Oaxaca, el gran tesoro de México
El Estado sureño es un vivísimo epicentro de identidad y cultura indígenas. Estas son, tan solo, algunas de sus joyas
El Estado sureño de Oaxaca es un vivísimo epicentro de identidad y cultura indígenas. En su capital, de bella arquitectura colonial y escala perfecta para pasear, se come, se bebe y se disfruta del patrimonio de manera memorable. Estas son, tan solo, algunas de sus joyas.
01 Primero, al mercado
El mejor lugar para empezar a entender Oaxaca es un mercado. Les desbordará la cantidad de mercancías, puestos y gentes que verán. Hay varios. El de Benito Juárez, céntrico, es estupendo para arrancar. Coman chapulines (saltamontes). No digan no a los gusanos.
02 El restaurante Casa Oaxaca
Cocina tradicional modernizada y producto impecable. Una terraza bien diseñada, sin pretensiones, donde se cena a placer con el calorcito local. En Casa Oaxaca, abran boca con uno (o dos, ¡no más!) de sus cócteles de mezcal.
03 Café & buganvilla
Decir que un espacio es mágico es un tópico nefasto menos si se dice del patio del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO). Su cubierta apergolada con buganvillas funciona como una celosía.
04 Puro maíz
Vayan a Itanoni (avenida Belisario Domínguez 513) a desayunar, si son tan amables. La masa de sus tortillas de maíz es artesanal. Sus tetelas (tortillas rellenas de guiso) son un regocijo.
05 Rey cactus
Pocas plantas han ganado tanto aprecio en nuestro tiempo como los cactus. Los ejemplares que se despliegan en el Jardín Etnobotánico, de gran variedad, todos pletóricos, son un asombro. Hay otras plantas maravillosas y el diseño del espacio es de un buen gusto encomiable.
06 Barroquismo
El interior del templo de Santo Domingo está entre el arte sacro y la lisergia. Su belleza tan tan recargada no deja un átomo de vacío.
07 Para sibaritas de la fotografía
El Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (M. Bravo 116) tiene un fabuloso acervo de imágenes de uno de los más grandes fotógrafos del siglo XX y de más artistas gráficos.
08 Divino elixir
Como ya se ha dicho en el punto 2, cuidadito con el mezcal. Es un licor excelente y Oaxaca es su tierra madre, pero es fuerte y puede pegar unos viajes casi astrales. En la Mezcaloteca les guiarán para que puedan disfrutarlo con alegría y sin tropiezos de primerizo.
09 Doña Abigail
Abigail Mendoza es la cocinera que fascinó a Anthony Bourdain con sus guisotes de toda la vida. Su restaurante, Tlamanalli, está en Teotitlán del Valle, un pueblo a tres cuartos de hora en coche de Oaxaca capital. El desvío vale la pena.
10 El Monte Albán
Las ruinas del gran centro de poder de la cultura zapoteca se encuentran a 12 kilómetros de la ciudad. Es una de las grandes perlas arqueológicas de México.
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