Santa María de Cádiz, frente a la playa urbana, deportistas de tierra y mar entrenan cuerpo y mente bajo el ardiente sol gaditano. En las calles de este vecindario del centro histórico de la ciudad su asociación de vecinos inscribió para la posteridad los nombres de muchos de estos artistas en placas de cerámica situadas en las viviendas donde nacieron. Entre Santo Domingo y Botica se distribuyen las casas natales de algunos de estos afamados cantaores, bailaores y guitarristas que hicieron historia no solo en Cádiz, también fuera de España. Viviendas que hace poco han sido rehabilitadas, algunas de ellas para funciones de tipo social, como alquileres, o para su conservación, como es el caso de la Casa Lasquetty (calle santa María, 11), originaria del siglo XVIII y propiedad de Alonso de la Rosa, quien fue cargador a Indias en el comercio con América. Desde 2003, la casa palacio destinó su uso, inesperadamente, a una casa de vecinos gaditana tras las obras de restauración.

Justo enfrente de la Casa de Iberoamérica empieza la calle Botica, con fachada revestida de piedra ostionera (se comprueba si es original por su porosidad, arenosidad y restos fósiles del mar), donde en su esquina con Concepción Arenal se ubica el bar El Rincón del Monje, con decoración típicamente flamenca y tapas o montaditos del día a precios populares. Al adentrarnos en esta calle, y caminando unos metros, aparece el nombre de Antonia Gilabert Vargas, La Perla de Cádiz, descrita como “cantaora de excepcional categoría” por ser una destacada artista del flamenco y conocida por sus actuaciones en la Cueva del Pájaro Azul, lugar emblemático que funciona actualmente como tablao. Cerró en los años ochenta del pasado siglo para reabrir años más tarde entre descubrimientos arqueológicos que son actualmente reclamo para turistas, con visitas guiadas en las que se cuenta la historia del puerto gaditano de origen fenicio junto a las leyendas del bandolero conocido como El Pájaro Azul. Los viernes hay espectáculo flamenco con degustación de ibéricos y manzanilla. Anteriormente, en 1968, La Perla de Cádiz había abierto su propio local en el Puerto de Santa María, la Venta Tablao La Perla de Cai, pero cerró en 1972.

Paralela a la calle Botica discurre la calle Santo Domingo, en la que figura el nombre de Juan Miguel Ramírez Sarabia, Chano Lobato, cantaor y bailaor que actuó también en Londres, París y Roma, además de en El Duende de Madrid. Al igual que La Perla de Cádiz, obtuvo numerosos premios y reconocimientos. En la misma calle, en su número 23, se lee el nombre de José Ortega Feria, El Águila, padre de Manuel Caracol Viejo y abuelo de Manolo Caracol, quien dio nombre a una conocida sala de conciertos de Madrid cerrada recientemente. En una de las esquinas de la calle Santo Domingo, The Cabin Beer Bar (calle Plocia, 29) es un lugar para probar cervezas internacionales.

Escultura dedicada al cantaor Chano Lobato, en la plaza de la Merced, en el barrio de Santa María (Cádiz).
Escultura dedicada al cantaor Chano Lobato, en la plaza de la Merced, en el barrio de Santa María (Cádiz).Alamy Stock Photo

Otros nombres registrados en los muros del barrio gaditano de Santa María son el de Manuel Fernández Parada, con la aclaración de “bailaor genial”, junto a su padre Manuel de Jesulito, en la esquina con calle Botica, adentrándonos en la calle Mirador. Y el más joven de todos, Juan José Jaén Arroyo, El Junco, en la calle Santo Domingo, quien recibió el premio Max de las artes escénicas 2008 como mejor intérprete masculino de danza en Romancero Gitano. El caso de José Vargas Fernández, Cascarilla, va más allá. Originario de la calle Suárez de Salazar (si caminamos hacia la plaza de la Merced) emprendió su particular proyecto con el grupo Los Gitanillos de Cádiz, un trío a quienes les debió de ir sobradamente bien por sus actuaciones ante estrellas de Hollywood como Rita Hayworth, Sophia Loren, Gary Cooper, Jane Fonda y Brigitte Bardot. Actuaron, además, para Salvador Dalí o el rey Hussein de Jordania.

Como lugar en Cádiz que vivió su época de esplendor desde la posguerra hasta los años setenta encontramos el Café Teatro Pay Pay (Silencio, 1), que funcionó y funciona (en su reapertura) como sala de actuaciones. Por sus fotografías de antaño colgadas en sus paredes el lugar sintoniza con los espectáculos de revista musical de variedades y vedetes, de moda en la década de los sesenta. En una de estas fotografías posa Chelo de México. En otra, un marinero. Situado en el barrio carnavalesco del Pópulo —el más antiguo de la ciudad—, este local reabrió en 2001 como café teatro de variadas actuaciones, entre ellas el flamenco. No solo hubo artistas de variedades aquí, porque otras también pasaron por La Cueva del Pájaro Azul en años del franquismo como la vedete Lill Larsson, La Venus rubia escandinava.

Una de las calles del barrio gaditano del Pópulo.
Una de las calles del barrio gaditano del Pópulo.Alamy Stock Photo

Muy cerca del Pay Pay se alcanza el Arco de los Blanco, en la llamada Ruta del Recinto Medieval y Puerta de Tierra, lugar donde se levantó hasta el siglo XIX el desaparecido Castillo de la Villa. Si se toma la calle Santa María se entra de nuevo al barrio cuna del flamenco para así reencontrar a otros de sus artistas, como Francisco Torres Tejadas, Curro el Gamba, con la apostilla de “buena persona y mejor gitano”, como consta en su casa de la calle Suárez de Salazar, o Luisa Bofante Jiménez, Luisa Butrón, cantaora, con su casa natal en los números 17 y 19 de la misma calle Santa María. Justo en esta vía encontramos dos sitios típicamente gaditanos para comer: El Tascón de Arturo (en el número 14) y Café Casa Nueva Aurora (25).

La Cava (calle Antonio López, 16) es otro tablao flamenco donde de nuevo cuelgan en sus paredes fotografías de los artistas que han pasado por allí desde hace más de medio siglo entre una decoración tabernera. Y, sobre todo, otros lugares genuinos de flamenco son las tradicionales peñas flamencas distribuidas por la ciudad: Peña de Enrique el Mellizo (avenida Nuevo Mundo, s/n), Peña El Marqués de Cádiz (Marqués de Cádiz, 3), Peña Juanito Villar (paseo Fernando Quiñones, s/n; al borde de la playa de La Caleta) y Peña La Perla de Cádiz (Concepción Arenal). De estilo más actual, un sitio para ver y escuchar flamenco es Cambalache Jazz Club (José del Toro, 20), aunque puede decirse, como su nombre indica, que es el único jazz bar en Cádiz.

Espectáculo de flamenco en la Peña Juanito Villar, en Cádiz.
Espectáculo de flamenco en la Peña Juanito Villar, en Cádiz.Alamy Stock Photo

En calles anexas a la catedral, dentro del Pópulo, entrando por el pasaje Arco de la Rosa, figura también el nombre de otro cantaor y bailaor flamenco: Alfonso del Valle Scapachini, alias El Bendito, en la calle Mesón número 15, con la distinción en su placa de “gaditano del siglo XXI” y quien fuera otro de los integrantes de Los Gitanillos de Cádiz, junto a la bailaora Concha Aranda. Su nombre está expuesto cercano a otro artista de carnaval y comparsa, José Pérez Toledo, Pepe El caja, que figura en su placa como “director que con su caja marcó una generación del carnaval gaditano”. Lugar de carnaval, como si compitiera con el flamenco. Cádiz puede ser de flamenco o de carnaval, pero ambos géneros coexisten disputándose el protagonismo.

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